Ahora el terror alemán copia al de Hollywood

«Un grito bajo el agua» («The Pool»/ «Der Tod Feiert Mit», Alemania-Rep.Checa, 2001, habl. en inglés) Dir.: B.Von Sychowsky. Int.:K.Miller, E.Uhlig, J.Hopkins, I.Fisher

Un siglo atrás, el terror alemán imponía las reglas del cine fantástico a todas las demás cinematografías. De hecho, películas como «Nosferatu» o «El gabinete del Dr. Caligari» siguen siendo una fuente de inspiración básica para todos los realizadores interesados en el género. Excepto para Boris von Sychowsky, que prefiere inspirarse en películas recientes de jovencitos masacrados al estilo Hollywood, como «Scream», «Leyenda Urbana» y la serie del «...verano pasado».

Lo cierto es que, más que inspirarse, este director copió a conciencia la fórmula sin el menor atisbo de vergüenza, pero por lo menos con la capacidad necesaria para lograr que una empresa estadounidense (Artisan, la de «El Proyecto Blair Witch») le compre los derechos para video. Esto generó otro detalle curioso: mientras en la mayor parte de los países europeos y en los Estados Unidos esta película es material automático del mercado «directo a video», en la Argentina tenemos el privilegio de verla en pantalla grande -honor repetido en Chile y Venezuela-, cosa curiosa, teniendo en cuenta que las últimas películas de John Carpenter y George Romero acá sólo se vieron en video.

«Un grito bajo el agua» es la típica película que puede resultar razonable en video o en DVD, y que ni siquiera el menos discriminante fan del género recomendaría ir a ver al cine. La historia de una gran fiesta acuática convertida en masacre por culpa de un asesino munido de máscara y machete a esta altura no puede soprender a nadie, y lo único que puede decirse a su favor es que la fotografía -con una amplia gama de tonos azules-es muy cuidada y el director no escatima en violencia y hasta se luce con algún hallazgo gore. Pero lo mejor es la estrategia de hacer que los peores actores mueran primero y sin mucha demora.