Expertos de la región y locales analizaron el estado actual de la educación y los desafíos existentes ante el avance de la tecnología y la preparación de los educandos para el mundo del trabajo durante un evento en Montevideo. Los conceptos centrales manejado por los expertos participantes fueron el de “competencias globales “y “ciudadanía digital”,
¿Por qué razón el Uruguay es ejemplo a nivel regional en políticas educativas?
Expertos de la región destacaron fortalezas del sistema nacional que podrían imitarse en Sudamérica.
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Juan Medici, director ejecutivo para AFS Argentina, Uruguay y Brasil, una organización sin fines de lucro, de base voluntaria internacional y no gubernamental, que promueve oportunidades de aprendizaje intercultural, fue el vocero central del evento que recibió a decenas de educadores en Montevideo.
Medici reflexionó sobre los posibles riesgos existentes en cuanto al avance de la inteligencia artificial (AI) y su impacto en la educación. “Creo que el mayor riesgo es la ignorancia, no entender el potencial de la herramienta, asumiendo que es una herramienta, y nos parece importante contemplarla como una herramienta complementaria para expandir el potencial de la persona”, dijo y agregó: “La velocidad de cambio de la tecnología y la gestión del aprendizaje y del conocimiento en las empresas empieza a ser un gran desafío y uno ve, por ejemplo, hoy en día lo que se llama la renuncia silenciosa de los jóvenes. Hay una desconexión entre las expectativas de los jóvenes y las expectativas de las empresas y esa brecha se tiene que trabajar”.
Uruguay como ejemplo
El especialista ubicó al Uruguay como un “ejemplo para Latinoamérica” en varios aspectos vinculados a la educación, sobre todo lo que has sido la incorporación de tecnología para el desarrollo de competencias de los jóvenes. “El sistema educativo a nivel global está siendo desafiado, cuestionado por su rigidez para adaptarse a los nuevos contextos, adaptar sus currículas y para preparar al docente y a nuestros estudiantes. En ese sentido Uruguay tiene algunos puntos de ventaja en comparación con otros países”, señaló Medici.
En esa línea el Plan Ceibal, creado en la primera administración de gobierno del Frente Amplio (FA) es señalado como la principal referencia y como vanguardia. “Para Uruguay fue una fortaleza que en la pandemia se vio potenciada. Es decir, la brecha y la desconexión que tuvieron los estudiantes en ese momento en Uruguay fue menor a lo que se vio en otros países. Uruguay fue uno de los pocos países que pudo continuar con su sistema educativo sin tantos baches en comparación con muchos otros, sobre todo de la región, que los estudiantes perdieron una conexión casi total”, analizó Medici.
Por su parte Cristian Bravo, coordinador regional para América Latina y el Caribe de Educación para el Desarrollo Sostenible y Ciudadanía Mundial en la Unesco, dijo en entrevista con Ámbito que “Uruguay es uno de los países que tiene mejores indicadores en sistemas de calidad de la educación” y que “también tiene la ventaja, de que tiene una gran tradición de cultura estatista, donde las políticas van más allá de los gobiernos y eso es algo que es muy valioso”.
El experto reafirmó el concepto de que “la integración de las tecnologías y el Plan Ceibal hizo que Uruguay fuera un ejemplo para el mundo en cómo integrar tecnologías en la educación y lograr asegurar su derecho, más allá de lo que significó la pandemia”.
“Es uno de los países donde el resto de la región puede aprender mucho, sobre todo en la vinculación desde la educación como un bien público y un derecho, y en asegurar que en contextos de crisis la educación se siga dando, no se interrumpa y no genere brechas en las trayectorias educativas”, afirmó el experto de nacionalidad chilena.
Bravo comparó los avances llevados a cabo en Uruguay con la realidad existente en su país. “En Chile teníamos un modelo pensado en una educación que está al servicio solo de pruebas estandarizadas, pero no un resultado y un propósito más profundo. Entonces todo este debate constitucional tuvo que ver bastante con eso, con cómo lográbamos que en Chile se entendiera que el propósito de la educación tenía que ser el bienestar social integral y no solamente preparar personas para poder participar en la vida y proyectos individuales” cuestionó.
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