La familia Servitje ha sido un actor central en la historia de la industria alimentaria mexicana durante décadas, construyendo un legado que trascendió las fronteras nacionales a través de marcas icónicas como Grupo Bimbo y su división de confitería, Ricolino.
Quiénes son los Herederos de Ricolino y Grupo Bimbo tras la venta a Mondelez: el legado dulce de la familia Servitje
Tras la transacción multimillonaria de Ricolino a Mondelez, el enfoque se centra en la identidad y el rol de los sucesores de la familia Servitje en el manejo del legado remanente del consorcio.
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Las decisiones estratégicas tomadas por esta familia de empresarios no solo han moldeado el mercado de panificación y golosinas en México, sino que también han influido en el panorama económico global, atrayendo el interés de grandes corporaciones internacionales.
La reciente venta de la división Ricolino a la multinacional Mondelez International marcó un hito en la trayectoria empresarial del grupo, redefiniendo la estructura y el enfoque de las operaciones familiares.
Los Herederos de Ricolino y Grupo Bimbo tras la venta a Mondelez: el legado dulce de la familia Servitje
En 2022, la noticia sacudió a la industria: Grupo Bimbo decidió ceder su icónica división de dulces y confitería, Ricolino, a la multinacional estadounidense Mondelez International —dueña de marcas de prestigio mundial como Oreo, Milka y Cadbury— por un monto que superó los 27,000 millones de pesos. Si bien esta transacción marcó la culminación de un ciclo para una marca con profundas raíces en México, simultáneamente dio paso a una fase de reestructuración y visión renovada para la familia Servitje, una de las sagas empresariales más poderosas e influyentes de América Latina.
La desincorporación de Ricolino, lejos de ser vista como un tropiezo, formó parte de un plan estratégico enfocado en la solidez y diversificación. Los descendientes de Lorenzo Servitje, el fundador de Bimbo, están impulsando esta estrategia con un enfoque moderno y alcance global.
El desprendimiento de una marca emblemática
Desde su concepción en 1970, Ricolino sirvió como la vía de acceso de Bimbo al mercado de golosinas y chocolates. Con productos muy queridos por el público, como Duvalín, Paleta Payaso, Bubulubu y Kranky, logró consolidar un importante arraigo cultural en la vida de millones de mexicanos.
No obstante, después de cinco décadas de crecimiento, la familia Servitje optó por desprenderse de ella para concentrar sus esfuerzos en sus líneas de negocio principales: panificación, snacks y alimentos de corte saludable, áreas donde Bimbo se posiciona como líder mundial.
Esta movida fue orquestada por la dirección de Daniel Servitje Montull, actual presidente y CEO del grupo, y Roberto Servitje, ambos miembros de la segunda generación. La venta permitió inyectar músculo a la estructura financiera de la compañía y reorientar las inversiones hacia áreas clave como innovación, tecnología y sustentabilidad.
El refuerzo de la cúpula familiar
Actualmente, los nietos del fundador están comenzando a ocupar posiciones en distintos frentes del conglomerado, bajo un principio claro: mantener la esencia familiar junto con una alta profesionalización corporativa.
La familia conserva el timón del grupo a través de un sistema de gobierno corporativo que integra tanto consejos familiares como órganos directivos autónomos, una metodología que les ha garantizado cohesión y firmeza a lo largo de los años.
Aunque vender Ricolino supuso el cierre de una etapa con un alto valor emocional, también representó el lanzamiento de una nueva filosofía de negocios: transformar a Bimbo en una potencia en alimentación integral, priorizando productos más saludables, ecológicos y con expansión internacional.
Más allá de la panadería
La influencia de la familia Servitje se sigue expandiendo en más de 30 países, con operaciones que abarcan desde cereales y botanas hasta soluciones tecnológicas y energías limpias.
Lejos de reducir su alcance, los herederos han tomado la venta de Ricolino como un ejemplo palpable de su filosofía: la necesidad de adaptarse y evolucionar para seguir avanzando.
La trayectoria de los Servitje demuestra que, incluso después de decir adiós a una de sus firmas más entrañables, el grupo se mantiene como uno de los conglomerados familiares más estables y con mayor visión de futuro en México.
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