Carlos Slim Helú volvió a colocarse en el centro del debate público con una propuesta que sacude uno de los pilares del sistema laboral y de pensiones en México: retrasar la edad de jubilación hasta los 75 años. La idea, planteada por el empresario más influyente del país, ha generado reacciones encontradas entre trabajadores, especialistas y autoridades.
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Carlos Slim Helú propone retrasar la jubilación hasta los 75 años y reducir la jornada laboral. Conoce los motivos y el impacto en pensiones.
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El planteamiento no surge de manera aislada. Slim ha insistido en que los modelos actuales de retiro fueron diseñados para una realidad demográfica distinta, cuando la esperanza de vida era menor y la proporción de personas en edad productiva era mucho más alta que la de jubilados. Hoy, asegura, ese equilibrio se ha modificado de forma acelerada.
En un contexto donde millones de mexicanos pueden jubilarse desde los 65 años —o incluso antes en algunos regímenes—, la propuesta del fundador de Grupo Carso abre una discusión de fondo sobre la sostenibilidad financiera de las pensiones y el futuro del trabajo en un país que envejece rápidamente.
Por qué Carlos Slim Helú propone que los 75 años sea la edad del retiro
De acuerdo con Carlos Slim Helú, el principal argumento para elevar la edad de retiro es el aumento sostenido en la esperanza de vida. Gracias a los avances médicos y a una mejor calidad de vida, las personas viven más años, lo que implica que los sistemas de pensiones deben cubrir pagos durante periodos cada vez más largos.
El empresario ha advertido que esta situación ejerce una presión creciente sobre las finanzas públicas. En México, los recursos destinados a pensiones provienen de las contribuciones de los trabajadores activos, pero la transición demográfica está reduciendo esa base. Cada vez hay menos personas cotizando y más beneficiarios recibiendo una pensión, lo que pone en riesgo la viabilidad del sistema a largo plazo.
Slim ha comparado este escenario con lo que ocurre en varios países europeos, donde los gobiernos enfrentan serias dificultades para financiar sus esquemas de jubilación debido a que la población se retira joven y vive más tiempo. Incluso ha señalado que Estados Unidos podría enfrentar un problema similar si no ajusta sus políticas laborales y de seguridad social.
Actualmente, en México, la edad de jubilación depende del régimen de afiliación. En el caso del IMSS, los trabajadores pueden acceder a la pensión por cesantía a partir de los 60 años y por vejez a los 65, siempre que cumplan con las semanas de cotización requeridas. En el ISSSTE, tras reformas recientes, la jubilación puede iniciar desde los 58 años para hombres y 56 para mujeres, lo que acorta aún más la vida laboral.
Para Slim, mantener estos esquemas sin modificaciones podría llevar a la quiebra de los fondos de pensiones. Por ello, propone que las personas continúen trabajando hasta los 75 años, adaptando así el sistema a la nueva realidad demográfica y económica del país.
La propuesta incluye además un cambio profundo en la organización del trabajo. El empresario ha planteado que, a la par de extender la vida laboral, se implemente una jornada de tres días a la semana, con turnos de 11 o 12 horas. Bajo este modelo, se trabajarían entre 33 y 36 horas semanales, pero con mayor eficiencia.
Según Slim, esta reconfiguración permitiría incluso duplicar el número de empleos formales sin reducir salarios, ya que más personas podrían incorporarse al mercado laboral con esquemas flexibles. No obstante, la idea ha generado un intenso debate sobre su viabilidad, impacto en la salud de los trabajadores y compatibilidad con la legislación actual.
La discusión planteada por Carlos Slim Helú pone sobre la mesa una pregunta clave para México: si el país está preparado para transformar su modelo de jubilación y trabajo ante el envejecimiento de su población.
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