La Ciudad de México (CDMX) se encuentra conmocionada por la explosión de un vehículo que transportaba una pipa de gas LP en el Puente de la Concordia, alcaldía de Iztapalapa. Este hecho provocó la muerte de al menos cuatro personas y más de 90 heridos.
Pero, ¿qué hizo que la pipa estallara y se podía evitar? ¿es probable que pueda volver a ocurrir una tragedia de estas características? Checa en esta nota todo lo que debes saber al respecto.
Por qué explotan las pipas de gas LP
El gas LP (licuado de petróleo) es altamente inflamable y se transporta en estado líquido a presión dentro de grandes tanques metálicos. Una pipa de este tipo puede cargar entre 30 mil y 50 mil litros. Cuando ocurre un accidente, como un volcamiento, el tanque puede sufrir daños en sus válvulas o estructura, provocando una fuga de gas.
Ese gas, al escapar, se expande rápidamente y forma una “nube explosiva” que, al contacto con una chispa —producida por el choque metálico, la fricción, el sistema eléctrico de un vehículo o incluso estática— puede detonar con una fuerza devastadora.
En Iztapalapa, la volcadura fue el primer paso: una vez que la válvula se fracturó y el gas comenzó a escapar, la explosión era casi inevitable sin un control inmediato de la fuga. La magnitud del estallido se explica porque la pipa transportaba casi a su máxima capacidad: 50 mil litros de gas LP.
¿Se pudo evitar la tragedia en Puente de la Concordia?
Especialistas en seguridad industrial señalan tres puntos clave que pudieron reducir o impedir el desastre:
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Condiciones del vehículo y conducción
La causa primaria fue la volcadura de la pipa. Determinar si se debió a exceso de velocidad, falla mecánica o descuido humano será central en la investigación. Una conducción más cuidadosa o un mantenimiento estricto del tanque y frenos podría haber evitado el accidente inicial.
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Válvulas de seguridad y protocolos
Las pipas deben contar con válvulas de cierre automático para limitar fugas en caso de accidente. Si el sistema no funcionó o no estaba actualizado, la fuga habría sido más grande de lo que debió. Aquí entra en juego la revisión regulatoria: la ASEA ya investiga si la empresa tenía todos los permisos y seguros vigentes.
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Respuesta de emergencia inmediata
Cuando hay fuga de gas, los primeros minutos son decisivos. Si se logra dispersar la nube de gas o controlar la válvula, la explosión puede evitarse. Sin embargo, la ubicación —una vialidad saturada y bajo un puente— hizo casi imposible el control antes de la detonación.
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