1 de febrero 2023 - 10:51

El gobierno ignoró la presión de China y no le comprará buques patrulleros

El Ministerio de Defensa analiza la opción noruega, una tercera vía que surgió tras el malestar de Estados Unidos.

El presidente Luis Lacalle Pou se decanta por una tercera vía, que burla las presiones de China y EEUU.

El presidente Luis Lacalle Pou se decanta por una tercera vía, que burla las presiones de China y EEUU.

Télam

El gobierno de Luis Lacalle Pou hizo oídos sordos de las presiones que China emitió la semana pasada por la demorada adjudicación de una licitación por buques patrulleros y declaró desierto el proceso de compra, una decisión que seguramente lleve tranquilidad a Washington, molesto por el acercamiento de Uruguay con Pekín en materia de defensa.

El argumento que dio el Ministerio de Defensa para declarar desierto el llamado internacional para la compra de tres buques patrulleros de zonas oceánicas (OPV) fue que las tres ofertas recibidas superaron significativamente el monto que el Ejecutivo tenía previsto invertir con este fin.

El astillero estatal chino CSTC (China Shipbuilding Trading Company) fue el único que cumplió en un 100% con las especificaciones de la licitación, cuya resolución estaba demorada desde septiembre pasado. Las otras dos compañías en liza fueron Kership y Damen.

Pero en su lugar, y tras un mensaje de enojo que la administración de Joe Biden hizo llegar mediante la embajada en Uruguay, Defensa analiza seriamente un ofrecimiento del gobierno de Noruega para la compra de buques usados, de acuerdo a lo comunicado a la comisión parlamentaria de seguimiento.

Se trata de OPV Nordkapp, de 3.200 toneladas y 105 metros de eslora, que ya recibieron un primer análisis de funcionarios del gobierno. El acuerdo incluiría la compra por 30 millones de dólares y su posterior modernización, puesto que son naves construidas a inicio de los años 80.

La oferta de CSTC, si bien se ajustaba al 100% en los requerimientos técnicos, implicaba una erogación para el Estado uruguayo de 164 millones de dólares en cinco años.

Las presiones de las potencias: China y Estados Unidos

China convocó, hace diez días, al embajador de Uruguay en ese país para hacerle saber que consideraba a Uruguay como un país serio en sus negocios y apegado al derecho, mencionando que esperaban que pronto se destrabe la compra de los buques.

El gobierno de Luis Lacalle Pou quedó preso de las tensiones entre las potencias mundiales luego de que, a través de la embajada en Montevideo, Estados Unidos transmitiera al presidente de la Comisión de Defensa del Senado, Carlos Daniel Camy, que una cosa era tener una relación comercial basada en la exportación de materias primas y otra muy distinta comprar a Pekín material bélico.

Incluso Washington llegó a ofrecer dos barcos propios al Ministerio de Defensa como alternativa a la compra de los buques patrulleros de CSTC.

La relación entre Uruguay y China no pasa su mejor momento. La expectativa del gobierno local por un rápido tratado de libre comercio (TLC) chocó contra un Pekín que ha decidido postergar los pasos formales de las negociaciones bajo la excusa del reordenamiento del equipo negociador.

En el trasfondo de esa decisión se encuentra el regreso al poder de Lula da Silva en Brasil, un socio comercial de mayor peso para China y compañero dentro del bloque de los BRICS. La opinión de Brasilia será clave para que se destrabe o no las conversaciones.

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