La conflictividad laboral fue uno de los ejes que marcó el mercado de trabajo durante el primer semestre del año, según el Boletín Económico de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSUy), al punto de duplicar el promedio total del año pasado.
La Cámara de Comercio alerta por un aumento de la conflictividad laboral en lo que resta del año
La cantidad de días y horas de trabajo perdidos en el primer semestre duplicó a igual período de 2022, según el organismo.
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La CCSUy publicó el Boletín Económico sobre el Mercado de Trabajo en el país correspondiente al primer semestre del 2023, y el nivel de conflictividad laboral fue uno de los puntos más llamativos en lo que va del año en este ámbito. Al respecto, y a partir del Índice de Conflictividad Laboral Global (ICLG) elaborado por el Departamento de Psicología Social y Trabajo de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), se observó un importante aumento de las problemáticas en el ámbito de trabajo.
Este índice relaciona los días y horas de trabajo perdidos por conflictos con los días y horas de trabajo que normalmente se habrían podido trabajar. Asimismo, incluye los conflictos sectoriales de rama y de empresa, y los paros generales.
Un 2023 signado por el conflicto laboral
De esta forma, el ICLG correspondiente al primer semestre del año fue más del doble del promedio del 2022, y casi diez veces mayor que el promedio del 2020, el primer año del actual gobierno —si bien hay que tener en cuenta que fue el año más marcado por la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19. Según la CCSUy, la conflictividad laboral es una tendencia marcada de los últimos meses.
El aumento del índice se debió mayormente a los paros generales convocados por el PIT-CNT, que en lo que va del año ya fueron cuatro: dos paros parciales y dos nacionales de 24 horas; un número alto en comparación con lo sucedido en primeros semestres de años anteriores —principalmente por cuestiones coyunturales tales como el 50° aniversario del último golpe de Estado y las medidas en rechazo a la reforma de la seguridad social que finalmente se aprobó en el Parlamento.
Tal y como señala el informe de la CCSUy, entre el 1 de enero y el 30 de junio, se registraron 60 conflictos con interrupción de actividades —incluidos los cuatro paros generales del PIT-CNT—, por los que se perdieron 1.063.914 jornadas laborales. En estas medidas se involucraron 1.198.385 trabajadores.
Mientras tanto, no se espera que la tendencia cambie para la segunda mitad del año. Más bien, todo lo contrario: al escenario ya marcado de partida por ser una año preelectoral, se suman varios conflictos que actualmente se llevan a cabo, así como situación potencialmente conflictivas del ámbito laboral.
Habitualmente, el comportamiento del Índice de Conflictividad Laboral Global suele registrar valores más altos previo a unas elecciones, en tanto el momento coyuntural es clave para el movimiento sindical en términos de concretar demandas. Sin embargo, al contexto previsible se le añaden también cuestiones puntuales que colaborarán con el incremento del conflicto. En primer lugar, la coincidencia con la última Rendición de Cuentas.
También será necesario considerar la apertura de la 10° Ronda de Consejos de Salarios y el impacto que las negociaciones colectivas tengan en posibles conflictos. Y actualmente hay un clima tenso en las empresas públicas, principalmente en la Administración Nacional de Obras Sanitarias del Estado (OSE), donde el sindicato (FFOSE) reclama por mayores medidas en términos de personal —en medio de la situación financiera crítica de la empresa tras la crisis del agua y el proyecto Arazatí en puertas—; y en la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (Ancap), donde Federación Ancap (Fancap) viene realizando diferentes medidas de fuerzas —incluido un paro de 24 horas que tiene lugar hoy— en contra de la privatización o asociación con privados de los diferentes negocios de la petrolera estatal.
Asimismo, el PIT-CNT ya convocó a un nuevo paro general el próximo 17 de agosto, por lo que el aumento de la conflictividad laboral pareciera ser el escenario futuro más probable.
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