1 de febrero 2024 - 10:30

Francia incorporará la soberanía alimentaria a sus normas y se diluye el acuerdo Mercosur-UE

El gobierno francés cede a las presiones de los agricultores con una batería de anuncios proteccionistas.

TTIAJDH4BJJQPJ2K56UGJHOTB4.jpg

“Queremos ser soberanos”, lanzó este jueves el primer ministro francés, Gabriel Attal, en una intervención en la que prometió numerosas medidas proteccionistas para aplacar las históricas protestas de agricultores en toda Francia.

El “deseo” del gobierno por reforzar las condiciones de los productores locales no termina ahí: se comprometió, además, a incluir el concepto de soberanía alimentaria en la legislación francesa y a la agricultura como “interés fundamental de la Nación”.

“Queremos ser soberanos, soberanos para cultivar. Soberanos para cosechar. Soberanos para alimentarnos”, aseguró Attal, quien –como si no fuera claro el mensaje de concesiones al agro- agregó que habrá “dos consignas para la agricultura: producir y proteger”.

El fuerte compromiso que decidió asumir el gobierno de Emmanuel Macron en Francia, donde las autopistas siguen tomadas por cientos de tractores, se da nada menos que a horas del inicio de una cumbre de la Unión Europea (UE).

La cita de la UE está convocada para analizar la ayuda a Ucrania en su guerra con Rusia, pero indudablemente Francia pondrá sobre la mesa las protestas agrarias que ya se contagiaron a otros países del bloque. Signo de hasta dónde está dispuesto a llegar Macron para apagar el incendio es que comprometió discutir la cuota de cereales ucranianos que importa su país, cuando la causa ucraniana fue una de las principales banderas en su segunda Presidencia.

francia.jpg

Como antesala, el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, adelantó la disposición de París a librar un "pulso" con la Comisión Europea (CE, órgano ejecutivo de la Unión Europea), contra la firma del acuerdo con el Mercosur en su forma actual.

La firma del trato comercial, que lleva dilatado nada más y nada menos que 25 años, fue el puntapié inicial de las manifestaciones de los agricultores franceses quienes, no obstante, ahora extendieron sus reclamos hasta la forma de hacer negocios dentro de la UE.

Esta no es la primera vez que Francia pone en tiempo muerto el acuerdo entre el Mercosur y la UE, aunque sí parece ser la vez en que dé el golpe final, dada la magnitud de los compromisos proteccionistas que el gobierno acaba de asumir. Los mismo incluyen el control en supermercados de los sellos de producción nacional, ayudas económicas para ganaderos y vitivinícolas, y hasta la lucha a nivel europeo por limitar los permisos de carne sintética, entre otros.

En el pasado la excusa de dilación fue el cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Eran tiempos de la COP21 en París y de un negacionista a cargo de la mayor economía sudamericana, Jair Bolsonaro, quien autorizó la deforestación hasta niveles récord de la Amazonia.

A nivel europeo, la postura de Francia podría hallar rápidamente aliados, con tractores en las calles presionando a los gobiernos de Bélgica, España y Portugal.

Del otro lado del Atlántico, el Mercosur espera impaciente. Argentina con el aún debutante gobierno de Javier Milei ha hecho demostraciones de su intención de cerrar cuanto antes el acuerdo. Brasil, sabemos, no está dispuesto a tantas concesiones y Paraguay se muestra deseoso de dar el portazo.

Uruguay ha alertado sobre lo obsoleto de estas prácticas de negociación varias veces. Ya en junio pasado, antes de que el acuerdo Mercosur-UE cayera en la más profunda de sus crisis, el presidente Luis Lacalle Pou categóricamente afirmó: “25 años de negociaciones no es lógico”.

Dejá tu comentario

Te puede interesar