En un buen restaurante de Punta Carretas, dos amigos que hace un tiempo no se veían lograron abrir sus agendas para un almuerzo distendido e intercambiar novedades. Uno de ellos, profesional de TI, comentaba el panorama político. “El gobierno necesita renovar la agenda. Lo de Atlántida fue importante, pero a un costo alto… Lereté les cobró bien los votos”, rió. Su amigo, hombre de la política, vinculado al oficialismo, le otorgó la razón con su silencio. En efecto, el gobierno presentó esta semana la inversión del Hospital de la Costa y el saneamiento, ambos para Atlántida, cuyo alcalde es de la Coalición Republicana (blanco). En contrapartida, los ediles de Lereté le dieron los votos al Frente Amplio para el fideicomiso de obras en Canelones.
Charlas de quincho: puja por nuevas inversiones, reacción por Cardama y ¿un portazo al Mercosur?
El gobierno se mueve para reactivar la economía, mientras siguen los entretelones por las patrullas oceánicas. Monitoreo del nuevo conflicto en el Puerto de Montevideo y del acuerdo entre Argentina y Estados Unidos.
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El gobierno trabaja para atraer nuevas inversiones, mientras que, más allá del diálogo, continúa la denuncia judicial contra Cardama.
El primero continuó. “Antel anunció planes importantes y ambiciosos, pero se necesita más. La movida en el sector de la informática y el software es cada vez más intensa. El centro de datos para inteligencia artificial es interesante, pero veremos cómo se concreta; habrá puja entre Estados Unidos y China (Nvidia y Huawei), y no será fácil arbitrar, si bien en Antel dicen que trabajarán con los dos… quiero verlo”, comentó escéptico.
Su amigo sonrió con la cara de quien está para el contragolpe. “Mirá -arrancó- creo que no lo sabés, pero a pesar de los contratiempos por los casos políticos recientes conocidos (Danza, Cardama, etc.), en Torre Ejecutiva están trabajando muy bien y con visión de largo plazo para articular la llegada de nuevas inversiones en este sector. Hay un grupo de trabajo que incluye a la Cuti, la Cámara de la Construcción, UTE y Antel, para establecer una estrategia coordinada, con el objetivo de convocar nuevas inversiones de data centers en nuestro país”, le informó a su amigo, que se inclinó hacia adelante, interesado.
“Como podrás deducir por los actores que están involucrados, se necesita la energía limpia y las redes de transmisión -rol de UTE-, la obvia coordinación de Antel, el involucramiento de la gente de la construcción -porque estas obras tienen determinados requisitos especiales y son de gran escala- y, por supuesto, la gente del propio sector tecnológico. En las próximas semanas irá a Estados Unidos una nueva misión del gobierno y empresarios, precisamente para convocar nuevas inversiones en este rubro en Uruguay, aprovechando el antecedente de Google, que ya está avanzando con su nuevo data center”, dijo el segundo, con información de primera mano. Hablaba con un tono optimista. "La idea es recorrer a todas las grandes empresas y poner a Uruguay no solo en el radar, sino como una opción competitiva”, remarcó.
Su amigo, que además de bytes sabe de números y economía, lo escuchaba atentamente mientras esperaban las entradas. "¿Y somos competitivos para eso? porque hay muchos otros países que están buscando esas mismas inversiones”, planteó, inquisidor. "No te creas que hay muchos otros países en la región que puedan ofrecer lo que ofrece Uruguay: tranquilidad, seguridad a los inversores, buenas condiciones de contrato”, respondió su amigo. “Por supuesto que tenemos nuestros problemas de competitividad y costos, pero al momento de negociar cosas de este tipo, tenemos buenas capacidades para ofrecer algo atractivo”, argumentó. “Además, el país necesita grandes inversiones para mover una economía que viene desacelerándose, como vos bien lo sabes”, agregó, mientras ya daba cuenta de las bocatas de jamón crudo con quesos finos. Su amigo tomaba el albariño que habían pedido, y tomaba nota.
Cardama
“¡Es que el silencio es estruendoso!”, comentaba un legislador frenteamplista, que está siguiendo de cerca todo el asunto Cardama. La discusión con otros compañeros estaba a pleno, actualizando las novedades respecto a la situación del astillero, denunciado por el gobierno por estafa y fraude en la presentación de la garantía de cumplimiento de contrato. Y aludía a la falta de un pronunciamiento más contundente por parte del gobierno español.
