El expresidente José Mujica y Lucía Topolansky compartieron una relación de más de cinco décadas que pasó por etapas bien marcadas: desde el despertar como parte del Movimiento Nacional de Liberación (MLN) – Tupamaros, con detenciones y torturas, pasando por la vida política hasta las más altas esferas y los últimos días, en los que su ahora viuda cuidaba de él.
José Mujica y Lucía Topolansky, una historia de amor de más de medio siglo
Desde su militancia en el MLN-Tupamaros hasta lo más alto de la política, construyeron un vínculo que los convirtió en una pareja emblemática del Uruguay.
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José Mujica y Lucía Topolansky compartieron una vida por más cinco décadas.
Mujica destacó varias veces a la también exvicepresidenta y exsenadora como “el mayor acierto” de su vida y, en una entrevista con The New York Times, confió que su primer encuentro se dio cuando él tenía 37 años y ella 27. “Fue como un destello de luz en la noche”, sostuvo en forma poética el exmandatario.
Tras unos 13 años que incluyen detenciones, torturas, fugas de la cárcel y apenas una carta que llegó a destino entre ambos, salieron de prisión con el retorno de la democracia en 1985 y retomaron el vínculo.
Desde ese entonces, Mujica y Topolansky permanecieron juntos y se convirtieron en dos figuras políticas de peso y una de las parejas más emblemáticas del Uruguay y de la izquierda a nivel mundial.
Incluso, fue la entonces senadora más votada quien le colocó la banda presidencial (junto con un beso) en el acto de asunción del 1º de marzo de 2010, en el marco del gobierno de Mujica, el segundo del Frente Amplio (FA).
La chacra y la unión de "dos utopías"
En la esfera privada, ambos compartieron la vida en su chacra de Rincón del Cerro, en Montevideo, donde Topolansky cuidó de él durante los últimos meses tras agravarse su salud y volverse terminal el cáncer de esófago que lo afectaba desde abril del año pasado.
En esa misma chacra donde compartieron la vida es que Mujica espera que se esparzan sus cenizas, junto a un secuoya donde descansa su reconocida perra Manuela, quien lo acompañó por 22 años.
“Unimos dos utopías: la utopía del amor y la de la militancia”, expresó Topolansky tiempo atrás en un documental, en una frase que puede sintetizar la historia de un amor de más de medio siglo.
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