31 de marzo 2023 - 08:58

Ignacio Munyo: "El gran desafío que tienen América Latina y el Uruguay es crecer"

El director de Ceres repasó la agenda de oportunidades que tiene el país en un mundo cada vez más polarizado.

Ignacio Munyo

Presente en el American Liberty Forum desarrollado en el centro de convenciones de Enjoy Punta del Este por el CED, Ignacio Munyo, director del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) trazó una mirada completa sobre la realidad del continente. La posición de Uruguay destacada en el mapa de las democracias liberales del continente y el mundo y los desafíos que tiene el país por delante en materia de educación, desarrollo e inserción internacional lo entusiasman.

En esta entrevista con Ámbito.com, Munyo descarta tener ambiciones políticas, más allá de varios contactos y ofertas que recibió de varios partidos.

- ¿Cómo está ubicado a Uruguay en el mapa liberal de América?

- Yo no hablé del liberalismo, sino de democracias liberales. Ese es el faro donde hay que mirar. Es donde la revista The Economist deja al Uruguay como el número uno en América Latina y cerca del 10 del top ten mundial.

Entonces ahí sí hay un faro y es el enfoque que presentamos a nivel regional. Por esto fue una presentación de Uruguay no solo a nivel de toda América Latina, sino de lo que está pasando a nivel de la geopolítica global.

La evaluación será permanente y con tendencia hacia un futuro incierto, pero con poca probabilidad de que se termine esto de un mundo bipolar, EEUU- China, pero que por el lado de China aparece también Rusia y aparece el tema de hoy en día que ya es de Occidente, porque también es Europa con Estados Unidos.

Se ha polarizado mucho la situación global y esto tiene consecuencias desde todo punto de vista, empezando por lo más básico que que lo económico. O sea, esto tiene consecuencias que hacen que te puedan generar oportunidades para determinados países de América Latina en su relación comercial con América del Norte y con Europa en particular.

Tengamos esto en cuenta: puede haber oportunidades para países grandes de la región, como por ejemplo México, que tiene capacidad de producción en el sector industrial de la manufactura, ya se está viendo el estar en las cadenas de valor con Estados Unidos haciendo insumos. Pero también para los países chicos de la región, como Uruguay.

Está la oportunidad, no a través de la manufactura, sino de los servicios y ya lo estamos viviendo y lo hemos vivido en los últimos años con la industria del software, con los servicios profesionales.

Estados Unidos es nuestro principal cliente de servicios y si sumamos bienes y servicios están a mano con China a ver quién es el principal socio comercial

Hay un componente que pasa a tener un nuevo valor que es la cercanía cultural o el convencimiento de compromiso con los valores de la democracia liberal, con todo lo que eso implica en un marco nuevo que hay que poder saber aprovecharlo, porque como decíamos en la presentación , el gran desafío que tiene América Latina es crecer.

Lo primero que tiene que hacer es tener buenas políticas para que la economía crezca , ir a resolver los problemas de distribución del ingreso institucionales que son gigantescos, el crecimiento después se tiene que transformar en desarrollo e inclusión.

- ¿Entonces está alineado a la idea que ha expresado el presidente Luis Lacalle Pou de abrirse al mundo más allá de los los límites que marcan los procesos de integración regional por ejemplo?

- Yo creo en la apertura, porque es un mecanismo que hace que se generen condiciones para competir y eso genera oportunidades. La evidencia mostrada en el mundo -esto no es una creencia- es mirar cómo ha sido el desarrollo de los países y no hay prácticamente casos de países que sin abrirse comercialmente sino protegiéndose, hayan logrado mejorar la calidad de vida de la gente.

No es una opinión, es lo que ha pasado en el mundo en los últimos 30 años en todas las regiones. Entonces hay un camino que muestra qué genera mejor calidad de vida en la gente. Esto tiene que acompañarse de políticas sociales para que esas oportunidades económicas también generen un mayor bienestar.

- Hablando de democracia liberal y del liberalismo, ¿se puede seguir pensando en el Estado uruguayo, ese Estado “gordo” o hay que bajar un poco ese peso?

- El Estado tiene un rol importante para jugar en toda esta dinámica, porque en esa mayor apertura hay que lograr que determinados tipos de puestos de trabajo que son complejos, que son cada vez más exigentes, se inserten y se generen oportunidades para los que están preparados porque la realidad es que la competencia es competencia.

Pero hay gente que no está preparada todavía para esa competencia y ahí necesita un Estado, tiene un rol que jugar , pero también sabe que los que van a quedar afuera van a tener que ser atendidos por políticas sociales, donde el rol del Estado es cada vez más importante

Más que el tamaño lo que importa es que haga bien su trabajo, o sea, que cumpla con los objetivos de generar oportunidades para la gente con capacitación a lo largo de toda la vida, que la educación que brinda sea mejor.

- Ha publicado recientemente un libro que habla sobre la construcción de la esperanza. ¿Cómo es para un economista hablar de algo tan poco tangible?

- El título resume el espíritu del libro, que es una recopilación ordenada de más de 20 años de estudios en políticas públicas en todas las áreas, pero que tienen un factor común que es una visión optimista del Uruguay y de las oportunidades que tiene el país; una visión optimista que no es utópica porque se basa en la realidad, en visualizar una oportunidad que se tiene con esta situación global.

El Uruguay en los últimos años tiene una acumulación que ha trascendido gobiernos de todos los colores, de todos los partidos y se ha posicionado como un ejemplo de democracia liberal en América latina y en el mundo.

Pero se tiene que construir la esperanza de tener un mejor país para los que viven en nuestro país y para los que quieran venir del exterior a vivir acá con oportunidades reales. O sea, la oportunidad se tiene que traducir en hechos concretos.

Eso viene de la mano de de inversiones que tienen que venir al Uruguay y concretarse, pero para que eso pase hay una serie de reformas que el país tiene que ir procesando. Algunas de ellas están encaminadas, otras todavía recién están en fases muy iniciales y se juega mucho en los próximos años y hacia adelante.

- ¿Qué hay que hacer en ese sentido?

En educación, más allá de la educación formal, hay una agenda gigantesca de capacitación. A lo largo de las 325 páginas del libro se va transitando por distintas reformas políticas, con propuestas, con números, con investigación, porque la construcción se basa, no en prejuicios, sino en evidencia que funcionan en otros países.

Hay que basarse en investigación, en evidencia concreta y en el diálogo genuino entre las partes, que tiene que ser un diálogo informado. El libro tiene datos de todas las áreas de la seguridad ciudadana por ejemplo, con un capítulo basado en evidencia, no en mitos o prejuicios.

Pero también va por las políticas sociales, por la situación internacional del país, los sectores que han sido motores del crecimiento a lo largo de los últimos 30 años y su potencial, así que es muy amplio e invita a reflexionar.

- ¿Su aporte a la construcción de la esperanza está en la posibilidad de participar en política a corto plazo?

- No. La esperanza está en aportar donde estoy. Y es en ese lugar en donde creo que puedo aportarle más al país.

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