Pedro Bordaberry sacude al Partido Colorado e incomoda el flamante liderazgo de Andrés Ojeda

El regreso del líder de Vamos Uruguay no consolidó a los sectores colorados detrás del candidato presidencial, y cada vez más se posiciona como referente del partido.

El regreso de Pedro Bordaberry pone en cuerda floja el liderzgo de Andrés Ojeda en el Partido Colorado.

El liderazgo del Partido Colorado vuelve a ser un elemento de disputa dentro del partido, incluso luego de que Andrés Ojeda se impusiera en las internas y, durante algunas semanas —para algunos, con más sacrificio que otros—, se comenzara a aceptar que la renovación del espacio político tras la salida de Julio María Sanguinetti se daría por ese lado. Sin embargo, el regreso de Pedro Bordaberry al escenario político, lejos de consolidar el liderazgo del candidato presidencial, ha agitado las aguas en tanto los sectores tradicionales se alinean detrás de él.

El triunfo de Ojeda en las internas parecía haber determinado el rumbo político del Partido Colorado que, tras meses de acefalía oficial, se encaminaba a tener en el joven abogado y candidato presidencial al próximo líder. Claro que esto no era visto con los mejores ojos por algunos sectores que, incluso antes de la noche del 30 de junio —y con todas las encuestas de intención de voto previas dándolo como ganador de la candidatura única—, contemplaban la posibilidad de elegir otro nombre para la fórmula.

Finalmente esto no sucedió y se respetó el resultado electoral; y el partido comenzaba a acomodarse detrás de Ojeda cuando Bordaberry hizo el gran anuncio: regresaba a la política con una lista al Senado y una conversación previa con Gabriel Gurméndez —líder de la Lista 15 que ya había sumado su apoyo al presidenciable— y Tabaré Viera para encabezar sus listas parlamentarias bajo el sublema “Vamos Uruguay”.

La primera conclusión y expectativa de la reaparición oficial de Bordaberry, que el año pasado había inscrito a su sector en el Partido Colorado, fue que su figura consolidara el liderazgo de Ojeda, al tener apoyos cada vez más “institucionales”, y así impulsar el desempeño electoral colorado, incluso hasta llegar a una balotaje. Sin embargo, con el pasar de los días hubo un cambio de planes.

Reuniones hacia un nuevo liderazgo

Lo cierto es que, desde el anuncio de regreso, la agenda de Bordaberry ha estado inusualmente ajetreada, y las reuniones y conversaciones con otros dirigentes políticos —ya no solo del Partido Colorado— han requerido mucho de su tiempo. En ese sentido, el líder de Vamos Uruguay transmitió a todos sus interlocutores que estaba dispuesto a aceptarlos, a la par que definió que, finalmente, irá a las elecciones encabezando la Lista 10 como lista única.

Si bien esto no significa que los distintos sectores colorados han retirado su apoyo a Ojeda como candidato presidencial, sí debilita cada vez más la relación de continuidad inherente entre su victoria en las internas y su camino hacia el liderazgo del partido, vacante desde la renuncia de Sanguinetti. Sobre todo, si se considera que Bordaberry ya cuenta con el apoyo de Gurméndez y la Lista 15 —que se oficializará este martes, junto con el apoyo de un grupo de dirigentes de Ciudadanos que dejarían Crece, el “paraguas” creado por Robert Silva en las primarias, incluyendo a los ministros Robert Bouvier (Ambiente) y Fernando Mattos (MGAP)—; y que se sumarían el miércoles los principales referentes de Batllistas como Viera, Germán Coutinho y Walter Verri.

Así, la lista de nombres crece entre quienes ven a Bordaberry como un líder más adecuado para el Partido Colorado que Ojeda, que se presenta como disruptor en muchos sentidos. Del otro lado, en tanto, queda Unir para crecer, el espacio que simboliza la unión entre los integrantes de la fórmula presidencial, y ya observa lo que pasa en la “vereda de enfrente” con preocupación.

En ese sentido, su reunión con el candidato presidencial del Partido Nacional Álvaro Delgado y su intención de reunirse también con el presidenciable del Frente Amplio, Yamandú Orsi, no pasan desapercibidas: para los candidatos —sobre todo para el de la coalición de gobierno—, una figura colorada tradicional sería mucho más cómoda que Ojeda en la famosa institucionalidad uruguaya.