El presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, disertó sobre el plan de transición energética de Uruguay y destacó que la descarbonización debe darse en un marco “realista”, que contemple “un proceso largo de tiempo”.
Stipanicic resaltó el rol de Ancap para una transición energética "realista"
El presidente de la empresa estatal pidió planes que contemplen "un proceso largo de tiempo" y tengan en cuenta la demanda.
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Alejandro Stipanicic disertará sobre la transición energética en Uruguay
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Stipanicic analizó la situación del mercado global de producción de energía y destacó en declaraciones durante un encuentro organizado por Somos Uruguay que mientras se actúa para el desarrollo de las nuevas energías verdes, “la producción tradicional, en base a combustibles fósiles, sigue siendo necesaria, y la única que puede brindar soluciones inmediatas a los países que la necesitan”.
Sobre este punto, el presidente de Ancap resaltó que Irena, la agencia internacional de energías renovables, “plantea seis rutas para llegar a la neutralidad del carbono” y concedió que “la mitad está dada por lo que es la incorporación de energías renovables y por el uso eficiente de la energía”.
No obstante, puso el foco en la mitad restante. Sobre ese porcentaje, indicó que “hay un 20% que tiene que ver con la electrificación, 10% con la incorporación del hidrógeno como vector energético, 6% en la captura del CO2 que los combustibles de origen fósil emiten a la Atmósfera y 14% restante por nuevas formas de combustibles”.
La producción y la demanda
El jerarca admitió que “la producción es esencial,” pero admitió “Nos olvidamos que el factor más importante para el consumo es la demanda”. De hecho, precisó que el 80% de la población mundial vive en países importadores de energía en general y no es bueno que se diga que se aprovechen las oportunidades de la generación de energías renovables en esos países”.
“Sin embargo, en un panorama que se pone como positivo, que va progresivamente incorporando energías renovables, todos estamos entusiasmados, pero no faltos de preocupación”, alertó y planteó: “De hecho, se pone en duda la capacidad que tiene el mundo de llegar a los objetivos de descarbonización”.
Al hacerse eco del último encuentro CeraWeek (la mayor conferencia mundial de energía que reúne a las principales empresas del sector), Stipanicic afirmó que “el concepto que más se repitió fue ‘¡Cuidado!, hay que carbonizar antes de descarbonizar’. Básicamente quiere decir que hay que llegar con energía a quienes no la tienen antes de hablar de que esta sea limpia”.
Stipanicic pidió “una transición realista” y destacó el rol de Ancap
A su vez, llamó a “hablar de una transición realista” y resaltó el rol de la empresa estatal. “Es ahí donde en Ancap nos llenamos de orgullo, porque en 2021 impusimos el concepto de ‘transición responsable’, cuando vimos que, en esta locura, esta moda de transición, íbamos muy rápido hacia las cosas que van a venir”.
Sobre ese punto, contrapuso: “La transición supone un proceso largo de tiempo, de un estado inicial a un estado final que ninguno de nosotros sabe cuál es, y en el medio hay que seguir suministrando energía. Por eso, nosotros en Ancap tenemos que tener una oferta equilibrada y la mejor energía disponible”.
“Tenemos que arrancar por lo que estamos dando hoy, que es el combustible de origen fósil. Esto es lo que se ve en las conferencias internacionales, donde el mundo primero que nada tiene que ir produciendo las nuevas energías para ir sustituyendo las anteriores. Es decir, una transición ordenada”, completó.
Observaciones sobre la energía fósil
Stipanicic se refirió luego a “los conceptos de responsable, ordenada y justa”, pero puso un freno al optimismo con datos. “Hace 20 años, la matriz primaria de energía se alimentaba en 80% de productos de origen fósil… igual que en 2019”, analizó y observó que “la incorporación de renovables en estas dos décadas sustituyó básicamente a la energía atómica”.
Y comparó: “En 2022, la energía de origen fósil fue 82% del total en el mundo. Y eso que en los últimos años pasó de todo en cuanto a renovables. El gas natural sigue creciendo, tanto en regasificación como en licuefacción, y la inversión en petróleo retoma los niveles prepandemia Covid”.
El jerarca aseguró que “el problema es que hay casi 1.000 millones de personas en el mundo que no tienen acceso a la energía” y sostuvo que “hay una cuestión ética ahí”. A modo de ejemplo, citó un comentario de una funcionaria de Ruanda: “Está todo bien con el aire limpio, pero no desde la oscuridad”. Así, dejó en claro que “esto ocurre porque el mundo necesita energía ya”.
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