20 de septiembre 2018 - 22:12

Crisis económica: ¿es posible pensar en el ahorro?

Crisis económica: ¿es posible pensar en el ahorro?
Por Sofía Gancedo.-

Hoy la Argentina está atravesando, una vez más en su historia, una situación de incertidumbre política y económica. Las razones han sido discutidas reiteradamente por economistas y políticos de todas las extracciones, pero más allá de las medidas macroeconómicas que se implementen, es importante poner el foco en los ciudadanos comunes que ante este escenario tienden a la paralización y el miedo.

Si pensamos en la economía de un país como la suma de decisiones económicas de las personas, el valor que cada individuo le otorga al trabajo, la seguridad, la audacia, la necesidad de protección de su familia, la creación de expectativas, entre muchos atributos y valores, definen el conjunto de las transacciones económicas.

El Estado al aplicar políticas transmite valores incentivando o desincentivando las acciones individuales. Sin embargo, la clave es el factor tiempo, el corto plazo con el que cuentan los gobiernos impide en ocasiones incentivar aquellos valores que en el largo plazo colaboran para que sus habitantes estén mejor.

Tomemos el ejemplo del ahorro. ¿Qué sentido tiene ahorrar si el valor de lo que dejamos de gastar en lo inmediato, es menor en el futuro? La racionalidad sería gastar y después se ve; tal vez en el futuro, la misma imprevisibilidad con la que nos manejamos en el día a día, puede jugar a favor.

Estudios internacionales concluyeron que durante la tercera edad necesitamos el 80% de lo que gastamos en nuestra edad productiva. Imaginándonos que nos retiramos a los 65 años, con una expectativa de vida de 85 años, deberíamos pensar en al menos 20 años de gastos similares a los actuales; sin que nos ingrese un peso por nuestro trabajo. Si calculamos lo que gastamos hoy por mes, calculamos el 80% lo anualizamos, y lo multiplicamos por 20, tenemos una cuenta estimada de lo que vamos a necesitar. La asignación de gastos es por supuesto distinta, siendo las áreas de salud y cuidados lo que más aumenta.

Nuevamente es el tiempo el factor importante. Si a los 45 años, edad muy productiva, invirtiéramos u$s 50.000 a una tasa de interés conservadora del 3,5% anual, en 20 años habríamos acumulado u$s 100.000. Si fuéramos invirtiendo de a poco y de manera sostenida, también llegaríamos a cifras significativas. Si ahorramos u$s 2.500 por año (u$s 6 por día) desde los 25 años, tendríamos un ahorro de u$s 225.000 al retirarnos.

Estos retornos se podrían obtener con una renta en inversiones inmobiliarias residenciales conservadoras, por ejemplo, y si se logran en moneda fuerte, mejor aún. La iliquidez de su naturaleza nos obliga a no tocar ese dinero y nos protege hacia el futuro.

La conclusión es que más allá del contexto económico actual, es imperativo en lo individual actuar y destinar a ahorros una parte de lo que ganamos. Lo fundamental, nuevamente, es el tiempo ya que cuanto antes comencemos a ahorrar, más rentable, predecible y estable será nuestro mañana, independiente de todo lo demás.

* Cofundadora de Bricksave

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