Uruguay se enfrentaría a un escenario único en su historia en caso de que Álvaro Delgado sea declarado ganador en el balotaje de este domingo. Siendo presidente, tendría que afrontar un Senado con amplia mayoría del Frente Amplio (FA), lo que comprometería la gobernabilidad de su gestión, mientras que Yamandú Orsi tendría un camino más allanado si se impusiera en los comicios.
El Frente Amplio con el poder parlamentario, un escenario desafiante en un eventual gobierno de Álvaro Delgado
El candidato blanco tendría que negociar permanentemente con un Senado de mayoría frentista.
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El Frente Amplio cuenta con mayoría parlamentaria y un posible gobierno de Álvaro Delgado vería comprometida su gobernabilidad.
En las elecciones de octubre el Frente Amplio se coronó como amplio ganador en la Cámara alta con un total de 16 representantes, mientras que el Partido Nacional y el Partido Colorado lograron colocar 9 y 5, respectivamente. Mientras, en la Cámara de Representantes, la Coalición Multicolor que lidera Delgado llegó a 49 diputados (29 del Partido Nacional, 17 del Partido Colorado, 2 de Cabildo Abierto y 1 del Partido Independiente) y el FA a 48.
De esta manera, el escenario de gobernabilidad de Delgado se compromete teniendo en contra a la mayoría del Senado. “Es una cosa insólita para este país que habrá que ver cómo maneja. Básicamente no puede hacer nada porque no puede aprobar ninguna ley, pero además no puede nombrar a ningún organismo, embajadores ni directores de empresas públicas porque todo eso pasa por el Senado”, dijo el analista político Daniel Buquet en diálogo con Ámbito.
Por su parte, Orsi llegaría a tener un camino más allanado con una Cámara Alta a su favor y una Cámara de Representantes donde solamente tiene que conseguir dos votos más para obtener mayoría. “Es un gobierno que está en minoría en Diputados, pero tiene buenas chances de conseguir esas mayorías circunstanciales en cada caso”, explicó el politólogo Mauro Casa.
La necesidad del diálogo
Con este posible escenario, si el ganador de la noche de domingo es Delgado, el eventual mandatario tendrá que poner sus armas de negociación y dialogo sobre la mesa. “La gobernabilidad que puede ofrecer Delgado esta 100% supeditada a los acuerdos que pueda hacer con la oposición”, remarcó Casa.
Sin embargo, no se esperaría que el FA se ponga en postura de no negociación, aunque el conflicto político y las negociaciones constantes estarían a la orden del día.
“En Estados Unidos, este fenómeno lleva el nombre de gobierno dividido”, explicó Buquet. Pero remarcó que la diferencia con Uruguay es que aquí los partidos políticos son disciplinados, por lo que se acorta la posibilidad de negociar con la posible oposición.
“Al gobierno de Delgado no le va a quedar otra que ofrecerle a Frente Amplio formar parte de su gobierno. Va a necesitar que se integre en el gabinete de ministros probablemente, aunque es posible que FA rechace esa invitación”, estimó Casa por su parte.
Las elecciones parlamentarias cambiaron el rumbo de la campaña
"Me gustaría contar con Orsi, porque creo que tiene un valor per se contar con él en el próximo gobierno". Estas y otras declaraciones más pertenecen a un Álvaro Delgado que moderó su discurso contra su rival y tomó una posición de conciliación con una posible oposición que tiene mayoría en el Parlamento.
De esta manera, las elecciones parlamentarias formaron un papel importante en lo que quedó de la campaña de cara al balotaje. Los candidatos tuvieron que rever sus posiciones y hacer alguna que otra modificación en sus campañas. “Ambos tuvieron que cambiar, en alguna medida, su estrategia de campaña por cómo quedó conformado el Parlamento”, afirmó Casa. “El posicionamiento de Delgado es mucho más estratégico y se nota que es una impostura”, agregó.
Prueba de fuego
“Uruguay tiende a funcionar como un ejemplo de la democracia, del buen funcionamiento de la política, de los partidos políticos. Pero si pasa esto, sería como una prueba de fuego para ver si es cierto que, en estas condiciones, se mantienen abiertos los canales de diálogo y el posible gobierno logre gobernar”, comentó Buquet.
Durante estos últimos 20 años, los gobiernos de turno han contado con mayorías parlamentarias y su gestión se facilitaba, convirtiéndolos en gobiernos fuertes. “Han sido 20 años donde se ha perdido experiencia en el dialogo cotidiano en la política y toda la negociación ha ido más a las internas de los partidos”, explicó Casa.
Hoy, en el caso de ganar Álvaro Delgado, las tensiones políticas aumentarán y la necesidad de diálogo y negociación serán la herramienta necesaria para poder gobernar, mientras que Uruguay pone a prueba su sólida institucionalidad ante un escenario que nunca había sucedido en su historia política.
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