La pobreza en Uruguay bajó sensiblemente en el segundo semestre del año, ubicándose en 9,1% del total de la población. La cifra es más de un punto y medio inferior a lo registrado en el primer semestre y está casi en los niveles prepandemia (cifra similar, considerando el margen de error estadístico).
Bajó la pobreza en Uruguay: las causas
El crecimiento de la economía con expansión del empleo y la mejora del salario real influyeron positivamente en la variación del indicador.
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La pobreza descendió al 9,1% en el segundo semestre de 2022
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La ONU alertó por los índices de pobreza infantil afrodescendiente en Uruguay
La pobreza continúa concentrándose en la periferia de Montevideo.
Los datos surgen del informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), que analiza el nivel de pobreza según el ingreso de los hogares y personas, definiendo un nivel de ingreso (denominado Línea de Pobreza) por debajo del cual se considera a la persona en esa condición. Por supuesto, hay otras variables más estructurales que establecen la condición de pobreza de las personas (acceso a infraestructura, educación, etc.) e incluso factores como seguridad y conectividad social, más difíciles de medir pero igualmente relevantes.
Tomando el dato por ingreso, parece bastante claro que el crecimiento de la economía con expansión del empleo comienza a traducirse en mejoras en el indicador de pobreza, luego del retroceso que implicó la pandemia. Por otra parte, en el segundo semestre -mientras el empleo se mantenía relativamente estable, con fluctuaciones- el salario real comenzó a mostrar mejoras, luego de un par de años de retroceso (en buena medida debido a la pandemia). Esto se traduce en una mejora en el ingreso global de los hogares.
Aún con estas consideraciones, hay que recordar que la inflación de alimentos ha estado claramente por encima de la inflación general, lo que afecta particularmente a las familias de menores ingresos y hacen que las líneas de pobreza e indigencia aumenten más que la inflación. De no ser por esta situación, posiblemente la pobreza podría haber caído más.
Seguramente también han incidido políticas sociales dirigidas específicamente a los estratos más vulnerables. Entre las medidas más destacadas está el aumento de los montos de la Tarjeta Uruguay Social (TUS) y las Asignaciones Familiares (AF), a partir de junio de 2022. En particular, se aplicó un refuerzo del 70% para las AF en niños. Según fuentes del Mides consultadas por Ámbito.com en este caso se superaron los 140 mil destinatarios del refuerzo. A esto se suma el denominado Bono Crianza, un refuerzo de 2.223 pesos por niño de 0 a 3 años o embarazadas en hogares de mayor vulnerabilidad.
Estos refuerzos presupuestarios para transferencias serían los que están detrás de la apreciable caída en la pobreza infantil, que bajó de 22,5% a 16,5% para niños de 0 a 6 años, y de 18,5% a 17,3%, en los niños de 6 a 12 años, considerando el segundo semestre respecto al primero.
Desafíos
Más allá de la reciente evolución favorable, la pobreza en Uruguay sigue concentrada en la periferia de Montevideo y ciertos departamentos de la frontera con Brasil. Asimismo, es ostensiblemente mayor en la población afrodescendiente (16,3% frente a 9,1%). Y se mantiene notoriamente más alta en los niños, aun considerando los avances señalados.
Luego de la crisis financiera de 2002, la pobreza en Uruguay llegó a superar el 32%, para luego reducirse paulatinamente hasta llegar a un mínimo histórico en 2017, cuando afectaba al 7,9% de la población total. Con la pandemia se elevó a 11,6% y ahora desciende por segundo año consecutivo, volviendo a cifras de un dígito. Diversos expertos han señalado que hay un denominado “núcleo duro” de pobreza, más difícil de reducir porque está vinculado a situaciones de exclusión y otros factores que son difíciles de superar y van más allá de los ciclos de la economía.



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