Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que surgen de la Encuesta de Hogares, reflejan un avance claro en los indicadores de ingreso de las personas y familias. Por un lado, el empleo mejoró en junio y cerró el primer semestre con un avance de medio punto respecto al mismo mes del año pasado. En concreto, la tasa subió de 57,1 a 57,6% en el promedio semestral (en el dato puntual de junio quedó en 58,2%). Hay que ir hasta el año 2017 para encontrar un promedio semestral similar. Esto implica que aumenta el número de personas trabajando en relación a la población en edad de trabajar. El desempleo también subió, porque hay más personas en el mercado de trabajo. Promedió 8,5% en el primer semestre, 7 décimas por encima del año pasado, pero es una tasa inferior a la del mismo período de 2019 y similar a 2018. El aumento del empleo implica que –según la estimación del INE- hay en Uruguay más de 1 millón 700 mil personas trabajando.
Más empleo, más salario, más ingreso
Salario y empleo suben, lo que aumenta el ingreso real promedio de los hogares. La economía ya dejó atrás la pandemia y el pico de inflación, aunque sufre la seca y la crisis argentina.
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Se vuelve a deteriorar el déficit fiscal, que ya llega al 3,9% del PBI
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Fuerte suba del salario real: 4,2% anual a junio
En simultáneo con el aumento en el empleo se está dando una fuerte recuperación del salario real. Esto es consecuencia de la suba de los salarios en términos nominales y la baja simultánea de la inflación. En efecto, la política salarial actual tiene el objetivo de recuperar el nivel salarial perdido en el año de pandemia y subsiguientes, con aumentos nominales por encima de la inflación. A su vez, ésta ha ido bajando luego del pico máximo que se registró el año pasado (consecuencia de la salida de la pandemia y la suba de precios por la guerra). El alza anual del IPC (que es el dato clave, más allá de las variaciones mensuales) tocó un mínimo de varios años en junio, con un aumento inferior al 6%. En el mismo período el Índice Medio de Salarios avanzó más de 10,4%, de lo que resulta en un aumento real del salario del 4,2% en el último año. De esta manera, el índice promedio queda en nivel similar al del año 2019 (pre pandemia).
Más empleo y más salario están en la base de un importante aumento en el ingreso real de los hogares. Según divulgó esta semana el INE el Ingreso Medio de los Hogares subió 7,1% real en el trimestre abril-junio, en comparación con igual trimestre de 2022. De esta forma, el ingreso de los hogares no solo supera los niveles pre pandemia sino que marca un máximo desde el año 2018 (gráfica).
Esto está mostrando que la economía dejó ya atrás la pandemia y los efectos del pico de inflación internacional, que afectaron particularmente en 2022. Y la mejora se logra aún con la sequía y el impacto negativo de la crisis en Argentina. Si la disponibilidad de agua se normaliza, es de esperar que la producción en el agro se recupere hacia 2024. Respecto a Argentina, el escenario es de mayor incertidumbre y no es claro que la diferencia cambiaria se reduzca en lo inmediato.
Estos dos factores también están incidiendo en la situación fiscal, con un nuevo aumento del déficit (4% anual a junio). Es tal vez el asunto más preocupante en el tablero económico, en especial de cara a un año electoral. Cabe recordar que, en cierta medida, el déficit se redujo en años previos por la baja en los salarios reales. Ahora suben, mientras la recaudación retrocede. Cómo se arbitre esto en los próximos meses es clave para las finanzas públicas.
En cualquier caso, la economía ha mostrado capacidad de recuperación y avance. Las mejoras de productividad en varios sectores particularmente dinámicos (tecnologías de la información, agronegocios y otros), sumadas a mejoras en el ambiente de negocios, seguramente están en el fundamento de la tendencia. El hecho de haber buscado proteger primeramente el empleo durante el embate pandémico (resignando salario) estaría retribuyendo ahora con un aumento simultáneo de ambos indicadores. De todos modos quedan pendientes mejoras en la competitividad, porque muchas empresas y sectores tienen dificultades para avanzar con los actuales costos locales.
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