La baja cotización del dólar, que perdió 12,63% de su valor en el último año, desvela a grandes sectores económicos que, en las últimas semanas, levantaron su voz contra el manejo del tema que realiza el gobierno de Luis Lacalle Pou, exigiendo una rectificación del rumbo de la política monetaria del Banco Central del Uruguay (BCU).
Atraso cambiario: ¿qué debería hacer el BCU para contener la apreciación del peso?
La cotización del dólar oscila entre los menores valores de los últimos tres años. Crece la presión para una corrección de la política monetaria.
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Pérdida de competitividad y empleos en riesgo son los principales argumentos que tanto industriales como agroexportadores blandieron para alertar sobre los efectos de la debilitada divisa estadounidense que sigue por debajo del piso de los 39 pesos y muy lejos del ideal de 40 pesos.
En lo que va de diciembre, el dólar retrocedió un 0,57% respecto al peso uruguayo. El porcentaje sube a 12,63% si se lo compara con el mismo mes de 2021, cuando la cotización era 44,465 pesos. El precio del miércoles fue el mínimo de los últimos casi tres años. La última vez que el dólar valió menos, fue el 26 de febrero de 2020, en los albores de la pandemia de Covid-19, cuando cotizó a 38,603 pesos.
En ese contexto, la política monetaria del Banco Central, destinada al control de una inflación que cerrará el año alrededor del 9% -muy por encima de la meta fijada por el gobierno- quedó en el centro de las críticas.
“El diferencial de tasa de interés vuelve muy atractivas las colocaciones en pesos uruguayos versus dólares. No necesariamente de no residentes, ciertamente hay un movimiento de los uruguayos aumentado su portafolio en las tenencias en pesos por la rentabilidad y relativa estabilidad del mercado cambiario”, indicó Adrián Fernández, exdirector del INE e investigador de Cinve (Centro de Investigaciones Económicas) a Ámbito.com.
¿Cuánto puede demorar el BCU un cambio de rumbo?
“Es importante tener en claro que la actividad económica se está viendo afectada por este desalineamiento de competitividad”, aseguró Alicia Corcoll, economista y gerente de Exante, si bien destacó que la baja del dólar no afecta a todos los sectores por igual.
Destacó que la política de no intervención del Banco Central –que en el pasado sí ha corregido la cotización de la divisa estadounidense- provocó “movimientos inusuales para los parámetros a los que estamos acostumbrados en el mercado uruguayo”.
Según Corcoll, el dólar tendría que empezar a subir en término nominales durante 2023, ya que si la inflación baja como está previsto, “debería haber espacio para que haya cierto rebalanceo de la política económica”. “Podríamos ver al BCU empezando a relajar la política monetaria. Hasta ahora su endurecimiento, con la suba de tasas, fue uno de las factores clave de este nivel de dólar tan bajo”.
Fernández, por su parte, alertó que la intervención en los mercados cambiarios es compleja y respaldó que el objetivo principal del Banco Central sea el de controlar la escalada inflacionaria, pero solo en el corto plazo.
No obstante, consideró que a largo plazo, la entidad “tiene un papel muy importante para jugar que tiene que ver con desdolarizar la economía en Uruguay, profundizar los mercados de cambio contado y futuro, hacerlos menos dependientes de los movimientos muy volátiles que tenemos en transacciones de bienes y servicios o inclusive financieras”.
“Dadas las características que tiene la inflación con un fuerte impacto de precios internacionales, la política monetaria de subir las tasas de interés en moneda nacional en Uruguay tiene poco o ningún efecto. Sí tiene efectos recesivos, o sea que el BCU podría contribuir a mejorar la competitividad reduciendo la presión a la revalorización del peso uruguayo, modificando su política monetaria”, aseguró.
Las claves de la apreciación del peso
Alicia Corcoll distingue dos factores clave para que la cotización del dólar haya llegado a índices tan bajos. Por un lado, una corrección de su valor a nivel internacional como consecuencia de un mejor panorama previsto para el 2023, donde ya no se espera una recesión sino un enfriamiento de la economía y, por el otro, el elevado precio de commodities.
“El problema es que durante los meses previos, entre enero y setiembre cuando en el mundo el dólar ya venía fortaleciéndose significativamente, en Uruguay no lo hizo. Se podría decir que ahora nos alineamos a la caída, pero veníamos bastante desacoplados en meses previos”, explicó a este medio.
A ello se suma el período de precios elevados de la commodities, que golpeó de lleno al país, exportador neto de materias primas. Sectores como el lácteo, de cultivos como la colza, entre otros, cerrarán el año con ingresos récords por exportaciones. A nivel general, las exportaciones uruguayas ya superaron los 10.000 millones de dólares.
Para Adrián Fernández, el mercado internacional de las materias primas también es apenas un factor dentro de una ecuación más compleja que explica el atraso cambiario en Uruguay, “porque si uno mira la cuenta corriente del balance de pagos, no solamente las exportaciones, sino también las importaciones de bienes y servicios y otros componentes, el resultado es deficitario”.
“Lo que está jugando como principal causa es la política monetaria, el diferencial de tasa de interés que vuelve muy atractiva las colocaciones en pesos uruguayos versus dólares”, subrayó.
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