Cristina, de nuevo en la Rosada con audiencias pero sin actos

Cristina de Kirchner, Julio De Vido, Oscar Parrilli, Jorge Capitanich

Por segunda vez desde que regresó de su descanso en Santa Cruz, Cristina de Kirchner trabajó ayer desde su despacho en la Casa Rosada. A media tarde, tras la inesperada presencia el último martes, la Presidente reapareció ayer en Casa de Gobierno, donde mantuvo una serie de audiencias privadas.

Desde su internación el 5 de octubre del año pasado y su posterior operación el 8 de aquel mes, que la obligó a un reposo de casi 50 días, es la primera vez que la mandataria repite dos jornadas con agenda en su despacho.

Indica, según explican en Gobierno, "el buen estado de ánimo y de salud" que presenta la Presidente pero que tiene, sin embargo, algunas particularidades: por un lado, una coincidencia general en la primera línea del Gabinete K de que la mandataria se involucra en los temas centrales del Gobierno -con llamadas múltiples en un mismo día, incluso- pero, por el otro, sigue sin mostrarse en público ni a través de actos o discursos.

Es más: las últimas apariciones de la Presidente, en un regreso a Olivos luego de viajar al sur, fueron para presidir las ceremonias de ascensos de fuerzas de seguridad y Fuerzas Armadas, pero en ninguna de las dos habló.

Pero el matiz entre la Cristina omnipresente -que le dicta al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, lo que debe decir, que da indicaciones específicas sobre cómo montar la asistencia a los afectados por los cortes de luz o sobre el operativo antisaqueos- y la que casi no aparece en pantalla ni tiene actividad oficial genera intriga y anima especulaciones.

En Casa Rosada y en el kirchnerismo hay hipótesis. La más frecuente sostiene que Cristina quiere "cuidar" su Gabinete nuevo, en particular las figuras de Capitanich y Axel Kicillof -que se instaló como el promotor de la salida de Guillermo Moreno-, las dos principales innovaciones del staff post quirófano y post derrota electoral.

Un protagonismo con el formato convecional, de dos o tres actos por día como ocurría hasta antes de la operación, correría de escena y hasta "desautorizaría" a los nuevos ministros que aparecen, ahora, como caras visibles del Gobierno. Esa interpretación saca de escena la explicación médica según la cual la mandataria no debe tener actividad intensa ni largas exposciones. En privado, los funcionarios dan ejemplos de la intervención directa -en muchos casos con varios contactos en un dia y seguimiento minuto a minuto de distintas situaciones- de la mandataria en las últimas semanas.

"Sólo estuvo inubicable durante el reposo posoperatorio. En esos días sólo habló con Zannini...", contó un funcionario que en las últimas semanas estuvo en contacto frecuente con la mandataria.

Ayer Cristina llegó por la tarde a Casa Rosada y mantuvo reuniones con el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Tuvo, ademas, una seguidilla de reuniones con el equipo económico: en su despacho recibió al ministro Kicillof; al de Planificación Federal, Julio De Vido; al titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, y al secretario de Obras Públicas, José López.

Tuvo, además, un rato para recorrer el salón Colón, que habitualmente se utiliza para la recepción de visitantes extranjeros, que fue remodelado recientemente. De regreso a la Casa Rosada, la mandataria se hizo un lugar en su actividad para recorrer esas instalaciones.