Uruguay atraviesa una situación cada vez más crítica en términos de la diferencia cambiaria con Argentina, que ya no afecta solo a los comercios del litoral, sino también al consumo interno general y, como se vio en las últimas semanas, también al turismo: con un saldo deficitario en vacaciones de invierno —y en el segundo trimestre del año— para el sector turístico, cada vez son más los uruguayos que cruzan la frontera y gastan dinero que no se destina al consumo local.
La diferencia cambiaria con Argentina se llevará la mitad del gasto en consumo de los uruguayos
Un 1,5% del crecimiento del consumo de este año será fuera de las fronteras. El tipo de cambio explica también el déficit turístico del segundo trimestre.
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El segundo trimestre dejó un total de casi 1,2 millones de viajes al exterior desde el país, una cifra levemente mayor a la del primer trimestre, que ya había marcado un récord, por lo que el primer semestre del año dejó un escenario excepcional para el turismo emisivo, con 2,3 millones de viajes de residentes uruguayos a destinos fuera del país. Esto significó un 127% que lo ocurrido durante el mismo período del 2019, en la prepandemia.
Argentina fue el destino más elegido por los locales, con 1,9 millones de los 2,3 millones viajando al país vecino entre enero y junio pasados; un 180% más que en el primer semestre del 2019. En contrapartida, el gasto en los viajes no ha subido tanto, sostenido por la diferencia cambiaria que existe al otro lado del Río de la Plata. De esta forma, los uruguayos gastaron 950 millones de dólares en viajes al exterior, apenas un 33% más que en prepandemia. De ese total, aproximadamente 600 millones (poco más del 60%) se gastaron en Argentina.
Estas cifras por sí mismas no dicen demasiado, salvo que se las compare con otras situaciones que se dan en paralelo, y que generan un escenario preocupante a nivel económico del país.
La diferencia cambiaria absorbe el consumo interno
Uno de los principales impactos de este importante gasto en Argentina, principalmente, es que todo ese dinero que se destina a compras al otro lado de la frontera, es dinero que ya no está disponible para gastar en el consumo interno.
Según la analista Florencia Carriquiry, socia de la consultora Exante, el desvío de consumo hacia el exterior podría llegar a ser de la mitad del aumento de consumo esperado para este año. Es decir, de un crecimiento que se prevé en un 3% para el consumo, la mitad será destinado a compras fuera de la frontera. Esta cifra, en mayo, se estimaba en un 1%, un tercio del aumento de consumo total; sin embargo, tras conocerse los datos turísticos del segundo trimestre, la proyección se corrigió al alza.
Ciertamente, los efectos son directos y fuertes en el litoral, pero la fuga de consumo termina afectando a la economía de todo el país. Sobre todo si se considera que el gasto de los uruguayos en el exterior podría superar los 1.800 millones de dólares este año, según los datos de Exante. Esto implica 680 millones de dólares más de gasto que en 2022 y a casi un punto del Producto Bruto Interno (PBI), cerca de 1,5 puntos del consumo de los hogares.
Esta situación preocupa también a las autoridades, tal y como señaló la ministra de Economía y Finanzas (MEF), Azucena Arbeleche, cuando dijo que “las compras de uruguayos en Argentina perjudican el crecimiento y la recaudación fiscal de Uruguay”.
Déficit turístico
Otro impacto del éxodo de uruguayos al exterior fue el déficit turístico resultante. Tan solo durante las vacaciones de invierno, salieron del país por el Aeropuerto de Carrasco unas 43.000 personas, y en el segundo trimestre del año el saldo fue negativo: con ingresos menores a 300 millones de dólares y egresos por casi 480 millones, el resultado fue de 200 millones de dólares negativos para el sector turístico local.
En un rubro que todavía no logra recuperarse de los efectos que dejó la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19, la situación es más grave aún, incluso en un escenario en el que el turismo receptivo también marcó mejoras respecto del año pasado e, incluso, un récord para lo que es un segundo trimestre, con 758.000 visitantes que llegaron al país entre abril y junio.
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