El futuro de los negocios para los países de América Latina y, particularmente, el Cono Sur, está a las puertas de un impulso en la actual coyuntura global marcada por el aumento de los conflictos geopolíticos y la necesidad de los gobiernos de garantizar la seguridad tanto energética como alimentaria para sus poblaciones; pero también por un cambio de perspectiva global hacia la energía y la necesidad de producir con un menor impacto para el ambiente. ¿Qué rol tienen Uruguay y los demás países de la región?
Las energías renovables se posicionan como atractivas para la inversión en Uruguay y Sudamérica
El evento de Puente y Economist Impact indagó en las oportunidades de negocio para la región, entre las que están las inversiones y desarrollos en la industria energética.
-
Uruguay exportó u$s 104M en energía en lo que va del año
-
Uruguay está en un "muy buen momento para inversiones", según CPA Ferrere
Uruguay lidera la transición energética y las inversiones en la región.
Con esta premisa como puntapié del debate, Puente y Economist Impact reunieron a un grupo de importantes empresarios del sector en el evento “El Futuro de los negocios en el ‘Cono Sur’ de América Latina” y, particularmente, el panel “Impulsando el futuro: incorporando el Cono Sur a la economía energética global”, al que asistió Ámbito.
En el predio de La Rural, en la Ciudad de Buenos Aires, el evento reunió a personalidades políticas, empresarios e inversores de diversas industrias y países, que conversaron sobre las oportunidades de negocios para Sudamérica, principalmente. Y la energía fue uno de los ejes de discusión en el panel integrado por el gobernador de Neuquén Rolando Figueroa; el director ejecutivo de operaciones de Pan American Energy, Marcos Bulgheroni; la directora general de TotalEnergies Gas Cono Sur, Soledad Lysak; y el director general de Schroders Greencoat, Coen Weddephol.
Si bien los temas principales fueron el rol de las fuentes de energía convencionales como el petróleo y el gas en el contexto actual global —y cómo estas industrias todavía representan importantes oportunidades de negocio y desarrollo para algunos países como Argentina, incluso en términos de generar recursos para invertir en alternativas limpias—, también se destacó el rol de las energías renovables como nuevas alternativas de lograr inversiones y mejorar el posicionamiento de la región en el mundo.
En ese sentido, Uruguay fue puesto como un ejemplo de una transición energética exitosa por el presidente de Puente, Federico Tomasevich, donde casi el 100% de la electricidad consumida es producida a partir de fuentes renovables. En consecuencia, el volumen de energía limpia es atractiva no solo por su menor costo —importante en términos de eficiencia para los negocios—, sino también por la amplia disponibilidad para proyectos que requieren un amplio consumo: por ejemplo, la producción de hidrógeno verde —que requiere una gran capacidad hídrica— o el establecimiento de iniciativas tecnológicas como los data centers. Además, los excedentes energéticos se exportan a los países vecinos.
Como resaltó también el presidente de la Cámara de la Construcción y CEO de Saceem, Alejandro Ruibal —que participó en otro panel pero habló también del Uruguay energético—, hoy el país es un actor relevante del escenario del hidrógeno verde gracias a su matriz energética fundamentalmente limpia. “Hoy tenemos proyectos en marcha. Hicimos un trabajo muy serio para que las grandes inversiones puedan venir al país”, destacó, en esa línea.
Hidrógeno verde y las recomendaciones de desarrollo e inversión
“Ahora estamos en la cuarta revolución industrial, que tiene que ver con la transición energética y con la inteligencia artificial. La confluencia entre ambas es extremadamente poderosa”, señaló, a su turno, el director de Schroders Greencoat, Weddepohl. “Comparada con la revolución de internet que empezó en los 90, la transición energética está pasando de forma más rápida y con un mayor impacto global”, añadió.
“Uno de los proyectos de hidrógeno verde más grandes del mundo está siendo construido en Uruguay”, destacó el jerarca de la firma de inversiones de origen británico en diálogo con Ámbito. Los bajos costos de producción de energía para la elaboración del hidrógeno y la gran capacidad hídrica del país fueron claves para ello, según afirmó.
“La pregunta sería ¿quién va a comprar eso y en qué forma? Ya que el hidrógeno verde es bastante caro de producir, por lo que podría costar de 9 a 10 dólares por kilogramo, pero Uruguay podría venderlo un poco más barato que eso por los menores costos energéticos y de recursos”, consideró, algo que también lo hace atractivo para los inversores extranjeros.
De todos modos, aseguró que “para el sector privado es prácticamente imposible de producir” por su cuenta y sin subsidios, “por lo que el apoyo del gobierno es en las etapas tempranas es fundamental, así como el apoyo de bancos privados en forma de préstamos para un proyecto y el contar con un comprador a largo plazo desde el principio, no un comprador por uno, dos o tres años, sino un comprador que esté dispuesto a hacerlo a largo plazo”.
En el caso uruguayo, estas condiciones estarían cumplidas en los grandes proyectos que están sobre la mesa, tanto en la iniciativa de HIF Global como en los acuerdos en los que se avanza con la Unión Europea (UE) en esta materia.
“La clave está en establecer qué se hará con ese hidrógeno verde: ¿querés convertirlo en amoníaco verde (a partir de la reacción entre hidrógeno verde y nitrógeno atmosférico) y exportarlo, o hay usos posibles dentro del país? Eso es lo que hay que averiguar, no solo cómo producirlo a un menor costo, sino también cuál será su uso, quiénes serán los consumidores de ese hidrógeno verde y en qué forma”, recomendó Weddepohl.
Dejá tu comentario