Los operadores de bonos podrían constituirse en uno de los grandes obstáculos de Donald Trump durante su segundo mandato en la Casa Blanca —el cual asumirá el próximo lunes—, y preocupa el regreso de los "vigilantes de bonos", que podrían limitar seriamente el margen de movimiento para el republicano en un contexto en que algunos indicadores clave de las sostenibilidad de la deuda de Estados Unidos están en rojo.
¿Serán los operadores de bonos el mayor obstáculo para las políticas de Donald Trump?
Con una relación deuda/PBI cercana al 100%, crece la preocupación de los inversores sobre los efectos de las medidas prometidas por el republicano.
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Los operadores de bonos llamados "vigilantes" podrían ser el principal factor limitador del mandato de Donald Trump.
Los "vigilantes de bonos" —llamados así porque siguen y castigan los gastos excesivos de los gobiernos— tuvieron su auge durante el gobierno de Bill Clinton, cuando el excesivo gasto durante la guerra en la década anterior habían dejado fuertemente desequilibrada la relación deuda/PBI de Estados Unidos. El rol de estos operadores fue clave por lo que podían producir a nivel de mercados: una corrida sobre los bonos del Tesoro estadounidense que eleve drásticamente los costos de endeudamiento, perjudicando el crecimiento y poniendo en riesgo la estabilidad financiera.
Ante este escenario probable, Clinton tuvo que aumentar impuestos y recortar el gasto para equilibrar el presupuesto, viéndose fuertemente condicionado desde el sector financiero pese a haber ganado la elección cómodamente y contar con margen político. Las preocupaciones respecto de que Donald Trump enfrente una situación similar cuando asuma la presidencia el 20 de enero cada vez son más fuertes, sobre todo porque los indicadores económicos son todavía más alarmantes que en la década de los '90.
En ese sentido, la relación deuda/PBI de Estados Unidos está cerca del 100%, el doble del nivel de la época de Clinton; y, si no se controla, se prevé que para 2027 supere los récords establecidos después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el gobierno se endeudó fuertemente para financiar el esfuerzo bélico.
Ante esto, Trump enfrenta la perspectiva de que los vigilantes de los bonos se conviertan en un poderoso freno a su agenda política, según varios exresponsables de la política exterior y de Estados Unidos —incluidos asesores del republicano— que enfrentaron turbulencias en los mercados mientras ocuparon el cargo y que fueron consultados por Reuters.
Luces rojas para los operadores
Pese a que los rendimientos de los bonos han estado subiendo, hay varios indicadores observados por los operadores que tienen luces rojas: la deuda federal ha aumentado a más de 28 billones de dólares, desde menos de 20 billones de dólares cuando Trump asumió el cargo en 2017; y el endeudamiento también crece en otros países, al punto que se espera que la deuda pública total mundial supere los 100 billones de dólares por primera vez en 2024, lo que pone nerviosos a los inversores.
"Existe el riesgo de que los vigilantes de los bonos den un paso adelante", dijo Matt Eagan, gerente de cartera de Loomis Sayles, "la pregunta sin respuesta es cuándo ocurriría eso".
Los expertos creen que Trump tiene cierta protección gracias al estatus del dólar como moneda de reserva global y a la capacidad ahora bien establecida de la Reserva Federal (Fed) Fed para intervenir en los mercados en momentos de crisis, lo que significa que siempre hay compradores de deuda estadounidense.
Sin embargo, el análisis de Reuters de crisis pasadas mostró que es difícil predecir qué provocará una ola de ventas en el mercado de bonos. Parte del problema es que las señales del mercado están abiertas a la interpretación. Pero una vez que se instala el pánico, las condiciones pueden salirse de control rápidamente, lo que a menudo requiere una intervención considerable para restablecer la estabilidad.
Al respecto, Robert Rubin, secretario del Tesoro de Clinton y excopresidente de Goldman Sachs, dijo que el mercado de bonos "podría hacer que sea muy difícil" para Trump hacer lo que quiere si un aumento pronunciado en las tasas de interés desencadenara una recesión o una crisis financiera. El presidente electo ha dicho que quiere reducir los impuestos y estimular el crecimiento económico, pero muchos de los analistas ven con escepticismo sus promesas de recortes draconianos al gasto público y de pagar su plan con aranceles comerciales.
Combinadas con las preocupaciones de que Trump pueda debilitar instituciones estadounidenses como la Fed, las políticas del republicano podrían provocar una reacción violenta del mercado que lo obligaría a cambiar de rumbo. De hecho, el riesgo de "aranceles masivos" podrían dañar el crecimiento global como un posible detonante.
Por su parte, el economista Ed Yardeni, que acuñó el término vigilantes de bonos, dijo que Trump había ganado algo de tiempo al prometer recortar el gasto y nombrar a personas conocedoras del mercado para su equipo, como su candidato a secretario del Tesoro, Scott Bessent, un veterano administrador de fondos de cobertura familiarizado con los mercados de deuda. Esas personas podrían desempeñar el mismo papel que Rubin desempeñó para Clinton "al hacerle comprender que, haga lo que haga, tiene que resultar relativamente conservador en términos fiscales en general".
Otro asesores de Trump, sin embargo, ven en el reciente aumento en los rendimientos de los bonos una señal positiva para la nueva administración que las apuestas de que las políticas prometidas por el republicano impulsarán el crecimiento.
El riesgo, sin embargo, es grande: la revisión de Reuters sobre el vigilantismo de los bonos desde la década de 1980 mostró que una vez que los mercados dejan de confiar en la política, los políticos pueden perder rápidamente el control. Y las proyecciones actuales muestran que el ritmo de crecimiento real de Estados Unidos no será suficiente para sostener los niveles de deuda; en medio, también, de un escepticismo sobre la teoría de que el recorte de impuestos impacte en una mayor actividad económica que resuelva el sustancia déficit estadounidense.
Dudas en torno a la inflación y el gasto
Los economistas no se ponen de acuerdo sobre hasta qué punto el aumento de los rendimientos de los bonos estadounidenses se debe actualmente a factores como las expectativas de crecimiento e inflación, frente a la demanda y la oferta de nuevos bonos o la sostenibilidad de la deuda gubernamental.
Stephen Moore, asesor de Trump, atribuyó el aumento de los rendimientos a que los inversores se pusieron nerviosos por la subida de la inflación; y, esto último, a la decisión de la Fed de recortar las tasas a finales del año pasado: dijo que eso había enviado un mensaje al mercado de que el banco central no se tomaba en serio la reducción de la inflación a su objetivo del 2%.
Añadió, además, que las preocupaciones de algunos inversores sobre el gasto gubernamental también estaban pesando sobre los rendimientos, y que no estaba claro cuán efectivo sería el Departamento de Eficiencia Gubernamental dirigido por Elon Musk: "Existe cierta preocupación sobre si los republicanos se toman en serio la reducción del gasto", explicó.
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