28 de julio 2023 - 11:50

El gobierno trasladaría a Argentina su malestar por el nuevo impuesto a las importaciones

En Cancillería se estudia la posibilidad de realizar una presentación al gobierno de Alberto Fernández por la nueva traba al comercio con el país vecino.

Los presidentes Luis Lacalle Pou y Alberto Fernández.

Los presidentes Luis Lacalle Pou y Alberto Fernández.

El gobierno estudia posibles medidas frente al nuevo esquema impositivo para las importaciones anunciado en la semana por la administración de Alberto Fernández en Argentina, que se constituye como un elemento más de preocupación para las autoridades locales por el impacto que tendrá en el sector exportador de Uruguay, que no atraviesa un buen momento.

Como si la diferencia cambiaria con Argentina no fuera un problema suficiente para el gobierno, en medio de un atraso cambiario que recrudece el malestar de los exportadores en el país, el ministro de Economía argentino y precandidato presidencial por el oficialismo, Sergio Massa, anunció que las importaciones que ingresen al país serán alcanzadas por un nuevo esquema impositivo.

Así, las importaciones de bienes estarán gravadas con un 7,5%, al igual que en el caso de los fletes; mientras que el pago de servicios en el exterior estará alcanzado por el Impuesto PAIS, que es de un 25%. El nuevo paquete fiscal se aplica sobre los dólares adquiridos para cancelar esos productos.

La noticia no cayó para nada bien en Uruguay, ni en el sector exportador —que, de repente, tiene una nueva traba en el comercio exterior, con un país con el que viene perdiendo significativamente en términos de balanza comercial (más todavía si se considera el impacto en el consumo interno)—; ni en el gobierno, que recibieron el anuncio como una restricción que, entienden, va en contra del espíritu del Mercosur y el comercio regional.

Por esta razón, Cancillería está estudiando el tema en la Dirección del Mercosur, junto con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), según informó El Observador. La principal posibilidad que se analiza es la de realizar algún planteo al gobierno de Alberto Fernández.

La base argumentativa es que la decisión fue tomada de forma unilateral e inconsulta —en el marco de un acuerdo comercial regional y, sobre todo, cuando Argentina es un opositor acérrimo a las intenciones uruguayas de avanzar por su cuenta en materia de comercio exterior—; y que, si bien el Mercosur se asemeja más a una zona de libre comercio que a una unión aduanera, esta no es la primera vez que el país vecino toma medidas por cuenta propia, incluso a pesar de perjudicar a sus socios regionales.

Si bien son las empresas argentinas las que están afectadas directamente por esta medida, la misma es una nueva traba a las importaciones que, tal y como denuncian los exportadores y hasta el gobierno nacional, ya son muy altas. Algo que el presidente Luis Lacalle Pou y el canciller Francisco Bustillo reclamaron en la última cumbre del Mercosur, realizada a inicios de este mes en la ciudad argentina de Iguazú.

Mientras tanto, desde los sectores exportadores siguen apostando al Sistema de Pagos en Monedas Locales (SML) como una herramienta que facilite el comercio bilateral con Argentina y que, ahora, se constituya como una alternativa a opciones de pago con mayor presión tributaria que aprietan más la soga a un rubro ya asfixiado por el tipo de cambio.

“Empresas fantasma” y mayor malestar

Otro motivo de disgusto entre los industriales y autoridades locales tras el anuncio del nuevo esquema impositivo fueron las declaraciones de Massa sobre supuestas “empresas fantasmas” en las zonas francas del país y triangulaciones irregulares en Montevideo —algo de lo que ya había hablado con el escándalo de dLocal y el supuesto "fraude" realizado en el país vecino.

El descontento fue por las acusaciones y el ataque a un régimen comercial que ya lleva 100 años en Uruguay y que se ha convertido en un sector clave para el comercio exterior del país. Algo que los empresarios locales no dudaron en responder señalando la “sustancia económica” de las zonas francas, en oposición a la triangulación que realizan las compañías argentinas hacia Uruguay con el objetivo de hacerse de dólares y evadir impuestos en su país de origen.

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