Las tortillas, pilar de la gastronomía mexicana, son un alimento esencial en la dieta de millones de personas en el país.
¿Las tortillas engordan?: la verdad nutricional sobre el alimento estrella de México
Analistas en nutrición revisan los componentes del alimento base mexicano para determinar si la creencia popular de su alto aporte calórico que genera aumento de peso es verdadera.
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Las tortillas mexicanas.
A pesar de su indiscutible valor cultural y nutricional, existe una creencia popular muy extendida que las señala como un factor principal en el aumento de peso.
Esta percepción ha llevado a muchas personas a limitar su consumo o eliminarlas por completo de sus comidas, buscando mantener un peso saludable.
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¿Las tortillas mexicanas engordan?
La idea de que la tortilla provoca aumento de peso es una creencia sin sustento científico. Este alimento, que se prepara mediante el proceso ancestral de nixtamalización del maíz, destaca precisamente por su bajo contenido de calorías y su importante aporte de fibra y minerales esenciales.
Si analizamos su composición nutricional, una pieza de tamaño estándar (cerca de 30 gramos) proporciona apenas unas 60 kilocalorías en promedio. Esto es menos que la misma cantidad de alimentos como el pan blanco o el arroz.
A diferencia de otros productos altamente procesados, la tortilla presenta pocas grasas y azúcares, además de tener un contenido de sodio bastante reducido. Gracias a la técnica tradicional de nixtamalización, aumenta la disponibilidad de calcio y otros minerales, lo que resulta beneficioso para la salud de los huesos, especialmente en zonas donde el consumo de lácteos es menor.
Esta extendida noción de que la tortilla engorda ha provocado que, en las últimas décadas, una parte de la población haya reducido su ingesta de manera innecesaria.
De acuerdo con nutriólogos y especialistas en salud pública, la problemática del sobrepeso y la obesidad en México se debe a un exceso en la ingesta total de calorías, y no al consumo específico de tortillas.
La tortilla, por sí misma, no es la culpable del aumento de peso. El verdadero factor que determina esto es con qué se acompaña o cuántas porciones se consumen en la dieta diaria. Por ejemplo, si una tortilla se fríe en abundante aceite, automáticamente se vuelve mucho más calórica y menos saludable.
La tortilla tradicional ofrece ventajas notables si se compara con otros carbohidratos que son comunes en la región. Aporta proteínas vegetales, vitaminas y minerales que fortalecen la dieta base. Su contribución de fibra dietética es fundamental para una buena digestión, para ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre y para prevenir ciertas enfermedades metabólicas.
Uno de los mitos más recurrentes sugiere que debe ser eliminada por completo en los regímenes para bajar de peso. Algunas recomendaciones actuales de expertos en nutrición señalan que reemplazar la tortilla por pan blanco o galletas procesadas genera una disminución en la calidad de la dieta, pues estos sustitutos suelen tener una proporción más alta de grasas saturadas y azúcares añadidos.



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