La utilización de la capacidad instalada de la industria fue del 72% durante el primer trimestre del año y alcanzó su nivel más alto desde 2007, de acuerdo al informe que elabora la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU).
La utilización de la capacidad instalada de la industria alcanzó máximos de 17 años
Ante una producción del núcleo industrial, la mejora está asociada al descenso del stock de capital.
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La industria utilizó el 68% de su capacidad instalada y se acerca a niveles de hace 11 años
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La producción industrial sigue creciendo a pesar de la baja del núcleo manufacturero

El uso de la capacidad instalada de la industria trepó a máximos de 2007.
De esta manera, el indicador se encuentra 4 puntos porcentuales (p.p.) por encima del nivel alcanzado en igual período del año pasado. Al comparar con los países vecinos, se ubica bastante por encima de lo que ocurre en Argentina, pero por debajo de Brasil.
El crecimiento se mantiene constantes desde 2021 y, según el informe de la CIU, se asocia principalmente al descenso del stock de capital del sector, algo que ocurre desde 2016, mientras que la producción del núcleo industrial se muestra relativamente estable.
La comparación con Argentina y Brasil
Si se compara el nivel de capacidad instalada de la industria con el de los países de la región, se observa que en Brasil aumentó tres puntos porcentuales, mientras que Argentina creció dos puntos en la comparación con igual trimestre del año pasado, en este último caso por la recuperación de la actividad industrial.
Sin embargo, el país que conduce Lula da Silva está muy por encima, con un 81% de las máquinas encendidas, frente al guarismos de Uruguay y al 55% de la nación que preside Javier Milei, cifra similar a la que mostró durante la pandemia.
¿Qué hay detrás de la capacidad ociosa?
Al ser consultados por los motivos para producir por debajo de la capacidad plena, la gran mayoría de los empresarios industriales lo atribuyeron a aspectos vinculados a la competitividad en el mercado interno, seguido por el mismo ítem con respecto al exterior.
A su vez, el desvío del tipo de cambio real respecto a sus fundamentos generó probablemente mayores restricciones a los exportadores industriales en el primer trimestre del año.
De hecho, un 50% de los industriales mencionó “insuficiente demanda interna” y un 36,1% habló de la demanda externa, ubicándose detrás las limitaciones de capacidad (23,6%) y las razones estacionales (20,8%).
Entre las menciones aparecieron también cuestiones de inventario (18,1%), insuficiente oferta de materia prima y aversión al riesgo comercial (16,7%), fin de la rentabilidad (15,3%) y paros (13,9%), entre otros.
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