1 de julio 2024 - 18:30

Candidaturas: dos estrategias distintas

El resultado de las internas implicó algunas confirmaciones, pero también novedades importantes en el mapa político. El FA optó por lo seguro, el Partido Nacional arriesga. El resultado se verá en octubre.

Carolina Cosse y Yamandú Orsi; Álvaro Delgado y Valeria Ripoll.

Carolina Cosse y Yamandú Orsi; Álvaro Delgado y Valeria Ripoll.

Ya terminaron las especulaciones y las elecciones internas tienen sus resultados, con ganadores y perdedores. En el Frente Amplio, el MPP impuso su movilización y su estrategia, con una contundente victoria de Yamandú Orsi con el 59% de los votos de la interna, frente a un 38% de Carolina Cosse. Hay que recordar que Cosse fue la candidata del MPP en las internas 2019, cuando el FA pagaba el costo del desgaste político por la gestión de gobierno y tenía una votación muy baja. Ayer superó los 410.000 votos, un aumento de más de 60% respecto a las internas de 2019. Está mucho más fuerte que en 2019 para disputar la elección.

Apostó a lo seguro y la fórmula se confirmó rápidamente en la noche del domingo; el FA no quiso generar escenarios de dificultades, como ocurrió en 2019 y también en 2009. Ahora, el principal partido del Uruguay apunta a ganar en octubre, aunque en estos meses deberá coordinar la propuesta política entre sus dos grandes bloques; si bien hay un programa común, hay definiciones clave pendientes.

Una de ellas es la conducción de la economía, que si bien ha mostrado avances también tiene luces amarillas encendidas, como el atraso cambiario y el déficit fiscal. Es claro que el espacio astorista ha disminuido, pero en el MPP destacan —hace ya mucho— que el garante de la estabilidad económica y política es el propio MPP.

En el Partido Nacional siguen resonando las repercusiones de la designación de Valeria Ripoll como compañera de fórmula del ganador, Álvaro Delgado. Contrariamente a lo que hizo el FA; es una apuesta de riesgo que —como tal— puede implicar un gran tropiezo o un gran rédito político.

Una proclamación con silbidos no es el mejor arranque, pero veamos la película con detenimiento: el primer dato en la interna blanca es la muy baja votación de Laura Raffo. La economista lideró al Herrerismo (lista 71 y otras) y también a Alianza Nacional (el sector que fundó y lideró Jorge Larrañaga) hacia una interna cuesta arriba, y los resultados fueron bajos: 19% del voto contra 74% de Álvaro Delgado, que tuvo margen de maniobra como para salir de la fórmula 1ro-2do para "salir a pescar afuera". El argumento del ahora candidato a la Presidencia del Partido Nacional es que quiere un partido "más abierto", lo que implica que lo veía algo cerrado.

En realidad, la estrategia es parte de una continuidad que se inició con el ascenso del propio Luis Lacalle Pou, que implícitamente cortó con el liderazgo de su padre y debió irrumpir a su manera, pateando el tablero en 2014 y conquistando la Presidencia en 2019, superando a Larrañaga. Ahora Delgado hace lo propio con el Herrerismo y Alianza. Un cambio paulatino pero profundo en el Partido.

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Con diferencias, hay algo similar en el Partido Colorado, cuya votación en la interna cayó de 180.000 a algo más de 100 mil votos entre 2019 y 2024. Los colorados se enfrentaron por primera vez al reflejo electoral de la defección de Ernesto Talvi (durísima para el Partido) y las consecuencias están a la vista. La bandera de la renovación la tomó Andrés Ojeda con gran éxito, alcanzando casi el 40% de los votos. Los sectores tradicionales quedaron en un claro segundo plano. Tanto el quincismo de Gabriel Gurméndez como el espacio sanguinettista de Tabaré Viera, quedaron por lo menos 15 puntos atrás. Robert Silva, quien lideró la Transformación Educativa y acompañará a Ojeda en la fórmula, quedó en claro segundo puesto.

Ojeda explícitamente ("vamos a ganarle al FA") y Delgado de manera tal vez más sutil pero muy clara, están trabajando mucho más en clave de Coalición Republicana, teniendo claro que es la suma lo que importa. En este plano, Cabildo (la "tercera pata") tuvo una votación mucho menor que en 2019, pero importante, en especial si se considera que también sufrió el desgaste del gobierno y no tuvo competencia interna.

En la gráfica adjunta se comparan las votaciones de las internas de ambos años, mostrándose la evolución de unos y otros, así como los totales. El análisis hay que hacerlo con cautela, porque son escenarios muy distintos y las comparaciones no son siempre fundamentadas. En cualquier caso, el avance del FA es notorio, a pesar de que la suma de los partidos oficialistas tuvo más votos.

Más allá de la importante dinámica de las internas, el mapa político del Uruguay sigue estructurado en dos grandes bloques, lo que implica también evitar el riesgo de caer en una división irreconciliable, que puede llevar a terrenos yermos. El desafío es —más allá de la disputa por poder— introducir los cambios que Uruguay precisa. La carrera a octubre entra en su última etapa. El domingo la mayoría se quedó en la casa (la participación fue 36%). En octubre estarán todos.

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