Un grupo de trabajadores hallaron una momia femenina con más de 900 años de antigüedad durante una excavación para instalar tuberías de gas en el distrito de Puente Piedra al norte de Lima, Perú. El descubrimiento, que obligó a suspender las obras, permitió ampliar la zona de excavación y recuperar valiosos objetos funerarios.
Instalaban el gas y descubrieron una momia de 900 años
Tenía entre 20 y 25 años y estaba orientada al mar. Estiman que pertenecía a la cultura Chancay y vivió hace aproximadamente mil años en la costa peruana.
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Tenía entre 20 y 25 años, fue encontrada en un fardo funerario junto a restos marinos y objetos cerámicos típicos de la cultura Chancay.
La momia estaba envuelta en un fardo funerario y acompañada de vasijas, cántaros, botellas y platos con restos de mariscos. “Se encontraba orientada hacia el Oeste, es decir hacia el mar”, explicó Jesús Bahamonde, arqueólogo comisionado por la empresa de gas Cálidda. Según agregó, “con restos de crustáceos, como de cangrejos, lo cual también nos ayuda a entender su vinculación con el mar y la dieta que esta persona consumía”.
Los análisis preliminares indican que se trataba de una mujer joven, de entre 20 y 25 años, perteneciente a la cultura Chancay, una civilización que habitó la costa central del Perú entre los años 1000 y 1470 d.C.
Los hallazgos arqueológicos durante obras públicas no son inusuales en Perú, un país que resguarda vestigios de decenas de culturas precolombinas tanto en la costa como en la sierra. Lima, con más de 10 millones de habitantes, convive con unas 400 huacas o ruinas arqueológicas dispersas entre barrios humildes y zonas urbanizadas.
No es la primera vez que Cálidda se cruza con la historia: en 2022, la misma empresa había encontrado ocho fardos funerarios, seis de ellos de niños, mientras instalaban tubos en otro sector de la ciudad.
Un hallazgo previo: los ocho niños momificados de Cajamarquilla
No es la primera vez que el suelo limeño revela secretos ancestrales. En 2022, durante excavaciones en la ciudad prehispánica de Cajamarquilla, arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos encontraron ocho momias de niños envueltos en fardos funerarios. Se cree que fueron víctimas de sacrificios rituales, ofrendados para acompañar a un personaje social de alto rango en su tránsito al más allá.
Los restos mostraban signos de golpes y fracturas, evidencias de una práctica funeraria andina que concebía la muerte como un paso hacia otro mundo, no como un final.
Junto a los niños, también se hallaron restos óseos de 12 adultos, posiblemente familiares o sirvientes, y múltiples objetos de cerámica, mates y materiales orgánicos. El descubrimiento se sumó al de la llamada "momia de Cajamarquilla", hallada el año anterior, un hombre de entre 35 y 40 años, encontrado atado con sogas, en posición fetal y con las manos cubriéndose el rostro.
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