La Cámara de Industrias Pesqueras del Uruguay (CIPU) y la Cámara de Armadores Pesqueros del Uruguay (CAPU) lanzaron una convocatoria directa a trabajadores para retomar la actividad que se encuentra parada desde hace casi tres meses por el conflicto con el sindicato en una medida inédita en el país que amenaza con multiplicar las tensiones entre las partes.
Las cámaras pesqueras convocan a los trabajadores para retomar la actividad y escala el conflicto en el sector
Las organizaciones patronales se desentendieron del sindicato y lanzaron un llamado a trabajadores "con o sin experiencia de trabajo de embarcado".
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El conflicto de la pesca causa pérdidas de hasta u$s 42 millones y enciende alarmas sobre el empleo

Las cámaras pesqueras convocan a los trabajadores para retomar la actividad y escala el conflicto en el sector.
"Las empresas pesqueras, junto al gobierno nacional, estamos decididas a refundar la pesca sobre nuevas bases, y a través de CIPU y CAPU lanzaron una convocatoria a trabajadores que quieran integrar al sector", comienza el comunicado difundido en redes sociales. El mismo señala que no es necesario contar con libreta de embarque ni experiencia previa en trabajo de embarcado, y que el marco de contratación es el mismo del convenio colectivo vigente desde 2024 y hasta 2027.
Lo llamativo de la convocatoria es que, por un lado, involucra al gobierno en la decisión anunciada por las empresas; la cual, por el otro, es por ignora la negociación colectiva en tanto alude directamente a los trabajadores, por fuera de la organización sindical, y plantea la firma de acuerdos bipartitos en base al "Contrato de enrolamiento". Es probable que esto genere fuertes repercusiones en el Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (Suntma), escalando el conflicto que ya lleva casi tres meses y las tensiones entre el empresariado y la fuerza sindical, cuya relación está marcada por roces y desencuentros constantes.
Asimismo, es posible que el endeble ámbito de negociación tripartita en el marco del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) —que, igualmente, poco pudo resolver hasta el momento, tal y como admitió su titular, Juan Castillo — se vea, por lo menos, interrumpido dadas las nuevas circunstancias.
"Se trata de un trabajo que requiere salir embarcado entre 4 y 7 días por viaje (o hasta 10 días fuera de zafra)", describe el llamado de las cámaras pesqueras, en el que también señala las tareas a realizar: "juntar y encajonar pescado con hielo y apilarlo en la bodega, colaborar en todas las tareas para una navegación segura y un trabajo eficiente, debiendo responder a las órdenes del capitán del barco (Patrón de pesca)".
"A modo de referencia, durante la zafra en invierno, en promedio puede generar una remuneración del orden de los 10.000 pesos por día embarcado o más, con todos los beneficios sociales correspondientes, en caso de marineros con formación y de la mitad de esa cifra, en caso de no tener libreta de embarque, dependiendo del resultado de cada viaje, ya que la remuneración es 'a la parte'", añade el texto, en el que también aclaran que, en el caso de quienes no tengan experiencia, recibirán las capacitaciones correspondientes.
Un conflicto con pérdidas de hasta u$s 42 millones
La situación de la pesca mantiene en vilo a una industria que acumula pérdidas cercanas a los 42 millones de dólares, según estimaciones del sector, en los más de 70 días que lleva el conflicto entre las cámaras y el sindicato.
El presidente de la CIPU, Juan Riva-Zucchelli, advirtió en diálogo con Ámbito que se generó “un daño enorme a nivel nacional”, al destacar que podría haber afectaciones en el sector, que emplea a unas 3.000 personas, sin descartar pérdidas de puestos laborales y cierres de empresas.
Sobre las implicancias del conflicto, indicó que el sindicato “paró toda la flota junta”, al destacar que “primero fue la costera y después la de altura, que nada tiene que ver”, recordando que el inicio de la zafra es en mayo y para este último tipo de embarcaciones finaliza en octubre.
“El fuerte es junio, julio y agosto. Ya se perdieron dos meses y estamos arrancando el tercero. Si se arreglara mañana, igual nos llevaría algunos días poner la máquina en funcionamiento otra vez. Trabajamos todo el año, pero para los barcos de altura los viajes terminan en octubre y se perdieron la pesca de corvina, merluza y calamar”, expresó.
Para Riva-Zucchelli, “el daño es irreparable”, afirmando que “van dos zafras seguidas”, en alusión al conflicto que también fue de larga data en 2024. “El 95% del pescado que capturamos y producimos se exporta. Es una barbaridad darnos el lujo de perder la oportunidad de producir porque ese ingreso se derrama en todo el sector: trabajadores, marineros, gente de las plantas y más”, manifestó.
En relación al rol de las autoridades, afirmó que el gobierno de Yamandú Orsi “está de acuerdo en que esto no podría suceder, pero tampoco le ha encontrado la vuelta a para solucionarlo” y agregó: “Hasta ahora ha querido negociar, con convocatorias tripartitas. Y no hay nada que negociar. Cuando uno tiene un convenio vigente, hay que respetarlo”.
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