19 de mayo 2023 - 10:34

Fachadas parasitarias: integrando lo histórico con lo moderno

La arquitectura parasitaria, también denominada fachadismo, es una forma de aprovechar inmuebles que no se pueden modificar.

El edificio Alquimia en Punta Carretas es el mejor ejemplo de 2 fachadas,  en una esquina muy tradicional de Montevideo: 21 de Setiembre y Williman.

El edificio Alquimia en Punta Carretas es el mejor ejemplo de 2 fachadas,  en una esquina muy tradicional de Montevideo: 21 de Setiembre y Williman.

Gentileza: Inmobiliaria Plaza Mayor

Hoy en día, es bastante común en Uruguay ver un edificio con 2 fachadas integradas: adelante, una fachada histórica, antigua, baja, de principios de siglo XX y atrás, otra fachada, vidriada, moderna, de varios pisos de altura.

Se trata de una técnica arquitectónica en la que se construyen estructuras independientes de la fachada original de un edificio. Estas estructuras, que pueden ser de diferentes materiales, se adhieren a la fachada original y se utilizan para diversos fines, como ampliar el espacio habitable, mejorar la eficiencia energética o simplemente para fines estéticos.

Fachadismo en su sentido más común implica retener la fachada de un edificio (generalmente histórico) que se considera que tiene algún valor arquitectónico o cultural, para construir un espacio completamente nuevo detrás”.

La conjunción de ambas estructuras, histórica o antigua con la nueva o moderna, ofrece renovación en las viviendas; pues crea estructuras flexibles que se alimentan de la infraestructura existente.

Las fachadas parasitarias no son exclusivas de la arquitectura moderna. De hecho, en muchas ciudades europeas, se pueden encontrar edificios históricos que han sido modificados con fachadas parasitarias para adaptarlos a las necesidades actuales. Estas fachadas, que pueden ser de diferentes épocas y estilos, son una muestra de la capacidad de adaptación de la arquitectura a lo largo del tiempo.

Sin embargo, la técnica de las fachadas parasitarias no es exclusiva de la arquitectura moderna. De hecho, en muchas ciudades europeas, se pueden encontrar edificios históricos que han sido modificados con fachadas parasitarias para adaptarlos a las necesidades actuales. Estas fachadas, que pueden ser de diferentes épocas y estilos, son una muestra de la capacidad de adaptación de la arquitectura a lo largo del tiempo.

La conservación del patrimonio arquitectónico es un tema de gran importancia en la actualidad. La arquitectura antigua es un testimonio de la historia y la cultura de un pueblo, y es importante preservarla para las generaciones futuras.

En cuanto a los cuidados en la construcción, es importante tener en cuenta que se deben utilizar materiales de alta calidad y que se deben seguir las normas y regulaciones locales para garantizar la seguridad y durabilidad del edificio.

Integrando el pasado

El incremento en la densidad de las ciudades ha afectado directamente en el porcentaje de espacio que se encuentra libre para desarrollar construcciones nuevas e independientes. Surge entonces la opción de hacer arquitectura donde las construcciones se encuentran demasiado deterioradas o los nuevos proyectos distan mucho de las posibilidades espaciales que un edificio antiguo puede brindar. Conservar únicamente la fachada puede presentarse como una solución parcial que permite preservar, en parte, el carácter urbano de una obra si esta posee algún valor público o cultural.

El ejemplo más famoso, –aunque no el más obvio– es la Casa Blanca en Washington DC, cuyo interior fue reconstruido en 1948 detrás de la fachada original de 1800.

Tendencias y opiniones

Hay quienes piensan que demoler un edificio dejando en pie su fachada adolece de la falla de pensar que manteniendo ese fragmento se conserva un edificio. Más aún, que a través de esa acción se está salvaguardando el patrimonio de un barrio o de la propia ciudad.

Otros especialistas, por su parte, indican que la opinión es generalizada: a los edificios de valor patrimonial, se los debe mantener, y permitir la integración de una nueva estructura, más amplia e importante, unificada.

Conclusiones

La arquitectura parásita es una tendencia creciente en todo el mundo, en parte, ante la falta de espacio en las ciudades. Es también una moda entre diseñadores y arquitectos, que han encontrado en ella una manera original de crear, ideando nuevas estructuras encima de otras antiguas.

Integrar fachadas y edificios es un arte de supervivencia e imaginación, cuyo destino es la revitalización de las ciudades.

En definitiva, el trabajo de los arquitectos en el diseño de las fachadas parasitarias, se trata de vincular el arte y la belleza de lo histórico, con lo moderno, creando un hibrido, de mayor preponderancia, destaque, y atracción para el barrio y la ciudad.

* Gonzalo Martínez Vargas es CEO Moebius Consultora Inmobiliaria.

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