La política monetaria es uno de los grandes interrogantes que se abren con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca para su segundo mandato como presidente de Estados Unidos: fuerte crítico de la flexibilización que emprendió la Reserva Federal (Fed) en setiembre, con los primeros recortes de las tasas de interés, el republicano ya anunció su intención de llevar a cabo medidas económicas que influirán en la inflación estadounidense; y los roces con el actual presidente del banco central, Jerome Powell, han sido públicos: ¿puede el mandatario electo influir en las decisiones de la autoridad monetaria?
¿Cómo podría influir Donald Trump en la composición de la Reserva Federal?
Durante su segundo mandato, que comenzará el lunes, habrá recambio en las autoridades de la Fed, incluyendo al actual presidente Jerome Powell.
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El mandato de Jerome Powell al frente de la Fed termina en mayo de 2026, y Donald Trump podría nombran un nuevo presidente del banco central.
La clave de oportunidad para Trump está en el recambio de autoridades que tendrá la Reserva Federal en los próximos años. El puesto más inmediato en quedar vacante será una de las vicepresidencias —la vicepresidencia de supervisión—, en tanto el principal regulador financiero del banco central, Michael Barr, renunciará a partir del 28 de febrero; aunque continuará en la Junta de Gobernadores de la Fed, destacó Reuters.
Si bien esto no permite que el republicano nomine a nadie nuevo para el organismo —el presidente nomina candidatos que luego deben ser confirmados por el Senado—, sí abre la posibilidad de que nombre a un miembro existente para ocupar el rol que supervisa la elaboración de normas y la aplicación del sistema bancario estadounidense.
Asimismo, durante la segunda administración de Trump se vencerán también los mandatos de cuatro años de Powell y del otro vicepresidente del organismo, Philip Jefferson. En el caso del primero, será en mayo de 2026; mientras que en el segundo, en setiembre de 2027. Lo cierto es que existe la posibilidad de que sean reasignados en sus posiciones —tal y como fue el caso del actual presidente, que dirige la Fed desde 2018, tras haber renovado en 2022—; pero, en caso de que no sea así, podrían tampoco permanecer en la Junta de Gobernadores, tal y como sucede normalmente. Por lo tanto, se abrirían dos nuevas ventanas para el presidente republicano de nombras nuevos miembros.
De todos modos, cabe recordar que tanto Powell como los gobernadores Michelle Bowman y Christopher Waller fueron nombrados por el presidente el electo en su primer mandato, y que éstos han seguido la tradición de independencia de la Reserva Federal. Por lo que nuevos nombramientos no significa, necesariamente, una influencia determinante dentro del banco central por parte del jefe de Estado que los designa.
¿Son necesarias las reformas prometidas por Trump?
Donald Trump hizo campaña con promesas de aranceles agresivos a las importaciones, restricciones estrictas a la inmigración, desregulación y un gobierno más pequeño, pero la economía que heredará la próxima semana puede estar pidiendo a gritos algo diferente.
Con una expansión de la producción por encima de la tendencia, un mercado laboral cerca del empleo máximo y creando puestos de trabajo, y las brasas de la inflación aún latentes, Trump puede estar lanzando sus reformas prometidas en una economía que necesita menos el tipo de estímulo que le proporcionaron sus recortes de impuestos de 2017; en medio de un contexto diferente, que incluye también mayores déficits federales y costos de endeudamiento del gobierno más altos que los anteriores.
Como lo mostró una liquidación de acciones tras el sólido informe de empleo de diciembre de la semana pasada, también puede ser propensa a una corrección dados los altos valores de los activos y un mercado de bonos que ha estado haciendo subir los rendimientos, aseguraron desde Reuters.
"El éxito de la administración Trump sería no dañar la economía excepcionalmente productiva que está heredando", dijo Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics. "A primera vista, la combinación planeada de aranceles, deportaciones y recortes de impuestos financiados con el déficit "hará daño. Cuánto depende de cuán agresivamente se implementen estas políticas", añadió.
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