CFE y el enigma del medidor: lo que podría ocurrir con tu equipo, según la ley mexicana

La Comisión Federal de Electricidad puede sustituir medidores en ciertos casos; la ley detalla cuándo procede y qué derechos conserva el usuario.

CFE y el enigma del medidor: lo que podría ocurrir con tu equipo según la ley mexicana

En los últimos años, la modernización del sistema eléctrico nacional ha avanzado a paso firme, y uno de los cambios más visibles para los hogares es la llegada de los medidores inteligentes. Aunque su instalación promete mayor precisión y eficiencia, el proceso ha generado dudas entre los usuarios, especialmente cuando el reemplazo se realiza sin previo aviso. Ante este escenario, surge una inquietud clave: ¿qué puede pasar con tu medidor según la CFE y qué dice la ley sobre estos cambios?

La Comisión Federal de Electricidad ha impulsado un modelo que integra tecnología avanzada para medir el consumo de manera más exacta. Estos nuevos equipos, conocidos como medidores AMI (Infraestructura de Medición Avanzada), permiten lecturas remotas, reducen fallas en la facturación y ayudan a identificar irregularidades en el suministro. Sin embargo, su introducción ha generado un debate sobre los alcances legales de la empresa cuando decide cambiar un medidor sin el consentimiento del usuario.

¿Puede la CFE cambiar tu medidor sin pedir autorización?

La respuesta es afirmativa, pero con matices importantes. De acuerdo con la Ley de la Industria Eléctrica y los lineamientos establecidos por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la CFE tiene la facultad de sustituir un medidor sin necesidad de solicitar la aprobación del usuario, siempre que existan razones técnicas, de seguridad o de mantenimiento que lo justifiquen.

Esta facultad se basa en un punto fundamental que muchos desconocen: el medidor no es propiedad del consumidor, sino parte del equipamiento que forma la infraestructura de la empresa suministradora. Por lo tanto, la CFE está obligada a mantenerlo en condiciones óptimas para garantizar un registro confiable y continuo del consumo eléctrico.

Motivos por los cuales la CFE puede hacer un cambio obligatorio

Motivos por los cuales la CFE puede hacer un cambio obligatorio

Aunque la ley permite la sustitución sin autorización expresa, el cambio debe estar apoyado en causas concretas. Entre las más frecuentes se encuentran:

• Fallas en el funcionamiento del medidor, como lecturas imprecisas o interrupciones en el registro.

• Riesgos de seguridad, por ejemplo, equipo dañado, quemado o con riesgo de generar cortocircuitos.

• Evidencia de manipulación, una de las razones más graves que obliga al reemplazo inmediato.

• Actualizaciones obligatorias, especialmente cuando la tecnología anterior ya no cumple con los estándares regulatorios.

En todos estos casos, la intervención de la CFE está respaldada por la ley y forma parte del mantenimiento de su infraestructura.

¿Debe la CFE avisar antes del reemplazo?

En teoría, sí se espera que la CFE notifique a los usuarios antes o después del proceso, dependiendo de la urgencia del caso. Sin embargo, en la práctica, muchas sustituciones se realizan sin previo aviso, lo que provoca inconformidades, dudas e incluso sospechas entre los usuarios que desconocen los lineamientos legales.

A pesar de ello, la falta de aviso no significa que el consumidor quede sin protección. La normativa contempla varios derechos para quienes noten cambios en su servicio.

¿Debe la CFE avisar antes del reemplazo?

Cuando un medidor es sustituido, el usuario puede:

• Solicitar información detallada sobre la razón del cambio.

• Pedir una revisión del nuevo medidor si detecta variaciones atípicas en su consumo.

• Presentar aclaraciones formales ante la CFE si la factura muestra incrementos inesperados.

Estos mecanismos permiten verificar que el reemplazo se haya realizado por motivos válidos y que el nuevo equipo esté funcionando correctamente.

Aunque la CFE tiene sustento legal para realizar reemplazos obligatorios, la comunicación con los usuarios sigue siendo un elemento esencial para evitar molestias y fomentar confianza. Dejar claro por qué se cambia un medidor y qué beneficios aporta la nueva tecnología podría reducir la incertidumbre y facilitar la transición hacia sistemas de medición más modernos.