El proyecto de Rendición de Cuentas sigue su discusión en el Parlamento, ahora en la Cámara de Senadores. La situación fiscal del Uruguay es delicada, a pesar de que su deuda soberana cuenta con grado inversor y hay quienes apuntan a que podría incluso mejorar su nota en el futuro próximo.
Militares: sueldos y votos
Cabildo Abierto reclama un aumento para las Fuerzas Armadas, un asunto que tiene más relevancia política que presupuestal.
-
Cabildo Abierto debe especificar el aumento presupuestario que reclama para avanzar con la negociación
-
Rendición de cuentas: avanzan las negociaciones para tratar de cumplir los reclamos de Cabildo Abierto

El país se ha caracterizado por una conducta fiscal buena, aunque no exenta de dificultades y desafíos. La reciente instrumentación de la regla fiscal ayuda más a mantener esa trayectoria positiva, aunque no es una solución definitiva. De hecho, en los últimos meses el déficit fiscal se ha elevado hasta alcanzar un 4%. En julio la recaudación de la DGI volvió a bajar, pero el aumento en los salarios reales permitió una mejora en la recaudación del BPS, que compensó lo anterior. En ese marco, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, plantea otra vez la necesidad de controlar el gasto y expresó que mantiene una expectativa de que el déficit baje a un 3,2% en el cierre del año, por menores gastos en salud y cierta reducción en los gastos por infraestructura, que vienen subiendo.
En este contexto, se está dando una discusión sobre un reclamo de Cabildo Abierto para aumentar los sueldos de las Fuerzas Armadas, excluyendo los escalafones más altos, en un asunto que tiene más relevancia política que presupuestal. Los liderados por Guido Manini Ríos piden unos $ 400 millones para aumentar en unos $ 1.000 mensuales el salario desde soldados hasta el grado de teniente coronel. Piden además otras partidas agregadas para nocturnidad (ya se han dado en la Rendición anterior), y refuerzos en sanidad militar. El presupuesto total anual de Defensa es hoy casi $ 30.000 millones anuales, de lo cual 78% son salarios. Los salarios en el Ministerio de Defensa son el 9% del gasto salarial total (Administración Central + organismos del 220).
Será difícil atender el reclamo, entre otras cosas porque el Parlamento no puede ampliar el gasto sino tan solo establecer reasignaciones. Esto quiere decir que si se aumenta el salario de los militares, hay que recortar por otro lado. Existe la posibilidad de echar mano a partidas sin ejecutar, pero esto también es limitado. Desde Cabildo Abierto especulan que también podría haber un mensaje complementario, con ampliación de gasto, pero esto también parece poco probable.
Desde el Ministerio de Defensa se destaca que el presupuesto para salarios militares ha tenido refuerzos importantes durante esta administración, pero Cabildo Abierto dice que también los hubo para otras áreas de la Administración. ¿Cuáles son los números? en el cuadro adjunto presentamos las variaciones en valor real de los ingresos de los distintos escalafones, comparando el año 2023 con 2019. Se ponen los escalafones del ejército, pero la situación es paralela a las otras fuerzas. Se observa que –efectivamente- en los rangos bajos hay un avance real, en algunos casos importantes. Asimismo, en su comparecencia en Diputados, el ministro Javier García destacó que no solo aumentó el salario real de los escalafones bajos y medios, sino que para el salario de ingreso a las Fuerzas Armadas, la mejora fue mayor que en la Administración Central (segundo cuadro).
Más allá de las diferencias entre rangos y dentro de la administración, no hay que perder de vista que los salarios hoy se están recuperando en casi todos los ámbitos, por la caída de la inflación. Aun así, los aumentos otorgados (y los que puedan venir) mejoran el bolsillo de los militares (en especial a los rangos inferiores). Y este es el asunto clave desde el punto de vista político: los efectivos militares han sido un electorado en disputa. El Frente Amplio (en particular por la acción del MPP) ha incrementado su incidencia allí, a pesar del histórico recelo de la izquierda. La llegada de Cabildo Abierto al mapa político interrumpió (y seguramente revirtió) esa tendencia. Pero la disputa sigue y lo que sucedió en el último balotaje está fresco en la memoria de los actores políticos.
El riesgo es que la discusión política de corto plazo deje en un segundo plano lo más importante: tener Fuerzas Armadas modernas, con alta capacidad operativa y de disuasión; y –por qué no- que participen en el desarrollo tecnológico y productivo, Como sucede en cualquier país que tenga un mínimo de visión estratégica. En esta administración se dieron pasos en renovación de material y mayores inversiones, aunque todavía falta mucho. A su vez, se hizo confluir –a mediano plazo- el régimen de retiros militares con el resto, con atenuantes pero en una decisión relevante, que hace a una situación más justa. Las aspiraciones son amplias, los recursos limitados.
- Temas
- Uruguay
- Cabildo Abierto
Dejá tu comentario