La baja en el precio de los combustibles y el ajuste de tarifas por debajo de la inflación promedio incidió en un nuevo descenso en la inflación medida por el Índice de Precios del Consumo (IPC) que mide mensualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE). En efecto, luego de llegar a casi 10% en septiembre, la inflación ha ido retrocediendo en su tasa anual y en enero marcó su cuarto descenso consecutivo. La tasa de 8,05% es la menor desde diciembre de 2021.
Nueva baja de la inflación: 8,05% anual a enero
La variación del IPC volvió a retroceder a causa del tipo de cambio y el congelamiento de combustibles, aunque subió la comida.
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Las jubilaciones aumentarán por encima de la inflación en 2023
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La inflación subyacente bajó 0,37% por segundo mes consecutivo

La inflación continúa a la baja desde septiembre de 2022.
Sin embargo, se registraron nuevos aumentos en el precio de varios alimentos, de manera que este componente del IPC (alimentos y bebidas no alcohólicas) subió 12,4% interanual. Por el contrario, los precios del transporte (donde inciden los combustibles) subieron solo 1,6% interanual.
En enero se registró una suba particularmente fuerte de las frutas, y también de algunas hortalizas. Asimismo, hubo una suba en el precio de la carne, panificados y huevos, que también hicieron aumentar el componente alimentos del IPC. También hubo subas significativas en el precio de la hotelería (17% en enero).
Aquí se destaca la baja de precios en enero del gasoil (-9,2%), nafta (-4%), transporte de pasajeros con chofer (Uber, etc., -3,4%) y el pasaje de avión (-13,2%). Aumentó el precio medio de los automóviles (1,7%) y del boleto de ómnibus local (4,6% promedio).
En algunos de estos precios y en otros incidió el descenso del dólar, que fue del 11,5% anual (enero-enero). Uruguay está transitando un período de retraso en su tipo de cambio que el propio Banco Central (BCU) estima en torno a 11,2%.
Perspectivas
Dada la baja del dólar y de los combustibles, así como el ajuste de tarifas claramente por debajo de la inflación precedente, era esperable una baja más significativa de la inflación. Sin embargo, el aumento en algunos alimentos -como describimos- ha moderado ese descenso y la inflación persiste como problema relevante.
Para bajar la inflación el Banco Central hizo su último aumento de la tasa de interés en el mes de diciembre, llevándola a 11,5%, y señaló que no definirá más aumentos a la espera de cómo evolucionen la propia inflación y la actividad económica. Aquí se presenta un dilema para la autoridad monetaria: la actividad económica está mostrando signos de debilitamiento, con el Índice Líder de Ceres (que anticipa bien la tendencia del IPC) que ha mostrado una variación positiva muy modesta en el dato correspondiente a enero, luego de dos descensos consecutivos en los meses previos.
En este escenario, además, sobrevienen los problemas causados por la sequía, que está presionando el precio de algunos alimentos, particularmente algunas frutas y verduras. El escenario es delicado también para la política salarial, donde se están comenzando a negociar la última ronda de consejo de salarios de este gobierno.
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