La Justicia condenará en proceso abreviado, a la pena de dos años de prisión domiciliaria —que comenzaría a regir en alrededor de dos semanas—, a una empleada de la corredora de bolsa Baeremaecker y Perera, por estafar a sus clientes. Una parte de la fraudulenta maniobra por más de 2.000.000 de dólares, consistía en retirar dinero en efectivo o en cheques sin autorización de los ahorristas.
Condenan por una estafa de más de u$s 2 millones a empleada de una corredora de bolsa
La Justicia sentenciará una pena de dos años de prisión domiciliaria, que comenzaría a regir en alrededor de dos semanas.
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El abogado de la acusada expresó ante la prensa que su clienta reconoció su parte en los hechos, aunque afirmó que los directores de la empresa siempre estuvieron enterados de las maniobras realizadas. Se estima que unos 30 clientes resultaron afectados por el fraude, en el que denunciaron haber sido estafados en una cifra cercana a los 2.000.000 de dólares.
La investigación detalla además que se hicieron al menos 121 retiros de dinero no autorizados y que se realizaron firmas de cheques con la intención de girarlos hacia los clientes extranjeros, pero con estos se pagaba a inversionistas dentro de Uruguay. La empleada, a su vez, realizaba a sí misma transferencias desde el BCU bajo el nombre de clientes de la firma.
Este caso fue denunciado el 28 de octubre de 2021 ante la Dirección General de Lucha contra el Crimen Organizado e Interpol. La investigación contó con la participación del fiscal a cargo de la causa, Gilberto Rodríguez, la Interpol, dos oficiales de Delitos Financieros, la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo (SENACLAFT), el Banco de Previsión Social (BPS) y la Dirección General Impositiva (DGI).
Desde Baeremaecker y Perera excusaron una vinculación de complicidad con su empleada
Desde Baeremaecker y Perera excusaron que se trató de una empleada que actuó por voluntad propia, sin recibir ninguna indicación por parte de sus superiores, radicando además, una denuncia en su contra, tras haber sido embargados por la Justicia.
Ante el embargo, la firma a cargo de Carlos Baeremaecker y Carlos Perera, había aclarado que los fondos de los clientes de la compañía no se encontraban afectados y señalaron que estaban “plenamente disponibles” en caso de que alguien deseara su retiro.
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