Las elecciones internas cosecharon la participación más baja de la historia, con un 36% de asistencia a las urnas, reabriendo el debate sobre si la instancia debería ser obligatoria e incluso la posibilidad de que se modifique el calendario electoral de manera de hacerlo menos extenso.
¿Cómo revertir la baja participación electoral en los comicios internos?
Especialistas consideran que los dirigentes políticos deben abrir la discusión sobre el sufragio voluntario y la duración del ciclo de votación.
-
Votó el 36% del padrón y fue la menor participación en la historia de las elecciones internas
-
Comenzó el escrutinio definitivo, ¿cuántos votos sacó cada partido en las elecciones internas?
El distanciamiento de mucha gente con la política es un fenómeno global y la falta de interés es creciente, tal como lo muestra la tendencia a la baja en la concurrencia de los uruguayos. Teniendo en cuenta estas variables, algunos dirigentes y especialistas se animaron a señalar la asistencia a las elecciones 2024 como una buena señal y “un número interesante”.
El director de Factum, Eduardo Bottinelli, admitió en diálogo con Ámbito que la discusión es recurrente por la tendencia a la baja en la participación y contrapuso: “Estamos acostumbrados a regímenes obligatorios en elecciones nacionales, departamentales e incluso las de autoridades del BPS y las universitarias para estudiantes, docentes y egresados. La única excepción es esta y la participación viene cayendo”.
Bottinelli llamó a “pensar el régimen en su conjunto”, al poner el foco en “qué definen estas elecciones y qué sistema queremos”. “La obligatoriedad debería discutirse para considerar por qué la gente no participa y cuánto la obligatoriedad del voto puede hacer que la gente tenga más interés”, planteó.
En ese sentido, el magíster en Sociología y consultor precisó que “cuando hay obligatoriedad, la gente trata de interesarse más sobre lo que se elige y busca información”. “El voto voluntario lleva a que las personas menos politizadas tengan menos incentivo para interiorizarse sobre el tema”, apuntó.
Reforzar las herramientas de la democracia
La directora de Cifra, Mariana Pomies, consideró que el debate sobre la obligatoriedad de las internas “es relevante, pero no urgente”, por lo que llamó a “escuchar las distintas campanas, las consecuencias y rediscutirlo en un futuro cercano”, sentando postura a que el voto obligatorio “ayuda a la participación”.
A la par, instó a “entender que la etapa de elecciones internas es parte del ciclo que va a pasar en noviembre” y propuso “cambiar de plano el nombre, porque no son internas de partidos, son elecciones de candidatos a presidente en cada partido”. Incluso, recordó que “uno no está obligado a votar en el partido que está afiliado y, si no me interesa y me preocupa que pueda ganar un candidato de otro, puedo votar en otra interna”.
En diálogo con Ámbito, Pomies llamó a “reforzar las herramientas democráticas e involucrar a la gente en la toma de decisiones”, al mencionar “un alejamiento de la gente respecto al quehacer político”. “Muchos uruguayos no sienten que lo que se decida en el Poder Ejecutivo o el Parlamento afecte en su vida”, alertó e insistió en que el sistema político debe “mostrar que lo que se resuelve en los espacios de gobierno impacta en la vida de la gente”.
Si bien reconoció que Uruguay “es de los países con mejor valoración sobre el estado de la democracia”, advirtió que ese indicador “viene bajando sistemáticamente” y pidió trabajar para evitar “un deterioro como en otros países, que hoy está lejos”.
“El riesgo es qué pasaría si mañana sacáramos la obligatoriedad de las elecciones generales. Caminaríamos a una democracia donde votan los más educados y aquellos con menos formación o peor informados se van alejando. Después pasa que no me siento representado, me da lo mismo y no cuido ni creo en la democracia”, alertó.
Por el desgaste y la falta de conexión, el 36% puede ser “un número positivo”
A su turno, Victoria Gadea Tiscornia, integrante de Ágora, consideró en declaraciones a este medio que “la baja participación puede ser vista a la inversa, como una alta participación” y argumentó: “Pensemos que no se define ninguna política pública en concreto porque no hay un ganador, son solo las internas de los partidos, que es cómo se van a posicionar de cara a octubre”.
“Sin embargo, participó más del 35% de la población. Si pensamos en el desgaste y la falta de conexión con los partidos políticos, me parece un número positivo más que negativo”, analizó Gadea Tiscornia.
La politóloga de la Udelar sostuvo que el hecho de que las internas sean abiertas sin filiación partidaria busca “que definir candidaturas sea lo más plural posible y se parezca a las preferencias de las nacionales”, poniendo como ejemplo lo que ocurría en el Frente Amplio, donde a mayor caudal de votantes crecía la diferencia de Yamandú Orsi sobre Carolina Cosse.
En tanto, Gadea Tiscornia sostuvo que la obligatoriedad en las generales “puede estar en cuestión a la inversa, al señalar que es un incentivo de tipo coercitivo” y completó: “En vez de generar incentivos positivos a la participación, le estamos diciendo a la ciudadanía que, de no cumplir, va a tener algún tipo de penalidad”.
Por todo esto, la especialista consideró que “hay cuestiones para revisar”, pero “no fue tan baja la participación porque no hubo una caída estrepitosa, más allá de la tendencia”. “Quizás las alarmas se prendieron con demasiada intensidad y no con el foco donde debería estar, que es pensar qué le falta a los partidos para enganchar a la gente y que vaya a votar”, concluyó.
¿Se puede modificar el calendario electoral?
Una de las percepciones de los analistas apunta a que la duración del ciclo electoral es extensa. “Por ejemplo, en Argentina las PASO, las nacionales y la segunda vuelta se resuelve en 3 o 4 meses. En Uruguay, de junio a noviembre son 5 meses y sumando la campaña terminamos teniendo todo un año de elecciones nacionales”, advirtió Bottinelli.
Y añadió: “En mayo del año siguiente tenemos las departamentales y eso hace que el ciclo electoral haya arrancado en enero/febrero de 2024 y termine en mayo de 2025”.
Para Gadea Tiscornia, “mover las fechas es bastante más complejo porque están establecidas en la Constitución” y, sobre las internas, observó que “en otras oportunidades cayeron cuando hace frío, o cerca de las vacaciones de invierno o con partidos de fútbol”. “Me parece que son cosas bastante menores”, indicó.
- Temas
- Uruguay
- Elecciones 2024
- democracia
Dejá tu comentario