11 de junio 2025 - 08:44

El gobierno tiene un Norte económico

Las medidas propuestas por el MEF para la frontera con Brasil tienen gran impacto potencial para mejorar las condiciones económicas y sociales en una región que lo precisa.

El ministro Oddone realió un balance positivo de los primeros 100 días de gobierno.

El ministro Oddone realió un balance positivo de los primeros 100 días de gobierno.

Foto: BCU

Se cumplieron 100 días desde que Yamandù Orsi asumió la Presidencia y se han desplegado balances de gestión por la fecha, a mi juicio algo prematuros. Desde la oposición con la intención de marcar críticas desde el comienzo, en una suerte de revancha por lo sucedido en el gobierno previo. Desde el gobierno, se destaca una acumulación de medidas-anuncios, no todos de la misma importancia.

Evaluaciones y balances prematuros porque este año uno de los temas centrales será el Presupuesto, que todavía no se comenzó a discutir. El desafío que se enfrenta es reducir el abultado déficit fiscal, al tiempo que se responde a las demandas sociales y políticas. Antes, hay que resolver asuntos complicados, como el salvataje de la Caja Profesional.

Entre los diversos anuncios y definiciones, hay una propuesta que se destaca por su alto impacto potencial (social y económico) con bajo costo presupuestal estimado. Se trata de las medidas que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunció para la zona de la frontera norte con Brasil, un área extensa, de gran relevancia para el país y que tiene los indicadores sociales más retrasados. Las medidas apuntan a dar respuesta a la insostenible asimetría de precios que hay con el país vecino, que fomenta el contrabando y la informalidad. Tienen un alcance inédito hasta ahora y son las siguientes:

  • Bajar el IVA básico de 22 a 11% y bajar de IVA mínimo de 10 a 0%, para comercios que estén a 20 km o menos de la frontera; en transacciones con tarjetas o dinero electrónico.
  • Aprobar un régimen simplificado de importaciones, con exoneración total de impuestos para los comercios que estén a 60 km o menos de la frontera (incluye Melo).
  • Reducción del 75% del aporte patronal en los nuevos empleos para empresas de todo tipo (comerciales, industriales, servicios) que estén a 60 km o menos de la frontera.

Al reducir de manera importante las tasas de IVA se busca promover el consumo de este lado de la frontera, por supuesto en el caso de transacciones formales, realizadas con tarjetas o dinero electrónico. El supuesto implícito es que habrá más transacciones formales, lo cual compensará la renuncia fiscal que implica la menor tasa de IVA. Lo mismo ocurre con la propuesta vinculada al empleo, que apunta a promover la formalización.

Esto último es clave en una región que tiene los mayores niveles de informalidad del país (cuadro). De la mano del empleo formal van los derechos y beneficios más importantes del Estado uruguayo para los trabajadores. Si Uruguay quiere seguir bajando la informalidad, toda la amplia zona de frontera con Brasil tiene que ser atendida particularmente, y es lo que se está planteando.

Tasa de informalidad en Uruguay

Los comerciantes de Artigas, Rivera, Cerro Largo y Rocha han valorado muy positivamente la iniciativa y hasta se vieron sorprendidos por su alcance; también hubo apoyo explícito de referentes de la oposición. El ministro Gabriel Oddone y sus asesores recorrieron primero la frontera de sur a norte, para luego presentar las medidas en Artigas, en un hecho sin antecedentes para un ministro de Economía. Las medidas exigen promulgar decretos y aprobar leyes.

Es bastante claro que este enfoque tiene continuidad con los fundamentos del programa de Inclusión Financiera que se impulsó durante la segunda administración de Tabaré Vázquez, cuando el gobierno bajó cuatro puntos del IVA para transacciones con tarjetas de débito. El programa impulsó una mayor formalización, lo que compensó la renuncia fiscal por menor tasa de IVA.

La propia presentación del MEF plantea que las medidas, una vez definidas y aplicadas, se irán evaluando periódicamente. Esto es clave: las medidas de apoyo con renuncias fiscales o subsidios, con un cierto objetivo, tienen que tener transparencia y un plazo predefinido de aplicación, luego de lo cual se pueden renovar, modificar o terminar. Las propuestas del MEF referidas pueden cumplir con ambos fundamentos y su plazo de aplicación debería ser suficientemente largo para que sean efectivas.

Porque hubo y hay políticas que, con un perfil muy distinto, pero con objetivos similares para la región, no los han cumplido y -lo peor- siguen adelante inercialmente. Es el caso flagrante del impulso a la producción de caña de azúcar en Artigas (Bella Unión); pensada para promover el desarrollo en el Norte, la producción de caña fue protegida arancelariamente y subsidiada para producir azúcar y -más recientemente- biocombustibles, en este caso con un sobreprecio pagado por Ancap.

Es un subsidio implícito millonario que no ha resuelto ni mínimamente los desafíos sociales que se proponía. Más aún: según recientes informes periodísticos el empleo de los cañeros sigue siendo precario y hay graves problemas sociales, que involucran droga y delincuencia. Pero el subsidio sigue, sin plazo y sin transparencia, aprovechado por unos pocos.

Mantener estos esquemas es, además, desconocer que la región de la frontera con Brasil puede hacer otras cosas de manera competitiva, tanto en producción agropecuaria, como en industrias y servicios. Sin ir más lejos, un sector que en el Norte (Artigas, Salto, Paysandú) tiene perspectivas de crecer, con más inversiones y empleo, es el sector citrícola, a cuya cosecha inaugural asistió el presidente Orsi. El sector proyecta demandar cada vez más empleo en los próximos años, en el marco de un importante aumento de las inversiones en nuevos montes. De hecho -en un ejemplo contundente de reconversión-, algunas empresas instalaron nuevos montes citrícolas en los campos del ex Espinillar de Ancap. En base a iniciativa empresarial el sector busca aprovechar mercados en el exterior, sin subsidios ni gastos presupuestales extra.

Por supuesto, en toda la zona de frontera con Brasil hay otras numerosas actividades que también pueden tener un gran potencial de crecimiento, lo que -en buena medida- depende de la iniciativa de su gente, de lo que pueda aportarse en infraestructura y de la posibilidad de aprovechar mercados actuales y nuevos. Los avances que está concretando el sector forestal en Cerro Largo y Treinta y Tres, con importantes nuevas plantas industriales, son un ejemplo concreto. Hay otros, en industrias y servicios.

La formalización, y la reactivación comercial y del empleo en la zona, son una base imprescindible para que esos procesos puedan afirmarse y tener un impacto social más positivo, profundo y sostenible. Las medidas del MEF son un paso decidido en ese rumbo.

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