21 de marzo 2023 - 15:07

La expansión de sistemas de riego podrían hacer crecer 2,9% por año el PBI

El Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) evaluó en u$s 10.000 M el impacto económico de expandir estas tecnologías para hacer frente al déficit hídrico hasta el 2030.

Uruguay podría crecer un 2,9% por año solo por expandir los sistemas de riego en ganadería y agricultura.

Uruguay podría crecer un 2,9% por año solo por expandir los sistemas de riego en ganadería y agricultura.

La economía de Uruguay podría crecer, en promedio, un 2,9% cada año hasta 2030 si se expandieran las tecnologías de riego en todo el país, según el último estudio del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres).

La sequía extrema que afecta a todo el país volvió a traer sobre la mesa la discusión sobre la necesidad de implementar y expandir los sistemas de riego para hacer frente a los futuros déficit hídricos que sufrirá Uruguay en un contexto de crisis climática que llegó para quedarse, con un aumento de la temperatura máxima de 1,5°C para 2040 y el aumento de la demanda hídrica por parte de los sistemas productivos.

En ese sentido, el informe “Riego y productividad. Potenciales beneficios de la expansión del riego en Uruguay" del Ceres señala las oportunidades que este tipo de iniciativas tendrá para la producción ganadera y agrícola —particularmente en los cultivos de maíz y soja— en términos de expansión.

De esta forma y con el ritmo de crecimiento que mantuvieron durante los últimos tres años, según el estudio, las casi 40 mil hectáreas que se encuentran bajo riego actualmente en soja y maíz podrían multiplicarse hasta llegar a alrededor de 300 mil hectáreas hacia 2030. Para el caso de la ganadería, que tiene una menor cantidad de superficie regada, se podrían introducir 250 módulos cada año que logren regar hasta 100 hectáreas cada uno, también en el mismo horizonte temporal.

Sobre este panorama, el Ceres estimó un impacto total por año —considerando los encadenamiento productivos en toda la economía— de 2.500 millones de dólares; y un acumulado de 10.000 millones de dólares al 2030. La inversión necesaria para la instalación de los sistemas de riego, por su parte, sería de 1.800 millones de dólares, lo cual generaría, a su vez, el aumento progresivo de la actividad de la mano del incremento de exportaciones, cuya magnitud alcanzaría los 3.900 millones de dólares.

Finalmente, este impacto se traduciría en un crecimiento del 4,8% en el Producto Bruto Interno (PBI), que dejaría una economía un 2,9% más grande cada año de los siguientes respecto de un escenario con el riego actual. Únicamente debido a la introducción paulatina de sistemas de riego, el impacto total de la inversión en ese momento generaría un crecimiento adicional del PBI de 1,7%.

La importancia de invertir en riego

La situación actual del campo es desesperante, incluso con las lluvias recientes que, si bien aliviaron momentáneamente, están lejos de ser suficientes para revertir las consecuencias de la sequía.

En ese sentido, tal y como señala oportunamente el estudio del Ceres, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estimó en febrero pérdidas directas por 1.175 millones de dólares —cerca del 2% del PBI— para el sector agropecuario durante el 2023: 490 millones para la agricultura por pérdida de cosechas y menor rendimiento; 440 millones para la ganadería por menor rendimiento; 140 millones en lechería; y 145 millones de dólares por pasturas.

Actualmente, las pérdidas se estiman ya en los 1.800 millones de dólares, cerca del 3% del PBI.

Lo cierto es que la situación de sequía extrema se hará más y más habitual año tras año, por lo que la necesidad de actuar en términos preventivos se hace acuciante para el sector. Y la expansión de los sistemas de riego es una alternativa rentable y efectiva.

Esto no solo beneficiaría al rubro agropecuario, sino también al empleo y a los ingresos del Estado en términos de pagos de tributos: con el aumento estimado del Ceres en hectáreas regadas, cada año generaría 80 millones de dólares en concepto de Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) y otros 70 millones de dólares por el aumento del consumo de energía eléctrica.

Asimismo, es necesario considerar que la introducción del riego ha permitido un aumento en el rendimiento de más del 80% en maíz y del 40% en soja, respectivamente, en promedio en los últimos seis años; logrando que en temporadas de escasas precipitaciones los rendimientos se duplicaran en ambos cultivos.

Por otra parte, la implementación del riego en la ganadería muestra un aumento significativo en la tasa de procreo y en los kilos obtenidos.

Con vista en estos resultados, Ceres propone un conjunto de políticas públicas y medidas concretas: el lanzamiento de un Plan de Energía para lograr extender las líneas energéticas; conservar el régimen de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap) e impulsar la extensión a empresas agropecuarias que ya contribuyen a la expansión del riego y hay espacio para crecer; más alternativas de financiamiento y actividades de difusión en torno a la implementación del riego entre los productores.

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