La promesa de inversiones seguras y altos rendimientos suele convertirse en un imán para quienes buscan hacer crecer su dinero y volverse millonarios. Sin embargo, lo que parece una oportunidad de oro puede transformarse en un riesgo financiero capaz de borrar en segundos el patrimonio de toda una vida. Ese es el caso que sacudió a Monterrey y al país entero: la quiebra del Grupo Peak, una financiera que sedujo a miles de inversionistas con supuestos rendimientos de hasta 19% anual y que ahora enfrenta señalamientos por fraude.
Se declaró en quiebra y dejó sin ahorros a miles de regiomontanos: el fraude de 800 millones de pesos en Monterrey
No todas las historias de éxito empresarial en Monterrey son lo que parecen. Miles de afectados aguardan respuestas.
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Se declaró en quiebra y dejó sin ahorros a miles de regiomontanos: el fraude de 800 millones de pesos en Monterrey
La historia comenzó en plena pandemia, cuando la incertidumbre económica llevó a muchos profesionistas y familias a buscar alternativas que hicieran rendir sus ahorros. Grupo Peak apareció como un refugio atractivo: bajos requisitos de entrada —desde 20 mil pesos—, contratos aparentemente sólidos y la promesa de operar con inversiones en sectores inmobiliarios, logísticos y de transporte, tanto en México como en Estados Unidos. En poco tiempo, la empresa logró ganar la confianza de cientos de clientes.
Sin embargo, en cuestión de días, todo se derrumbó. A través de una asamblea virtual, la firma notificó que entraba en quiebra y dejaba de cumplir con sus obligaciones financieras. La noticia cayó como un balde de agua fría para los afectados, quienes hoy calculan pérdidas colectivas por más de 800 millones de pesos. Lo que parecía una oportunidad segura terminó convirtiéndose en uno de los fraudes financieros más escandalosos de los últimos años en Monterrey.
La historia de Grupo Peak: cómo fue el inicio
Grupo Peak surgió en San Pedro Garza García, uno de los municipios más exclusivos de Nuevo León, con un discurso empresarial que apelaba a la seguridad patrimonial y a la visión de negocios internacionales. Fundada por Arturo de Jesús González Cantú y Víctor Hugo Sepúlveda —egresados de la Universidad de Monterrey (UDEM) y del Corporate Finance Institute (CFI)—, la empresa se promocionaba como una firma con “alternativas de inversión más allá de lo convencional”.
El esquema era simple y tentador: invertir desde 20 mil pesos y recibir rendimientos anuales mínimos del 19%. Los contratos eran canalizados a través de intermediarios o “brokers” que garantizaban atención personalizada. Muchos clientes, como Margarita, profesionista de 32 años, confiaron sus ahorros o indemnizaciones a la financiera, convencidos de que se trataba de un modelo sólido.
En los primeros años, el negocio parecía funcionar: los pagos de intereses llegaban puntualmente y eso fortalecía la confianza de los inversionistas, quienes incluso renovaban contratos con sumas mayores. Sin embargo, lo que ocurría tras bambalinas apunta a un mecanismo insostenible. Expertos señalan que el esquema podría tener rasgos de un modelo Ponzi, en el que el capital de nuevos clientes se usa para pagar a los anteriores, hasta que la red se vuelve insostenible y colapsa.
La quiebra del Grupo Peak
La caída se hizo oficial en 2025, cuando en una asamblea virtual la empresa anunció su bancarrota. La explicación fue vaga: supuestas pérdidas en inversiones de Estados Unidos y un presunto “robo interno” que habría puesto en jaque las finanzas. A partir de ese momento, cientos de regiomontanos se enteraron de que todo su patrimonio estaba en riesgo.
Los clientes recibieron un aviso: tenían 72 horas para entregar sus contratos con la promesa de que la firma buscaría un “arreglo extrajudicial”. Sin embargo, los fundadores no han dado la cara públicamente, lo que ha aumentado la indignación y la desconfianza. Mientras tanto, los afectados analizan la posibilidad de demandar colectivamente, con la esperanza de recuperar al menos una parte de lo perdido.
El caso de Grupo Peak recuerda otros escándalos recientes como el de Yox Holding, que defraudó a inversionistas en Jalisco con promesas de ganancias vía apuestas deportivas. En ambos, la lección es la misma: la falta de regulación efectiva y de transparencia abre la puerta a esquemas financieros riesgosos que terminan afectando no solo a inversionistas con grandes capitales, sino también a familias que confiaron sus ahorros de toda la vida.
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