La inversión extranjera directa (IED) del 2023 alcanzó un 5,5% del Producto Bruto Interno (PBI) y fue la mayor desde 2010, según la información divulgada por el Banco Central del Uruguay (BCU) dentro del Informe de Balanza de Pagos y Posición de Inversión Internacional correspondiente al último trimestre del año pasado.
La IED alcanzó niveles récord en 2023, ¿qué impacto representa en el dólar?
La inversión extranjera directa fue del 5,5% del PBI durante el año pasado, y cerró su mejor año desde el 2010, compensando el déficit de cuenta corriente.
-
¿Qué esperar del dólar en abril tras el derrumbe del mes pasado?
-
El 84% de las empresas extranjeras que hacen negocios en Uruguay está satisfecho con su inversión

La inversión extranjera directa en Uruguay alcanzó su mejor año desde el 2010.
La IED viene siendo un dato importante no solo para el desarrollo del país —clave en un año golpeado por las consecuencias de la peor sequía de los últimos cien años en el principal sector productivo; y fundamental también ante la parada de la refinería de Ancap y de la culminación de la planta de UPM 2—, sino, además, en relación al tipo de cambio que se posiciona como un tema central del debate en este 2024.
En ese sentido, el BCU publicó las cifras alcanzadas en concepto de inversión extranjera directa durante el 2023, la cual representó un 5,5% del PBI. Esto significó “su nivel más alto para un cierre de año desde 2010”, según señaló el economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Ignacio Umpierrez, en sus redes sociales.
Este monto de IED, por su parte, “más que compensó el déficit en cuenta corriente (3,6% del PBI), acentuado por la caída de exportaciones debido a la sequía”, apuntó el especialista. Este déficit fue 0,3% menos que en 2022, año récord de colocaciones de bienes y servicios uruguayos en el exterior, dato que da cuenta del impacto significativo que tuvo la IED en un año complejo para el sector exportador —un peso mayor aún si se considera que el sector público profundizó su déficit de 2,8% a 3,1% del PBI.
El saldo de financiamiento externo, en tanto, fue de 1,9%. A su vez, las exportaciones de servicios totalizaron 6.210 millones de dólares, lo que significó una variación positiva del 11,5% respecto del 2022, gracias a la importante incidencia del turismo receptivo, que aumentó un 39%.
IED, ¿buena o mala noticia?
Si bien toda inversión en el país tiene su cuota de positividad en tanto representa desarrollo, crecimiento y, casi siempre, empleo en el territorio —además de la generación de nuevas herramientas para la economía y la producción nacional, en el mediano y corto plazo—, en el caso de Uruguay viene con un agregado que muchos miran con malos ojos: la presión sobre el tipo de cambio.
La relación es bastante lineal, al menos en la teoría: la IED implica un importante ingreso de dólares al país, lo que aumenta la oferta del billete verde en un mercado en el que la demanda no logra ponerse a la par. En consecuencia, el valor de la divisa cae en relación al peso —que, además, se ve fortalecido ante la confianza de los inversores internacionales.
Este es el escenario que, actualmente, atraviesa Uruguay según las explicaciones del gobierno, de las autoridades monetarias y de los principales economistas del país. Es decir, el atraso cambiario responde a los altos niveles de IED. Por lo que los datos publicados del BCU pueden generan mayor preocupación en este sentido, sobre todo en caso de que se mantengan durante el 2024, donde la caída del dólar ya es del 2,99% en lo que va del año.
Dejá tu comentario