15 de agosto 2024 - 14:27

¿Cómo le fue a Uruguay en la calificación regional de eficiencia de inversión en infraestructura?

En un contexto de cada vez menos inversión pública en América Latina, la calidad de estas inversiones, así como la eficiencia del gasto público son claves para el desarrollo.

Uruguay obtuvo un desempeño medio en cuanto a la eficiencia de su inversión pública en infraestructura.

Uruguay obtuvo un desempeño medio en cuanto a la eficiencia de su inversión pública en infraestructura.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desarrolló un índice de “eficiencia en la inversión pública” en infraestructura, con el objetivo de relacionar el nivel de calidad de las inversiones a partir de encuestas en relación con el valor del capital público per cápita (stock de capital). En dicho índice, Uruguay obtuvo un valor de 0,6 en la medición que va de 0 a 1, por lo que se ubicó en la mitad de la tabla en comparación con otros países de la región.

Por delante de Paraguay, Colombia, Bolivia, Costa Rica, Perú y Argentina, aunque peor que República Dominicana, México, Nicaragua, Ecuador y Chile. Así se ubicó Uruguay en el índice de eficiencia en la inversión pública en infraestructura realizado por el BID, y consignado por el semanario Búsqueda; a partir de su puntuación de 0,6. Un dato no menor si se considera la importancia que tiene la eficiencia en el gasto público, sobre todo en situaciones delicadas a nivel fiscal.

Además de comparar el valor del capital público con una medida de la calidad de la infraestructura basada en encuestas, un análisis complementario incluyó también la medición del efecto multiplicador que tiene un incremento de la inversión pública sobre la actividad económica —es decir, sobre el Producto Bruto Interno (PBI)—; así como otros aspectos relacionados con la eficiencia del uso de los recursos invertidos, tales como la calidad institucional de cada país, el “estado” de sus economías, el nivel de endeudamiento, el tipo de cambio y la regulación del mercado laboral.

En ese sentido, el retorno positivo en el PBI de una inversión se obtiene, a nivel promedio de América Latina, recién en el segundo año; aunque, transcurrido ese lapso, en la mayoría de los países se registran multiplicadores mayores o iguales a la unidad. En el caso de Uruguay es de 1,3, un guarismo similar al de Nicaragua (1,4), superior al de Paraguay o Ecuador (0,5 y 0,7), pero menor que Chile (2,7), Colombia (2,4) o Argentina (1,8).

A nivel regional, se podría ahorrar el 41% del dinero invertido y generar recursos equivalentes a 1,4% del PBI si se mejorase la eficiencia del gasto público.

Una inversión por debajo del promedio

Asimismo, la investigación del BID reflejó que, en 2022, Uruguay tuvo una inversión pública por debajo del promedio regional, con un 2,3% del PBI cuando la media en América Latina fue del 3,4%. Esto, incluso, en un contexto en el que la inversión pública se viene desacelerando significativamente en los países latinoamericanos, debido a la presión fiscal y a la poca capacidad de ahorro para afrontar grandes proyectos o un crecimiento sostenido.

La respuesta o solución a esto, también en el país, sería fortalecer los mecanismos que permitan mejorar la calidad del gasto. Un aspecto en el que, recientemente, coincidió una investigación del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres).

A pesar de los bajos niveles de inversión del 2022, cabe recordar que, en en los últimos años, la inversión en infraestructura ha sido un eje de las políticas del actual gobierno, con proyectos centrados fundamentalmente en vialidad, aunque también con obras como el Hospital del Cerro, ya inaugurado; o los futuros proyectos en Arazatí y la hidrovía en Laguna Merín.

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