Quiénes son los herederos de ICA, la constructora más emblemática y poderosa de México

Se detalla quiénes son los sucesores y las personalidades clave que mantienen en operación a una de las constructoras con mayor tradición en el país.

ICA, el poderoso imperio constructor de México.

Ingenieros Civiles Asociados (ICA) se ha consolidado a lo largo de décadas como una de las empresas pilares en la infraestructura de México. Desde su fundación, ha participado en el desarrollo y la construcción de proyectos clave a nivel nacional, dejando una huella indeleble en la modernización del país.

Su historia está íntimamente ligada a grandes obras que van desde carreteras y presas hasta sistemas de transporte masivo.

Los herederos de ICA, la constructora más emblemática de México

Por muchos años, el nombre de Ingenieros Civiles Asociados (ICA) fue un referente de la gran ingeniería nacional en México. Fundada en 1947 por Bernardo Quintana Arrioja, esta corporación se consolidó como la constructora más insigne del país, dejando su huella en obras trascendentales como la red del Metro de la Ciudad de México, el Estadio Azteca, el Museo Nacional de Antropología y las principales autopistas de la nación.

No obstante, detrás de esa historia marcada por el concreto y el acero, se desarrollaba también la trayectoria de un linaje: la familia Quintana Kawage, quienes recibieron como herencia tanto el patrimonio como la administración de ICA.

Con una sólida formación en ingeniería y una visión de negocios adelantada a su tiempo, Bernardo Quintana es reconocido como una de las figuras cumbres de la construcción en México durante el siglo XX. Su liderazgo catapultó a ICA a ser la firma de infraestructura más grande del país y un emblema de la modernización. Tras su fallecimiento en 1984, la responsabilidad de continuar con la empresa recayó en su esposa, Graciela Kawage, y en sus hijos.

La segunda Generación Quintana Kawage

Los descendientes del matrimonio asumieron el mando del grupo, con Bernardo Quintana Kawage a la cabeza. Esta segunda etapa generacional se propuso mantener a ICA en la cúspide, ampliando las áreas de negocio hacia sectores como la energía, la gestión de aeropuertos y la construcción de vivienda.

Durante los años noventa y principios del nuevo milenio, ICA conservaba su estatus de gigante corporativo. Sin embargo, la empresa comenzó a acumular importantes pasivos financieros y a enfrentar retos de falta de liquidez que, con el tiempo, se volvieron irresolubles.

Actualmente, los herederos de Bernardo Quintana Arrioja sostienen su vida económica con los capitales obtenidos a lo largo de décadas de obras y contratos, además de sus participaciones en proyectos paralelos dentro del sector de la construcción y la ingeniería. No obstante, su relevancia en el panorama empresarial mexicano es mucho más discreta que la que ostentaron durante el siglo XX.

La trayectoria de los Quintana Kawage y de ICA refleja de manera paralela la transformación de México: un cambio desde un país enfocado en las grandes obras financiadas por el Estado hacia un modelo de negocio cada vez más influenciado por el endeudamiento y los capitales internacionales.