Lorenzetti, en cumbre de jueces para pedir fondos

Elena Highton de Nolasco y Ricardo Lorenzetti

Ricardo Lorenzetti ultimará hoy los detalles finales de la cumbre judicial que tendrá lugar el jueves en Mar del Plata y desde la cual saldrán una serie de mensajes en clave política. A las cuestiones habituales sobre independencia y apertura a la sociedad se sumará, como un rasgo representativo de la discusión actual, el financiamiento del Poder Judicial, cuestión que tensa la relación de la Corte Suprema con el Gobierno.

Desde hace una semana los principales jueces del fuero federal reciben llamadas desde la Corte para chequear el presentismo en el encuentro del jueves. Según les dicen, es especialmente importante su presencia en la conferencia de apertura a cargo de Lorenzetti y más aún en la foto oficial prevista para el mediodía. Al igual que en 2012, cuando el encuentro se hizo en Mendoza, algunos convocados expresaron ciertas reticencias operativas al punto que fueron convencidos con mensajes de tono más bien imperativo.

Ocurre que para el presidente de la Corte no es sólo protocolo. Es una señal que expresa su estilo de construir poder desde adentro de los tribunales al punto de asemejarse casi a un caudillo de los jueces, con una lógica que les otorga a las instancias inferiores el rol de respaldar a la cúpula.

Un sustento que, en otras épocas, debía buscarse en poderes externos y un terreno de centralidad que cobra valor cuando los jueces, como nunca antes, se agrupan en diversas tribus según sus inclinaciones.

Este datalle cobra importancia si se tiene en cuenta que la cumbre se organiza una semana después de la elección de los jueces en la Magistratura. Contienda que ha dejado varios heridos que prefieren no cruzarse con ciertos colegas en público y que también conspiró contra el presentismo deseado por la Corte.

La excursión a Mar del Plata está fijada para el día siguiente de que el kirchnerismo someta al Congreso el proyecto de reforma del Código Civil y Comercial. El texto que se votará no es del agrado total de Lorenzetti ni de Elena Highton de Nolasco por la cantidad de modificaciones formuladas desde el Poder Ejecutivo. Dato bien conocido en el ámbito político al punto de que no faltaron los oportunistas -ciertos aspirantes a la presidencia- que hicieron llegar a la Corte su promesa de que, tal como está, el Código no entrará en vigencia en caso de que se impongan en las elecciones del año próximo.

No había ayer en la Corte demasiadas expectativas con los reclamos judiciales de los legisladores opositores contra la decisión de votar el proyecto a libro cerrado, escritos más pensados para su difusión que para su efectividad. Las cuestiones internas del Congreso, como el reglamento para aprobar una ley, no son sensibles de revisión judicial. Sin embargo, uno de los pocos antecedentes tienen que ver, justamente, con la reforma del código: en 2010 el juez contencioso Enrique Lavié Pico emitió una cautelar en la cual ordenaba la restitución de Beatriz Rojkés de Alperovich en la Bicameral a cargo del proyecto de ley.

En Mar del Plata el administrador de la Corte Héctor Marchi tendrá a su cargo uno de los paneles más esperados para defender la autarquía del Poder Judicial. Se espera que además de los conceptos vertidos en su libro de reciente aparición haya un condimento político que brinde alguna orientación sobre la disputa presupuestaria con el Gobierno que por estos días se traduce en la falta de fondos en la Magistratura, lo cual implica un atraso en el pago de las subrogancias, falta de insumos y casi nula capacidad de lograr contratos.