La Cámara Uruguaya de Fintech (CUF) ya planifican sus prioridades para el 2023, y buscarán generar una mesa coordinada con los bancos públicos y privados con el objetivo de abrir cuentas bancarias de las empresas de tecnología financiera del país, así como profundizar la relación con el Banco Central de Uruguay (BCU); continuando el hito alcanzado por el sector durante este año: la creación de una cuenta recaudadora de fondos para la cámara en un banco local.
¿Qué piden las fintech al sector bancario tradicional?
La Cámara uruguaya de Fintech delinea sus prioridades para el 2023, y entienden que la convivencia con el sistema tradicional será fundamental.
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No hay dudas de que las fintech tienen un rol cada vez más importante para la economía del país, y así lo entiende también el gobierno de Luis Lacalle Pou, que busca incentivar este tipo de empresas para convertir a Uruguay en un hub de innovación a nivel regional y mundial. Pero son las mismas compañías tecnológicas las que empujan también para profesionalizar cada vez más el sector.
En este sentido, la CUF —que cuenta con 45 empresas miembro, 39% de las cuales son empresas jóvenes en procesos de validación de sus negocios, 20% en validación del mercado y 41% escalando— no solo logró la apertura de la cuenta recaudadora de fondos, sino que estableció un vínculo directo con la Asociación de Bancos Privados (APBU) y otras entidades para, más adelante, abrir cuentas bancarias de empresas en el sector bancario local. Concretar esta posibilidad será una de sus prioridades para el año que viene, alcanzando un paso más en la convivencia entre el sistema tradicional y el fintech.
La CUF, con los ojos puestos en la Hoja de Ruta del BCU
En el plan de la Cámara Uruguaya de Fintech, el BCU deberá cumplir el rol fundamental de regulador fuerte pero que esté dispuesto a escuchar, con la transparencia y el usuario en el centro; y en concordancia con lo que sucede a nivel internacional respecto a la expansión de las fintech y su relevancia en los sistemas financieros, pero en un escenario en el que la expansión se enlentece y las inversiones extranjeras son cada vez más difíciles de conseguir.
En sintonía con sus objetivos a corto y mediano plazo, la CUF está atenta a la agenda 2023-25 del BCU, que ya contempla involucrarse en ámbitos más relacionados a las empresas de tecnología financiera con, por ejemplo, la definición de un marco jurídico y regulatorio de open banking, la profundización del marco conceptual de activos virtuales en cuanto a las stablecoins o monedas estables, y ajustes en la normativa de lavado de activos.
América Latina busca acelerar sus fintech
Así como la CUF trabaja a nivel local para fortalecer a las empresas de tecnología financiera, la Alianza Fintech Iberoamericana —actualmente presidida por Argentina e integrada por 16 asociaciones que representan más de 2.500 fintech de América Latina y España— busca que el sector crezca con mayor velocidad en la región.
La base para avanzar es positiva: una de cada cuatro fintech del mundo son de América Latina, y en 2021 sumaron 10.000 millones de dólares en inversión directa. Del 2022 esperan que sea el segundo mejor año de la historia en términos de cantidad de acuerdos de negocio.
Con esto en la mira, uno de los principales objetivos de la Alianza para el 2023 es acompañar los procesos regulatorios de las fintech que se están dando en los distintos países, así como estandarizar las verticales de estas empresas en Iberoamérica.
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