16 de octubre 2024 - 12:00

Zonas Francas: logros y desafíos

Las zonas francas como régimen de promoción de inversiones son claves en la economía y aumentaron su relevancia en los últimos años, tanto a nivel industrial como en servicios. Se vienen importantes desafíos.

Las zonas francas ya generan el 6,6% del PBI uruguayo.

Las zonas francas ya generan el 6,6% del PBI uruguayo.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) divulgó el último Censo de Zonas Francas, correspondiente al año 2022. Del mismo surge que en las zonas francas se genera el 6,6% del PIB del Uruguay, cifra que duplica lo que se registraba hace 10 años. Emplean más de 21.500 personas, 50% más que en 2012. Esto representa 1,3% del empleo total, pero con niveles de retribución que multiplican el promedio nacional.

En efecto, la retribución promedio, según el documento del MEF, ascendió a 3.520 U$S/mes, el triple que en el resto de la economía. Asimismo, los empleos en zona franca son mayoritariamente jóvenes y con alto nivel educativo. Alrededor de la mitad de los ocupados cuentan con formación terciaria y superior, y casi un tercio tiene menos de 30 años. Según estima el Ceres, además, las zonas francas generan unos 3.300 puestos adicionales, inducidos.

Los datos no incluyen lo que implicará la nueva inversión de Google en Parque de las Ciencias ni la nueva zona franca WTC de Punta del Este (en construcción); tampoco registran la puesta en marcha de UPM 2 en Paso de los Toros (que en 2022 estaba en montaje); todas estas inversiones reafirmarán la tendencia de crecimiento mencionada.

Los usuarios de las zonas francas están exentos de todo tributo nacional, creado o a crearse, incluso de aquellos en que por ley se requiera exoneración específica, respecto de las actividades que desarrollen en la misma. Quedan así exonerados del impuesto a la renta y del impuesto al patrimonio. Las cargas laborales son las mismas que en el territorio corriente; los extranjeros que son personal dependiente en zonas francas pueden optar por tributar el IRNR en lugar del IRPF. Los administradores de las zonas francas pagan un canon anual que varía según la zona.

El régimen es reconocido como muy robusto por los inversores y a través de él se han localizado las inversiones más grandes en la historia del país. La renuncia fiscal estimada en el régimen es de unos u$s 400 millones anuales (estimación de DGI al 2023), pero en retorno Uruguay capta inversiones que multiplican varias veces esa cifra.

Como mecanismo de promoción de inversiones las zonas francas tienen más de 100 años de historia, aunque tuvo un impulso significativo a fines de los 80. En los últimos años, han tenido una nueva etapa de fuerte crecimiento y protagonismo económico, basada principalmente en las nuevas zonas francas para producción de celulosa (Fray Bentos, Punta Pereira y Paso de los Toros) y también en las nuevas zonas francas de servicios (como WTC y Aguada Park), a las que se ha sumado Parque de las Ciencias, como zona especializada en farma. Aun así, la principal sigue siendo Zonamérica, con más de 460 usuarios y 7.400 empleos. La ex Zona Franca de Montevideo se ha constituido en uno de los principales centros de negocios del país, a partir de una trayectoria que -desde inicios más enfocados en procesos industriales- viró a un centro de servicios regional y global, incluyendo tecnología, logística y finanzas, con expansión reciente a Colombia, donde Zonamérica tiene una subsidiaria.

A su vez, la expansión de las zonas francas de servicios en el área metropolitana (WTC y Aguada Park) han generado una dinámica intensa en servicios globales, localizándose allí varios actores líderes, como Globant y Mercado Libre, entre otros. Buena parte de las exportaciones de servicios de tecnologías de la información que se generan en las zonas francas tienen como destino EEUU, el principal mercado. Esto se ve como un logro sectorial y del régimen de promoción, aunque se busca diversificar más los destinos.

Un hito reciente y destacado en la trayectoria de las zonas francas en los últimos años es el acuerdo bilateral con Brasil, por el que se reconoce que los productos y servicios originados en la zona son “origen Mercosur” y no pagan arancel para ingresar al país vecino. Esto facilita el ingreso al mercado norteño para empresas ya instaladas y varias lo están aprovechando, en el sector farmacéutico, químico y en cannabis medicinal. La expectativa es que, además, el acuerdo “traccione” (atraiga) a empresas brasileñas a instalar parte de sus inversiones en las zonas francas uruguayas. Sin ir más lejos, la inversión que sumó PepsiCo en Zona Franca de Colonia, para expandir la producción de concentrados de bebida, también busca aprovechar el nuevo régimen con Brasil.

Desafíos

El éxito del régimen enfrenta ahora nuevos desafíos, especialmente la aplicación del impuesto global a la renta empresarial que ha promovido la OCDE, y que se aplica a empresas de gran porte (con facturación superior a 800 millones de euros anuales). En esto entran varios de los usuarios principales de zonas francas. Con este nuevo impuesto, las empresas deben pagar un mínimo de 15% como impuesto a la renta, considerando su actividad en todas sus locaciones (incluyendo Uruguay).

El desafío es diseñar nuevos instrumentos para mantener los incentivos a la inversión en Uruguay, captar el impuesto en lo que corresponda y mantener los beneficios del régimen, para los usuarios y para el país.

Es un desafío complejo. Los directivos de la Cámara de Zonas Francas del Uruguay (CZFUY) ya están en diálogo con la administración actual y también con los referentes económicos de los principales candidatos. La idea es que el asunto pueda abordarse rápido y que el nuevo gobierno no empiece a pensar en el tema recién cuando asuma, el próximo primero de marzo. Uruguay puede esperar para ver cómo otros países actúan, y decidir sobre seguro. Pero también puede innovar y tomar ventaja en un mundo cada vez más competitivo.

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