Quién es el dueño de San Luis Rassini, el gran fabricante de autopartes de México

Fíjate la historia del gran propietario de autopartes mexicano que fue uno de los más importantes de todo México.

San Luis Rassini.

San Luis Rassini, conocida simplemente como Rassini, es una de las empresas mexicanas más relevantes dentro de la industria automotriz global. Sus autopartes están presentes en vehículos fabricados en Norteamérica, Europa y Asia, y la compañía es reconocida como líder mundial en la producción de resortes, sistemas de suspensión y componentes de frenado. En un sector dominado tradicionalmente por corporaciones estadounidenses, japonesas y alemanas, Rassini se ha consolidado como un orgullo industrial mexicano con fuerte presencia internacional.

La firma destaca no solo por su capacidad tecnológica, sino porque ha logrado expandirse estratégicamente en mercados clave, incluida la fabricación dentro de Estados Unidos, donde abastece directamente a las grandes armadoras automotrices. Con esta expansión, Rassini se ha convertido en uno de los pilares del fortalecimiento de la cadena de suministro automotriz de México, un país que hoy es uno de los principales exportadores de autopartes del mundo.

Detrás de la empresa se encuentra una historia empresarial de más de medio siglo, impulsada por líderes que apostaron por la ingeniería, la innovación y la manufactura especializada. Entre ellos destaca Antonio Madero Bracho, el gran fundador y figura central del crecimiento de Rassini, hoy considerado uno de los empresarios industriales más importantes del país.

San Luis Rassini: la historia de la empresa y quién la fundó

Rassini, originalmente conocida como SANLUIS, nació como una compañía mexicana enfocada en la producción de componentes metálicos y autopartes esenciales para vehículos. Con el tiempo, se especializó en la fabricación de ballestas, resortes helicoidales, bujes de goma, discos, tambores y mazas de freno, piezas indispensables para las principales marcas automotrices.

La empresa dio un salto estratégico clave durante los años 2000, cuando decidió expandirse hacia Estados Unidos para estar más cerca de sus clientes en Norteamérica.

• En 2000, abrió su primer centro técnico en Plymouth, Michigan, dedicado a investigación, diseño y desarrollo.

• En 2001, inauguró una planta en Montpelier, Ohio, convirtiéndose en la primera compañía mexicana en establecer operaciones industriales en ese estado.

• En 2014, avanzó aún más en su integración con el mercado estadounidense al abrir una planta en Flint, Michigan, especializada en la fabricación de discos de freno.

Este crecimiento permitió a Rassini posicionarse como proveedor confiable de armadoras como Ford, General Motors, Stellantis y otras compañías globales. Hoy la empresa es considerada uno de los mayores fabricantes de sistemas de suspensión en el mundo y un ejemplo de cómo la ingeniería mexicana puede competir al más alto nivel internacional.

La historia de la compañía está estrechamente ligada a la visión de su fundador, Antonio Madero Bracho, un empresario que apostó por el desarrollo industrial del país cuando pocos lo hacían.

Antonio Madero Bracho, el gran fundador y dueño: cuánto dinero tiene

Antonio Madero Bracho es la figura clave detrás del desarrollo de San Luis Rassini. Reconocido por su formación en ingeniería y su visión estratégica, Madero Bracho transformó una empresa nacional en un proveedor global indispensable para la industria automotriz. Su liderazgo consolidó a Rassini como una compañía innovadora, con procesos avanzados y presencia internacional.

Aunque no se encuentra entre los empresarios más mediáticos de México, Madero Bracho es considerado uno de los hombres más influyentes del sector industrial. Su patrimonio proviene principalmente del crecimiento y la expansión de Rassini, una empresa que cotiza en el mercado bursátil y cuya capitalización ha aumentado a lo largo de las últimas décadas. Si bien su fortuna no se publica de manera oficial en listados como Forbes, se estima que su patrimonio asciende a varios cientos de millones de dólares, dada la magnitud de la corporación que dirige y su posición accionaria.