En ese momento, un asesor que revisaba su cuenta de X, alertó. “Miren: hay un tuit del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. Dice que habló con Yamandú Orsi para interesarse sobre la situación de Cardama, y remarca el ‘enorme prestigio’ de la construcción naval en Galicia”, leyó. “Bueno…”, dijo el primero. “Un pronunciamiento tardío y muy cuidado; porque es claro que no respalda a Cardama específicamente -remarcó. Y el gobierno español no ha dicho palabra… Si la empresa realmente tuviera respaldo -como sucede en otro tipo de litigios, ya lo sabemos- el Estado al que pertenece hubiera salido desde el principio en su defensa, más considerando que hay un acuerdo bilateral de inversiones con España hace décadas”, argumentó.
Otro de los asesores, que intercambiaba opiniones en uno de los despachos del edificio de comisiones, planteó: “lo que leo es que el presidente gallego está dando la cara por su industria naviera… es más: me parece que está dejando una puerta abierta, en el sentido de que si el asunto no se cierra con Cardama, otro puede tomar la posta ¿no?”. El resto quedó pensativo.
“En fin, habrá que ver qué habló Yamandú con Rueda, pero descarto que se hayan metido en el asunto del contrato, no corresponde”, dijo el primero. “Cuando las cuestiones son de negocios y de respaldar o no una determinada empresa, la política puede incidir, pero hasta cierto punto. La verdad es que -más allá de quién está en el gobierno aquí o allá, es una empresa con poco o ningún antecedente en construcción militar… creo que el gobierno hizo bien en denunciar esto”, remató.
Una jerarca ministerial, que andaba de visita por el Palacio y seguía atenta la conversación, introdujo un nuevo elemento en el asunto, que sorprendió al resto. "¿Vieron que el gobierno argentino de Javier Milei le va a comprar varias patrulleras oceánicas a Francia, además de un par de submarinos? Lo interesante es que será en condiciones muy beneficiosas de financiamiento: ¡las van a pagar recién cuando estén prontas! Qué distinto a lo que hemos hecho acá”.
El legislador la escuchaba y la miraba con esa actitud particular que tienen las personas que saben algo que su interlocutor no sabe. Finalmente le comentó: “Esa compra de material bélico de Argentina es el pago por el apoyo de Francia en el FMI, organismo que le está dando un financiamiento muy excepcional a nuestros queridos vecinos. En este mundo nada es gratis compañeros ", planteó con tono de cerrar la discusión.
Mercosur
“¿Otra vez?” Dos empresarios exportadores, vinculados al sector cárnico, no salían de su asombro: en la cuenta de X de Terminal Cuenca del Plata se anunciaba un nuevo paro del sindicato portuario. Pero esta vez no era solo en la terminal, sino en todos los puertos del Uruguay. “Es insólito: no pasó un mes desde que se resolvió el conflicto allí, y ahora se desata otro. ¿Quieren paralizar el país?”. Su colega lo escuchaba apesadumbrado, mientras revisaba el WhatsApp para saber detalles, la situación de sus negocios y el impacto que todo esto puede tener. El sindicato reclama un mínimo de jornales mensuales, se trabaje o no. “Es insostenible - comentó el otro exportador-. Ya con los costos que tenemos se hace muy difícil… Si encima estamos con estos problemas, los negocios se van a complicar”.
Hicieron una llamada a colegas de otros rubros, vinculados al comercio regional con Argentina y Brasil. “¿Viste lo de los puertos?”, preguntó el primero con tono de preocupación e indignación. Del otro lado, un breve silencio y luego una respuesta que lo sorprendió: “¿Y lo de Estados Unidos y Argentina? Los vecinos están levantando vuelo con Estados Unidos y seguramente van a abandonar el Mercosur, porque otra cosa no puede leerse… “, le dijo, sin anestesia. “¿Cómo??”, el colega no daba crédito, del otro lado del teléfono. “Si si, la Casa Blanca emitió un comunicado con muchos detalles. Entre otras cosas, señala que se ampliará el comercio bilateral de carnes y que coordinarán para ‘estabilizar el comercio sojero global’... pavadita”, respondió su colega. “¿Y el Mercosur?”, preguntó el primero. Silencio.


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