3 de abril 2025 - 16:01

¿Qué necesita el Uruguay en economía, innovación y cambios políticos para mejorar su magro crecimiento?

Expertos analizaron la coyuntura económica actual y los cambios estructurales necesarios para dar ese salto.

El gobierno enfrenta un incierto panorama global.

El gobierno enfrenta un incierto panorama global.

Foto: Comunicación Yamandú Orsi

Los desafíos que enfrenta el Uruguay para crecer económicamente a la luz del nuevo ciclo político y en una coyuntura internacional compleja fueron analizados por expertos convocados por la consultora Exante, con motivo de la celebración de su quinto aniversario.

La apertura del desayuno de trabajo, titulado “El imperativo de crecer más a la luz de un nuevo ciclo político”, estuvo a cargo de los economistas y socios de Exante, Pablo Rosselli y Tamara Schandy, pero también se destacó la presencia de expertos en política comercial y el análisis desde la ciencia política.

Schandy mostró dónde se ubica Uruguay en el grupo de inversión en un ranking de 170 países, que tienen una mediana del 23% respecto a su producto bruto interno. La cifra del Uruguay es 16%, con un crecimiento anual del 1,3% en promedio anual el último quinquenio y 1% en la última década. Con una población en concreto declive, el único camino para elevar la tasa de crecimiento consiste en elevar la inversión, aseguró la economista

Schandy alertó, además, por el déficit fiscal por encima del 4% y con un gasto público superior que el que había cinco años atrás, con un entorno internacional complejo por la guerra comercial de EEUU y una economía china que no atraviesa su mejor momento, clave para los precios de los commodities.

“Se combina que Uruguay tiene un déficit alto, pero con un gasto también alto, y sobre todo dificultades de asignación de recursos dentro de esa masa de ingresos que no es para nada pequeña. De hecho, el gasto primario son prácticamente 29 puntos del PBI, es más alto que el que teníamos al final del periodo anterior, incluso después de haber pasado por un periodo de gobierno en donde las autoridades asumieron con una clara convicción de que había que achicar el tamaño del gasto público con un objetivo de reducirlo en más de un punto del PBI”, explicó la economista.

Pomies Labraga Schandy Gilli Rosselli
Juan Labraga, Maria Pomiés, Tamara Schandy, Pablo Rosselli y Bruno Gilli.

Juan Labraga, Maria Pomiés, Tamara Schandy, Pablo Rosselli y Bruno Gilli.

“En Uruguay es difícil construir acuerdos de cuáles son las áreas en donde se tiene que achicar el gasto público, y a veces cuando hay consensos es justamente para no bajarlo”, agregó sobre las dificultades para reasignar el gasto.

Schandy planteó también el tema de la inflación. “Acá el panorama es más auspicioso. Hemos tenido por un periodo de prácticamente dos años la inflación dentro del rango meta y bastante lejos del techo”. “Es algo nuevo esto para Uruguay que le da contexto al objetivo que ha planteado el nuevo presidente del Banco Central en sus primeras declaraciones, de apuntar ahora al 4,5%”, dijo.

Por su parte, Rosselli aseguró que “con la estabilidad y los incentivos tributarios actuales no alcanza para mover la aguja de la inversión” . destacando de igual manera las oportunidades que pueden abrirse para producir energía eléctrica renovable con “la necesidad de marco regulatorio más transparente”.

A su tiempo Juan Labraga, nuevo director de la Asesoría de Política Comercial del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), centró su análisis en la estrategia de apertura comercial en un mundo al que definió como “muy cambiante”.

El centro de su mirada estuvo en las políticas impulsadas por el gobierno de Estados Unidos que encabeza Donald Trump y sus consecuencias en la región. Lo consideró como una oportunidad para que Uruguay puede reforzar su vínculo con la región Asia-Pacífico incluso más allá de China, pese a las ventajas que ya tienen sobre nosotros Brasil y Argentina.

Labraga dijo además ser optimista sobre un posible cierre al tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, y también con el EFTA (que integran Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza).

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El asesor de la Presidencia Bruno Gili presentó los que serán los principales lineamientos del ejecutivo a través de la nueva estructura creada para trabajar temas de ciencia y tecnología.

El organismo, que comenzará a funcionar en mayo, tendrá como tarea central coordinar la labor de instituciones como el Plan Ceibal, el INIA, el Instituto Pasteur, entre otros. El jerarca admitió que la función demandará más presupuesto, que todavía no fue definido al igual que la participación del sector privado.

Finalmente, la politóloga Mariana Pomiés, directora de Cifra, fue enfática al criticar algunas “formas” de los integrantes del sistema político local. “Creo que el primer problema que tenemos es que nuestra clase política es extremadamente conservadora, más que la opinión pública, porque cree ir adelante y lo que hace es siempre estar mirando como cinco o seis años atrás a la opinión pública”, sentenció.

La politóloga también instaló otro concepto provocador, expresando que debe modificarse de forma radical la gobernanza de las empresas públicas. “Los políticos tiene que soltar la gobernanza de las empresas públicas, porque si no, la innovación en el camino en el que ellas tienen que invertir no se va a dar. Porque cada cinco años se siente un señor arriba que lo único que está pensando es su futura carrera política cuando se acabe su gestión. Hasta que quien esté en la cabeza de las empresas públicas no esté preocupado por la política de a 30 años, no va a cambiar” dijo.

La directora de Cifra se metió también en la coyuntura actual y futura del gobierno en cuanto a la búsqueda de acuerdos para impulsar cambios legislativos. “Al gobierno le va a ser más fácil conseguir los dos votos que les faltan en el Parlamento para algunas cosas que los acuerdos internos dentro del Frente Amplio frente a las grandes necesidades de reforma”, aseguró.

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