31 de octubre 2001 - 00:00

Actualizan a diario obra sobre la guerra

La primera guerra mundial del SXXI.
"La primera guerra mundial del SXXI".
El conflicto iniciado con el ataque de terroristas islámicos el 11 de setiembre ha tenido entre sus inmediatas repercusiones editoriales el primer libro argentino a la vez on line, on demand, bilingüe y en edición tradicional en papel. Rosendo

M. Fraga acaba de publicar «La primera guerra mundial del siglo XXI»-«The First World War of the XXI Century. An Argentine Perspective» (Nueva Mayoría.com) en esos cuatro formatos. En la Argentina vienen creciendo los formatos electrónicos de edición. Libronauta, por caso, ofrece contenidos digitales o impresos bajo demanda, ensayos y cuentos que pueden bajarse a la computadora; entre las obras más recientemente en Inter-net está «La manifestación» de Jorge Asís. Por su parte la sede local del Fondo de Cultura tiene libros digitalizados para peque-ñas demandas. Pero la experiencia realizada por Rosendo Fraga es más amplia e innovadora.

«Estamos ante un conflicto mundial inédito, donde la velocidad con la cual van ocurriendo los acontecimientos es clave y la propiedad de la información, determinante», explica el reconocido politólogo argentino, para quien «las opiniones que se dan desde la periferia del conflicto pueden ser útiles, dado que se trata de un conflicto prolongado que producirá cambios de fondo en el sistema internacional, como en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, a la que la actual se va a pare-cer. Aunque el impacto en la vida cotidiana, va a ser mayor que en las anteriores. Nunca antes se dio que la gente no pudiera recibir cartas. Con los textos on line llegamos de inmediato a think tanks del mundo y tenemos con ellos interactividad», es decir, un diálogo al instante, recibir respuestas, recoger opiniones.

El on line genera un dinamismo que puede ser incorporado al texto. Fraga en la nueva edición de su obra incorporará la ponencia de un académico uruguayo sobre la guerra, que recibió como inter-cambio interpretativo sobre el actual conflicto. Para Fraga esto es fundamental, dado que «venimos de un período en que, en el análisis de los conflictos se recurría a la ciencia política, la estrategia, las ciencias sociales y la economía. Este conflicto nos obliga a volver a recurrir a la historia, la religión, la cultura y el estudio de las civilizaciones como instrumentos analíticos».

Hasta hace un tiempo, y aún es lo habitual, un editor evaluaba la demanda potencial de un libro y determinaba la cantidad de ejemplares de salida al público. El proceso de creación, revisión, corrección y edición llevaba varios meses, cuando no años. Y, para una segunda edición, corregida y aumentada, había que esperar que se agotara la prime-ra. «La primera guerra mundial del siglo XXI» de Fraga ya tiene varias ediciones («donde antes se ponía el año o el mes, nosotros tenemos que poner el día de publicación») y de los 70 páginas iniciales pronto llegaría a doblar la cantidad.

«Hoy, explica
Fraga, se puede publicar un libro en Internet y, simultáneamente, en tiradas cortas en papel. Esto permitió tener en un mes el libro y que en el mundo pudieran leerlo de inmediato. Además, se actualiza todos los días, y el punto clave es esa actualización constante, dado que se trata de analizar un fenómeno que cambia con enorme rapidez y es un conflicto inédito que, si bien tiene una faz militar, tiene otras, como la cultural o religiosa, no por nada el ejército norteamericano pidió ayuda a Hollywood, a directores y guionistas, para que le ayuden a imaginar los escenarios».

Fraga reunió los artículos en los que venía trabajando desde el comienzo del conflicto y fue agregando diarias revisiones y actualizaciones, para ofrecerlos a nivel mundial por medio de Internet. Pero, no se quedó en la edición electrónica, sino que hizo que también apareciera en el formato tradicional.

«El libro electrónico que no tenga capacidad de transformarse en libro de papel, no es un libro, es otra cosa, un informe on line. El libro tiene que poder tocarse, hojearse, subrayarse, estar en una biblioteca. Hoy las universidades inglesas y norteamericanas tienen como consigna «más horas de biblioteca, menos horas de aula», «más metros de biblioteca, menos metros de aula». Y las bibliotecas son de libros en papel. Oxford y Harvard están ampliando sus bibliotecas de libros en papel, porque ese es el ámbito de estudio. Con las ediciones en papel llegamos allí, porque nuestro material tiene enorme valor en el campo académico, no sé si en el comercial, pero éste no es el motivo central. Para que una obra tenga valor hoy tiene que estar en Internet, ser bilingüe para universalizarse y, al mismo tiempo, publicarse en papel».

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