En el mundo de los negocios, pocas historias son tan reveladoras como la de los millonarios que supieron detectar oportunidades antes que el resto. Carlos Slim Helú, uno de los empresarios más influyentes de México y América Latina, tuvo una revelación crucial en un lugar inesperado: la mesa de su casa, durante una cena familiar. Fue ahí donde descubrió el internet y comprendió que se trataba de la próxima gran revolución tecnológica.
En la década de los años 90, el internet apenas comenzaba a desarrollarse a nivel mundial. No existían buscadores como Google, las conexiones eran lentas y el acceso estaba reservado para pocos. En ese contexto, Slim tuvo su primer acercamiento a esta nueva tecnología gracias a una conversación con su yerno, el empresario Arturo Elías Ayub. Lo que comenzó como una charla informal sobre computadoras se convirtió en una de las decisiones más trascendentales de su carrera empresarial.
Esa cena marcó el inicio de una era para Carlos Slim Helú, quien pronto entendió que el internet no solo era una herramienta útil, sino el futuro del mundo. Con visión de largo plazo y un olfato privilegiado para los negocios, el magnate mexicano apostó por desarrollar la infraestructura digital en México, y lo hizo desde uno de sus activos más poderosos: Telmex.
Carlos Slim Helú y Arturo Elías Ayub
Arturo Elías Ayub y Carlos Slim Helú
El increíble inicio de Carlos Slim Helú en la internet
La historia fue revelada por Arturo Elías Ayub en una entrevista con el youtuber Roberto Martínez. Ayub relató cómo su primer contacto con el internet ocurrió gracias a un amigo interesado en las computadoras, quien le contó que la UNAM había comenzado a ofrecer conexiones a internet para hogares. Aunque Elías Ayub solo usaba computadoras para jugar Tetris, pronto comprendió el potencial de esa nueva tecnología.
Con entusiasmo, decidió compartir su hallazgo con Carlos Slim, pero lo hizo de una forma estratégica: le mostró un recorrido virtual por el Museo del Louvre, sabiendo que el arte era uno de los pasatiempos favoritos del empresario. Slim quedó maravillado. “Esto es la revolución del mundo, no hay duda”, dijo esa noche. Fue en ese instante que visualizó cómo el internet podía transformar todos los aspectos de la vida, desde el entretenimiento hasta los negocios.
A partir de ese momento, Slim confió en el potencial de su yerno y lo nombró director de Internet dentro de su grupo empresarial. Así comenzó a trazar su camino como uno de los pioneros en el desarrollo de la conectividad digital en México, años antes de que la mayoría entendiera su alcance.
Telmex, una de las grandes empresas de Carlos Slim Helú
El punto de inflexión llegó cuando Carlos Slim obtuvo la mayoría accionaria en la privatización de Teléfonos de México (Telmex), en una operación que lo convirtió en el principal operador de telecomunicaciones del país. Adquirió el 71% de la compañía y desde ahí construyó una red de infraestructura que sería clave para el acceso al internet en todo el territorio nacional.
TELMEX.webp
La cena en la que Carlos Slim Helú descubrió la internet y se dio cuenta de que era el futuro del mundo
La apuesta por Telmex no solo fortaleció su imperio, también consolidó su visión tecnológica. En plena década de los 90, Slim comenzó a integrar los servicios de internet en los hogares mexicanos, facilitando el acceso a una herramienta que, hasta entonces, parecía exclusiva para investigadores y académicos.
Desde entonces, Telmex no solo ha sido una empresa clave en el portafolio de Slim, también ha sido una plataforma de innovación. Elías Ayub, quien formó parte activa de esa transformación, también ha comparado el impacto del internet con el de otras tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial. En sus palabras, “la inteligencia artificial será una herramienta increíble para quienes sepan utilizarla, pero también una amenaza para quienes no lo hagan”.
Con casi 100 mil millones de dólares en su fortuna —según el índice de Bloomberg—, Carlos Slim no solo es uno de los hombres más ricos del planeta. También es el ejemplo de cómo la visión, la curiosidad y una cena familiar pueden cambiar el rumbo de un país y marcar el inicio de una nueva era tecnológica.
Dejá tu comentario