24 de mayo 2023 - 13:20

¿Qué pasó en estos 18 días de la crisis del agua?

El área metropolitana viene padeciendo una crisis de agua potable que comenzó con el aumento de la salinidad a principios de este mes.

Agua OSE Sequía
Foto: Freepik

El aumento de salinidad en el agua, las cuencas del área metropolitana secas, obras de emergencia en el rio Santa Lucía, medidas del gobierno con soluciones superficiales y el consumo triplicado de agua embotellada son algunas de las consecuencias de la peor sequía en un siglo en el Uruguay.

A finales del mes pasado, la Administración Nacional de las Obras Sanitarias del Estado aumentó la proporción de sodio en el agua de 200 miligramos por litro a 280 mg/L, mientras que de cloruro pasaron de 280 mg/L a 450 mg/L. Sin embargo, el 6 de mayo, el Ministerio de Salud Pública (MSP) autorizó un nuevo incremento en las medidas, que pasaron a 400 mg/L y 700 mg/L respectivamente. Fue allí que comenzaron las medidas desesperadas el gobierno por la sequía en las cuencas y el consumo de agua embotellada comenzó a triplicarse.

Uruguay se encuentra a la espera de lluvias que sean suficientes para paliar el desabastecimiento de agua potable que sufre actualmente el área metropolitana. En las últimas lluvias, el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) informó que entre el día viernes de la semana pasada y el sábado, la cuenca del Santa Lucía recibió 2 milímetros de agua, mientras que entre el sábado y el domingo el registro fue de 0 mm. Por otro lado, no llovió en la toma de OSE de Aguas Corrientes, la que abastece el área metropolitana y Montevideo.

Obras desesperadas

El viernes pasado comenzó la construcción de una nueva represa de emergencia en el rio Santa Lucía sobre el paso Belastiquí, a 10 kilómetros de la usina de Aguas Corrientes – la encargada de abastecer el área metropolitana – y que busca garantizar la mezcla de agua dulce y salada.

La represa busca mezclar las agua del rio Santa Lucía – que proporciona el agua dulce – con la del Rio de la Plata – que proporciona la salada – con el objetivo de poder solucionar provisoriamente los niveles mínimos de la represa de Paso Severino. Un comunicado oficial de OSE establece que el objetivo “es crear un reservorio de agua del río Santa Lucía entre ambas presas”.

Las medidas del gobierno y una insólita cuestión de centímetros

Una de las medidas tomadas por el gobierno fue la compra de una planta desalinizadora, que proveería soluciones inmediatas a la falta de agua potable en el área metropolitana. Las intenciones del gobierno era que la maquinaria llegue en estos día en el avión Hércules desde Houston, pero hubo un inconveniente inesperado.

Sin embargo, las malas noticias llegaron desde la ciudad estadounidense, cuando confirmaron que planta no entraba en el avión Hércules. “Por 15 centímetros aparentemente no entra en el Hércules”, especificó Delgado en rueda de prensa.

Según el secretario de Presidencia, las primeras medidas enviadas por la empresa apuntaban a que la maquinaría entraría en el avión. Sin embargo, la compañía ajustó las medidas, provocando que el Hércules le quede chico. Ante esto, Delgado aseguró que la maquina este en el país “en pocas semanas”.

El dilema del agua embotellada

Este lunes, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, comunicó a la prensa que el Ministerio de Economía habilitó la compra de agua embotellada importada con exoneración de impuestos, de manera excepcional debido a la coyuntura actual. Delgado estableció que quienes compren agua embotellada serán exonerados de la tasa consultar y la correspondiente al Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU).

A esto se le suma que la Unidad Defensa del Consumidor del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) comenzará a publicar semanalmente un comparativo de precios del agua sin gas envasada en Uruguay, con el objetivo de que la población pueda hacer un seguimiento de los valores.

Esta decisión corresponde a un aumento en el consumo de agua embotellada que llegó a triplicarse en términos interanuales en lo que va de mayo, según un informe de la empresa Scanntech.

Una sequía histórica, grandes pérdidas económicas

Entre las pérdidas materiales por la sequía y las que todavía no son más que proyecciones —pero que se irán materializando con el paso de las semanas—, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) calcula un impacto económico de, al menos, 1.800 millones de dólares debido a la sequía. La disminución física de la producción es el principal motivo detrás de esta cifra que, se sabe, seguirá aumentando a medida que se procesen las cosechas y se tenga un panorama más claro de los resultados en ganadería.

A causa de esto, se espera que el país crezca todavía menos de lo esperado durante el 2023. Para la ministra de Economía y Finanzas (MEF), Azucena Arbeleche, el incremento Producto Bruto Interno (PBI) para este año será de un modesto 2%, casi 3 puntos menos que el año pasado (5,9%), mayormente como consecuencia de los efectos de la sequía.

Por su parte, también el Banco de Seguros del Estado (BSE) experimenta en el déficit hídrico el mayor siniestro desde la existencia de la entidad bancaria, tal y como lo calificaron. Desde el organismo prevén pérdidas entre 80 y 90 millones de dólares por el pago de pólizas del agro, activadas frente a los daños ocasionados por la sequía.

El BSE tiene el 60% de los seguros rurales de todo el mercado, por lo que serán los principales respaldos de un sector fuertemente golpeado por la falta de agua.

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