Activa el PJ una jugada para tumbar a Sabbatella como “colectora K” en 2011

El dato, en frío, puede ser anecdótico: la captura por el sciolismo de un concejal que reportaba a Martín Sabbatella, que ayer ventiló la gobernación y minimizó el moronense, parece poca cosa pero explicita un proceso más intenso y complejo en el universo K.

La foto de Tomás Norte, concejal de Nuevo Morón, el partido territorial de Sabbatella, con tres ministros de Scioli, en La Plata, se traduce como una declaración de guerra del peronismo que, aunque latía desde hace largo tiempo, ahora adquiere visibilidad.

Es un efecto post-Kirchner. Sabbatella, visitante frecuente de Olivos, y de diálogo fluido con el patagónico, aparecía como una pieza clave -como táctica para juntar votos «por izquierda» o para presionar al PJ- en el esquema que diseñaba Kirchner para 2011.

Su incorporación al sciolismo, operativo que se atribuye al jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y al ministro de Economía, Alejandro Arlía, -en la foto estuvo, también, el secretario general Javier Mouriño-, tiene el sello indeleble de una embestida mayor con objetivo claro: borrar a Sabbatella como posible «colectora K» el año próximo.

El diputado de Nuevo Encuentro, que expresa su empatía con los Kirchner pero cuestiona a la estructura peronista y acusa a Scioli de «gestionar mal» y de «ser de derecha», se convirtió en una figura incómoda para el armado bonaerense, promovido por Kirchner como versión bis.

La avanzada sciolista es el anticipo de una maniobra más pretenciosa: cancelar, a futuro, cualquier esquema electoral que permita a Sabbatella convertirse en candidato a gobernador colgado de una potencial postulación presidencial de Cristina de Kirchner.

Kirchner, desde su búnker de Olivos, desoía todas las quejas peronistas respecto de que autorizar una colectora del moronense, además de poner en riesgo más de una intendencia, podría incluso hacer peligrar la victoria del oficialismo a nivel provincial.

La ausencia del patagónico, promotor de las «colectoras», deja en suspenso ese mecanismo sobre todo porque la reglamentación de la ley de Internas provincial depende directamente del gobernador. En algunos círculos se considera «sepultado» aquel recurso electoral.

Ecos

El expediente Norte -dirigente que en NE consideran «menor» que iba, además, como concejal suplente- es, también, un aviso público de que el PJ bonaerense, sin Kirchner como contenedor, asume a Sabbatella como un enemigo y que así lo tratará en el futuro.

Cerca del diputado decían, ayer, que el salto de Norte no afecta numéricamente el concejo deliberante de Morón porque el dirigente el 7 de octubre renunció a su banca al mismo tiempo que renunció al partido Nuevo Morón para no ser, explicó, «okupa» del cargo «como Cobos».

Frente a eso, aclaran desde el entorno del jefe de Nuevo Encuentro, de los 24 ediles del distrito, el sabbatellismo sigue controlando 15. En tanto, el FpV tiene 4, Unión-PRO 3, la Coalición Cívica 1 y el GEN de Margarita Stolbizer controla otra banca. Hablan, además, de un eco por las críticas que unos días atrás emitió Sabbatella en las que calificó de «mala» la gestión de Scioli en la provincia y gritó en público lo que hace tiempo dice en privado: «Si el candidato a presidente es Scioli, no cuenten con nosotros».

La ráfaga sabbatellista se detiene, por un segundo, en Arlía, uno de los ministros a los que se le anota la «captura» de Norte. «En vez de sacarse fotos con un ex concejal, debería preocuparse por ordenar las cuentas de la provincia», dicen en Nuevo Encuentro.

El foco sobre Arlía es, a su vez, producto de las parrafadas que, vía Twitter, el ministro suele lanzar contra Sabbatella. A través de esa plataforma acusó, por ejemplo, al diputado de usar un discurso en privado frente a Scioli y otro en público.

El contraataque sciolista invoca palabras de Norte, quien explicó su renuncia al sabbatellismo con el argumento de «discrepancias políticas» con el jefe de ese espacio pero, también, con acusaciones de «nepotismo» en el partido al que pertenecía desde hace más de una década.

Norte afirmó, además, que el NE «no formó cuadros políticos» ni «se encargó de llevar adelante una ideología» al tiempo que habló de «tensiones internas por parte de sectores que quieren acompañar sin especulación el proyecto de Cristina de Kirchner y Scioli».